Texto leido en el homenaje en
vida en el 2014
Te conocí viejo. Yo no puedo decir que soy joven, pero tampoco
soy viejo. Más bien, diría que te conocí a tiempo. Porque el tiempo ni es joven, ni es viejo. Te he
conocido, cuando tuve que conocerte. El destino nos reunió a tiempo. Tiempo y
destino. ¿Qué no sabrás de eso gran
viejo? Permite que te diga, con respeto y cariño “gran viejo”. He repetido muchas veces la palabra viejo. Sé
que a muchos inmoviliza la sola idea de llegar a ser viejo. Piensan en lo triste que puede serlo. Incluso
temen llegar a serlo; mejor es no decir
que todos seremos viejos. Falta mucho,
eso creen. Tú tendrás que decirme ¿Cuándo se es viejo? Porque tú, Chema, dices no serlo. Y lo creo, ¡claro que lo creo!
Gozas de mayor vitalidad que muchos que
tienen pocos años rondando caminos en este valle del Anáhuac, que para algunos
son valles de lágrimas, para otros de incertidumbre, para ti son puertas al
viento - “por una, se van la vida y los sueños/ por la otra, los fantasmas y
los recuerdos…”- puertas que abren caminos; que has recorrido, que conoces.
¿En cuántos dejaste tu huella? Pasajes de mármol y piedra. Caminos de color
y alegría. Eres un andariego, de eso no cabe la menor duda.