Como parte de la
celebración del 90 aniversario del aclamado arquitecto Teodoro González de
León, cumplido recién este 29 de mayo, se están llevando a cabo una serie de
actividades que conmemoran también los 70 años de actividad profesional del
arquitecto, reconocido por ser uno de los mayores exponentes de la arquitectura
mexicana contemporánea.
El pasado 11 de
mayo se llevó a cabo la primera de dos mesas redondas en el Palacio de Bellas
Artes, iniciando con un breve documental en honor al festejado. Entre aplausos
y ovaciones de pie, fue recibido Teodoro González de León al ingresar a la Sala
Manuel M. Ponce. El encuentro concebido primordialmente como una mesa de
reflexión, fue abierta por la directora general del Instituto Nacional de
Bellas Artes, María Cristina García Cepeda. El acto contó con la presencia de
grandes personajes y amigos cercanos del arquitecto, la periodista y autora del
libro “Al Grano”, Silvia Cherem, los arquitectos Enrique Norten y Francisco
Serrano, así como el historiador Enrique Krauze, quienes expresaron
conmovedores pensamientos acerca de su relación con el festejado.
“Envejecer es
como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la
mirada es más libre, la vista más amplia y serena.” Palabras de un cineasta
sueco citado por la periodista Silvia Cherem, quien elogió el intelecto y
sosiego que ha concebido Teodoro González de León a lo largo de su trayectoria
y experiencia laboral, sin dejar que el desgaste físico del tiempo lo
interrumpa. Asimismo, la también amiga del arquitecto, señaló que debido a su
exitosa carrera, debería ser el segundo mexicano en obtener el premio Pritzker,
después de que se le otorgara dicho reconocimiento a Luis Barragán en 1980. El
arquitecto Enrique Norten fue la segundo personalidad partícipe del panel,
quien celebró las enseñanzas que le ha dejado su amistad con Teodoro González
de León. “Aprendí que la arquitectura es una forma de vida, no un oficio de
ocho horas diarias, que requiere de dedicación absoluta y mucha paciencia, que
no existe la inspiración, y que la obra de un arquitecto es producto del arduo
y constante trabajo cotidiano. Que para trascender se necesita un compromiso
total de todos los días, y que la arquitectura se hace en silencio”.
Posteriormente
fue el turno del arquitecto Francisco Serrano, colega de Teodoro González de
León, cuya admiración fue expresada mediante anécdotas acerca de su trayectoria
laboral juntos. Con gran devoción, aludió a los momentos más memorables de su
experiencia profesional y relación de amistad a lo largo de los años,
considerando al colega como un personaje importante en la arquitectura
contemporánea mexicana. El encargado de concluir la mesa de reflexiones fue el
historiador Enrique Krauze, cuya narración en prosa dedicada al arquitecto
comprendía la gran relación de amistad que compartía con el escritor Octavio
Paz, así como la suma de momentos emotivos que ha compartido con el arquitecto.
Finalmente Teodoro
González de León cerró el acto con una serie comentarios al panel presente,
donde aclaró
que nunca le han interesado ni buscado premios, por lo que tampoco le importa
convertirse en el segundo mexicano que gane el Premio Pritzker de arquitectura.
De la misma forma, agradeció su participación y la sensibilidad de sus
discursos. La segunda mesa se llevará a cabo el próximo 10 de junio y
tendrá lugar en el Colegio de México, contará con la participación del escritor
Juan Villoro, el arquitecto Felipe Leal, el editorialista Jesús Silva-Herzog
Márquez y el arquitecto y director de Arquine, Miquel Adriá, entre otros. Al
mismo tiempo se exhibirá una pieza escultórica habitable en el Museo Tamayo
Arte Contemporáneo y habrá un recorrido por algunas obras del arquitecto.
Sin duda alguna,
la obra de Teodoro González de León se ha convertido en un legado para la
arquitectura contemporánea tanto nacional como internacional. En los últimos 70
años queda plasmada su transformación como arquitecto, reflejo de la armonía
perfecta entre talento y dedicación. Asimismo, la influencia del arquitecto trasciende
generaciones; su distinguida configuración de geometrías, el predominio de la
masa sobre el vano, la apropiación del concreto como elemento regidor en la
masividad de sus composiciones, son producto de la interpretación de la
espacialidad desarrollado a partir de diversas disciplinas que responden a una
magnífica y envidiable formación académica. De su autoría son el Museo Universitario de Arte
Contemporáneo, Conjunto Reforma 222, y en coautoría con otros arquitectos la remodelación
del Auditorio Nacional, la Delegación Cuauhtémoc, el corporativo Arcos Bosques y
el Parque Garrido Canabal de
Villahermosa; entre sus proyectos actuales está la ampliación de la
biblioteca del Colegio de México, un clásico de la arquitectura mexicana de los
años 70. Recién cumplidos sus 90 años, Teodoro González de León se consolida
como uno de los más importantes referentes de la arquitectura en la historia de
México.
Conjunto Arcos Bosques, Ciudad de México. Fuente de imagen: http://www.archdaily.mx/mx/783766/palo-alto-una-cooperativa-mexicana-en-la-bienal-de-arquitectura |
Mayo de 2016
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