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Toda una vida en un baño público

 Toda una vida en un baño público

 

Homero Mendoza Sánchez*

Alejandro Ochoa Vega**

 

Desde hace más de un año iniciamos una investigación sobre la historia de los baños públicos en la Ciudad de México, de 1930 para acá. Nuestra idea fue recuperar el proceso de un equipamiento urbano, que ha cubierto las necesidades de higiene y salud por varias décadas, pero también ha sido un espacio de encuentro, convivencia y relajación de una parte importante de la población de nuestra ciudad. En el camino tuvimos la oportunidad de ver el documental “Baño de vida” (2016) de la mexicana Dalia Reyes, donde aparecía el Sr. Felipe Ramírez Santos, empleado por cincuenta años de los baños públicos Margarita de la Alcaldía Venustiano Carranza. El documental nos sorprendió porque consideramos fue el primero en abordar la historia de personajes relacionados con los baños públicos, con sutileza y gran calidad. Uno de ellos, precisamente el Sr. Felipe, a quien decidimos entrevistar, como una fuente importante para entender la relevancia social de estos recintos.

Finalmente nos pudimos encontrar con el Sr. Felipe, el pasado 4 de marzo, justo en las ruinas de los baños Margarita, que cerraron en 2018, cuando ya había mermado la asistencia de usuarios, pero sobre todo por haberse dañado la caldera a raíz del terremoto de 2017. El recinto queda ahí, donde nuestro entrevistado ha vivido desde sus inicios, como el empleado de mayor confianza de los propietarios, aún ya cerrados al público, aquel que llego a hacer enormes colas para entrar a bañarse, debido a que las vecindades del rumbo no tenían regadera. A ellos atendió amablemente Don Felipe, desde muy joven, desempeñándose en varias funciones que requería el establecimiento, y en general como la cabeza de la operación compleja y demandante, de un baño público en sus mejores épocas.

Los baños no sólo marcaron un hito en la historia de poblamiento y desarrollo de los barrios populares de la Ciudad de México, sino que también, son la historia de vida de Margarita, dueña y fundadora, y de su familia, así mismo la de un empleado: Felipe. El baño, por su proximidad en el barrio, fue fundamental en tejer redes de solidaridad y de cohesión social entre vecinos; remarcable la importancia de las mujeres para la gestión y emprendimiento de un equipamiento, como el caso de Doña Margarita, quién después de separarse y quedarse con sus hijos, luchó por levantar desde cero la construcción del recinto y con ello sostener a su familia. Agregamos a esto, que el Sr. Felipe llegó muy joven como migrante desde el Estado de Hidalgo en la búsqueda de un destino como cantante. Es en el año de 1968 que inicia su trabajo en los baños Margarita ocupándose de lavar a mano sábanas y toallas, que podían ser de hasta 600 por día en los mejores años de los mismos, además de limpiar las instalaciones y abrir a las 5 de la mañana. Por las noches, buscaba realizar el oficio de cantante, algo que no trascendió pero que él intentó al menos. Sin embargo, la vida le compensaría a través de su fidelidad y permanencia como empleado de los Margarita, una retribución que lo llevó a ser uno de los protagonistas del documental “Baño de Vida. La dueña Margarita siempre lo trató como a un hijo, y de manera reciproca Felipe siempre la miro como una madre. Después Felipe hizo amistades en los baños, lo que le permitió convertirlos en un espacio de reunión y bohemia, donde se cantaba, se bailaba y se bebía, y donde los usuarios después de usar el baño iban a estas reuniones felipescas, siempre con el apoyo de la patrona, porque de algún modo con ello garantizaba la venta de alcohol que beneficiaba al negocio. Al morir Doña Margarita, Felipe siguió viviendo y trabajando allí, aún ya cerrados los baños, con la anuencia de los herederos. La vida de Felipe, es sin duda, la vida misma de la juventud, auge y extinción de un baño público de la Ciudad de México.

 

Marzo 2025

*Licenciado en Planeación Territorial, Doctor en Estudios Urbanos y profesor investigador de la UAM Xochimilco.

**Arquitecto, Doctor en Historia del Arte y profesor investigador de la UAM Xochimilco.




Con el pie: Don Felipe, empleado de los baños públicos Margarita. (Imagen de los autores)




DESAFIOS POLÍTICOS Y ARQUITECTÓNICOS

DESAFIOS POLÍTICOS Y ARQUITECTÓNICOS

 

DESAFIOS POLÍTICOS Y ARQUITECTÓNICOS

José Ángel Campos Salgado*

En estos tiempos de elecciones es un hecho la sorprendente votación a favor de la candidata Claudia Sheinbaum, ello hace necesario reflexionar sobre diversos aspectos que esta situación conlleva. Inicialmente debemos considerar el trabajo del presidente saliente; su ejercicio cotidiano de comunicación con la población mexicana a lo largo de casi seis años, logró una toma de conciencia sobre la situación del país que hasta ahora sólo estaba en la mente de los estudiosos del tema. Esto explica en parte ese resultado. A partir de esa condición se da el triunfo referido y se plantea el primer desafío: sostener el proceso que considera atender primero a los más desfavorecidos del sistema, para continuar la reducción paulatina de las desigualdades presentes en el país.

Es evidente que la candidata electa tiene la preparación y las cualidades necesarias para mantener este propósito, a pesar de las enormes barreras que están poniendo los poderes fácticos y que aumentaran conforme pase el tiempo en el ejercicio de la presidencia. De tal modo que podemos considerar que el siguiente desafío será la sucesión de esta primera presidenta de México, es decir, se debe pensar que hacer para ese momento que necesariamente va a llegar en 2030. Encuentro aquí una primera similitud entre el ejercicio de la política y el proyecto arquitectónico: se trata de imaginar como se vivirá ese momento en la convivencia de la población del país, tal como los arquitectos pensamos cómo será el uso vivencial de los espacios que proponemos para la apropiación de quienes vivirán esos espacios a futuro.

Por otra parte, están las tareas que deben realizar los arquitectos si quieren colaborar en el proyecto de superar las inequidades presentes en nuestro país. El gobierno saliente ha puesto los cimientos de la transformación así que, partiendo de esta condición tenemos que imaginar como será la edificación de lo que sigue. He aquí otra similitud con nuestro ejercicio profesional. El desafío es que no conviene modificar esta cimentación, a menos que encontremos que algo esta mal planeado o mal construido.

Hay que aceptar que vivimos en un sistema en el que el capital sigue siendo el rector del proceso de desarrollo; el Estado no puede salir de este sistema, aunque sí puede propiciar que se realicen las obras necesarias para servir a una población que carece de mucho. Esta a la vista lo que se requiere. En el plan de gobierno de la virtual presidenta electa se ha anunciado la construcción de millones de viviendas pues esa actividad se dejó en manos de inversionistas cuyo objetivo no era resolver la carencia de ese satisfactor sino obtener la mayor ganancia posible de su inversión.

Ahí está otro desafío para los arquitectos conscientes y con una ética social probada: miles de viviendas para una población diversa, en una inmensa variedad de situaciones, tantas como existen en nuestro enorme territorio. Las viviendas realizadas por los especuladores inmobiliarios son iguales independientemente de para quienes serán y donde se van a ubicar, y la oferta se limita a la posible capacidad adquisitiva de los acreditados por los organismos de apoyo a los trabajadores. La vivienda digna tiene que partir de la cultura de cada lugar y de cada grupo de usuarios y proponer las cualidades de los espacios y las percepciones que ofrecen, no sólo los metros cuadrados. Es un gran desafío para los arquitectos de hoy.

Por último, si la propuesta de la candidata electa es construir un millón de viviendas estas van a impactar a las ciudades del país. Los especuladores inmobiliarios nunca consideraron las consecuencias urbanas de sus inversiones; los arquitectos de hoy tienen que tener presente el modo en que sus proyectos se van a integrar y van a enriquecer las ciudades donde se construirán. El desafío es sostener esta condición positiva para unas ciudades que pretenden recuperar la vida en comunidad y no mantener el aislamiento donde cada quien sólo se ocupa de si mismo. Otros desafíos se presentarán para el nuevo gobierno que igualmente serán un reto para los profesionales de la arquitectura formados con otra visión. Habrá que estar atentos.



Julio 2024.

*Doctor en arquitectura y profesor investigador de CyAD-X.

La niñez y la ciudad

La niñez y la ciudad

 

La niñez y la ciudad

Juan Carlos Rojo Carrascal*

 “La ciudad moderna es una ciudad en crisis porque ha perdido una buena parte de sus habitantes: los más vulnerables”.

 Así lo sentenció Francesco Tonucci en la reunión de la Red Mexicana de Ciudad de los niños y de las niñas al mencionar cómo la niñez, la gente mayor y quienes tienen dificultades para desplazarse de forma autónoma están dejando de salir de casa por su cuenta. Cada vez es más peligrosa la calle, porque cada vez hay menos gente en ella y cada vez es más inaccesible.

El pasado 20 de febrero tuvimos un encuentro virtual todos los que de una u otra forma promocionamos el proyecto del Pedagogo Italiano Francesco Tonucci, quien tiene décadas promoviendo la participación de los niños y de las niñas en la toma de decisiones con respecto a las ciudades.

 Ellos tienen muy claras sus necesidades para su desarrollo personal sustentado en su autonomía, el derecho al juego y al goce del espacio público sin que se ponga en riesgo su integridad. Una ciudad sana y segura para la niñez es una ciudad sana y segura para toda la gente. Como en el cuento El traje del emperador, de Hans Christian Andersen, donde dos charlatanes le confeccionaron un supuesto traje al Rey con la advertencia de que era invisible para la gente incapaz y por ello, nadie se atrevió a decirle al Rey que el supuesto traje no existía hasta que un niño lo dijo como debe ser, sin filtros -El Rey va desnudo.

Generalmente, a medida que los niños crecen, dejan de ser auténticos para entrar a este mundo de la adultez donde terminamos todos adoptando los hábitos de siempre, y donde, por uso y costumbre, sumisos renunciamos a los cambios que puedan hacer funcionar de otra forma las ciudades. Tenemos siempre miedo a experimentar. Francesco Tonucci a través de este Laboratorio promueve integrar en las ciudades los Consejos de Niños y Niñas (de entre 8 y 11 años, elegidos de forma aleatoria) que se reúnen periódicamente para opinar y ser escuchados por las autoridades municipales y principalmente por los alcaldes o alcaldesas.

Los municipios de San Pedro, Monterrey, León, Zapopan y Zamora ya tienen forma- dos sus consejos y comienzan a dar resultados. La infancia exige vivir la ciudad y tener los mismos derechos y condiciones que los adultos tenemos. No podemos negarles la ciudad por una supuesta protección que cada vez les está afectando más en su desarrollo y autoestima. Los mayores peligros para la niñez están en sus casas. Actualmente entran por cualquier pantalla.

El Laboratorio tiene muchos avances en ciudades colombianas, peruanas, brasileñas y sobre todo argentinas. El año pasado tuve oportunidad de visitar Buenos Aires y Rosario donde operan los consejos de niños y niñas que son siempre escuchados y atendidos por sus alcaldes o alcaldesas. Han logrado disminuir el tráfico en algunas calles, mejorar espacios públicos, instituir el día del juego o desarrollar lugares de encuentro para la niñez (como el llamado tríptico de la infancia en Rosario que lo conforman La Isla de los Inventos, La Granja de la Infancia y El Jardín de los Niños).

Por nombrar algunos, dos bellos proyectos surgieron de aquellos consejos: ¿Y si llenamos la ciudad de mariposas? Proyecto que recupera el paisaje nativo en plazas y parques a partir de la plantación de asclepias. Y Ale Río que consiste en paradas amigables para pájaros urbanos mediante la instalación de casitas de pájaros como una manera de reflexionar sobre las formas ciudadanas de acoger a los demás. En 1989, los dirigentes mundiales suscribieron un compromiso histórico con la niñez mundial al aprobar la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño.

México está incluido. Entre los derechos de esta Convención existen dos artículos que han inspirado a los trabajos del Laboratorio: el Artículo 13 que expone que “El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño”, así como el Artículo 31, donde se “reconoce el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes”.

Si realmente se cumpliera con estos dos compromisos, las ciudades mexicanas fueran muy diferentes de lo que hoy son. En Culiacán tuvimos algunos ejercicios interesantes inspirados en los trabajos del Laboratorio. Si bien, no con la rigurosa metodología que se recomienda, desde el Instituto Municipal de Planeación Urbana hicimos una consulta pública (en 2017) donde implementamos los llamados Foros Zonales que incluían la sección infantil para que decenas de niños y niñas nos compartieron sus sueños para la ciudad de Culiacán a través de frases escritas y dibujos en una extensa manta de 15 metros donde la niñez culichi planteó un futuro muy alentador. Siempre llevo presente una sencilla y a la vez profunda frase que escribió una niña de 9 años: “Me gustaría que todos respeten a los demás”. De una u otra manera este deseo quedó implícito en la redacción de la visión del Programa de Desarrollo Urbano del Centro de Población de Culiacán, hoy publicado, que dicta “Culiacán, ciudad segura donde la naturaleza es belleza, el respeto es cultura; y su esencia, la gente”.

Culiacán. Ejercicio de participación de niños y niñas en un parque público

Ciudad de niños en Rosario Argentina
Niñas y niños en Rosario Argentina
Calles de Pontevedra, Ciudad inclusiva para niños y niñas
Calles peatonal de Pontevedra, Ciudad inclusiva para niños y niñas
Niños jugando en el proceso de la obra de la vía escolar Amado Nervo en Culiacán


*Tomado de El Noroeste Culiacán Sinaloa 26.02.2024.

 **Arquitecto, Maestro en Arquitectura, Doctor en Geografía y profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

FEBRERO 2024

La vacuidad discursiva del premio Pritzker

La vacuidad discursiva del premio Pritzker

 

La vacuidad discursiva del premio Pritzker

Javier Caballero Galván*

 

Zona residencial de Banqiao, foto Nam Goongsun

 

Este 2024, Riken Yamamoto fue elegido ganador del prestigioso premio Pritzker, y, como todos los años, la Fundación Hyatt emitió una justificación escrita sobre la distinción. Sabemos de antemano que en el oficio arquitectónico, es siempre un amplio grupo de personas el que hace posible una obra, pero la obsesión por poner toda la responsabilidad en una sola no sólo es el eje sobre los que se han creado los premios y reconocimientos, sino el axioma principal sobre el que se levanta la disciplina en nuestro tiempo. En efecto, al llamado “nobel de la arquitectura”-que vanagloria y ensalza al genio creador-, le resulta muy complejo justificar por qué tal o cual profesional amerita el reconocimiento; en realidad, hace “malabares” discursivos para intentar velar la arbitrariedad de la nominación y coadyuvar a mantener intacto el sistema mismo sobre el que opera la disciplina.

 

Sabiendo entonces que la idea renacentista de la creación ex nihilo es, en pleno siglo XXI, una verdadera farsa, el jurado construye un discurso apologético del ganador e intenta explicar por qué su creación, que no le debe nada a nadie, vale la pena mencionarla y distinguirla. Y justo por esa paradójica condición, es que tal “justificación” es un conjunto de palabras que muy poco dicen y que abruman con su cínica vacuidad. Impresiona de hecho la cantidad de lugares comunes utilizados para convencernos de la “genialidad” de una obra que, de hecho, tendría que hablar por sí misma, y es cuando menos, significativo que tenga que hacerse una declaración escrita para tal efecto. Tal vez, lo que hay en el fondo, no sea del todo aceptable y tenga que recurrirse a ello para intentar velar una realidad inocultable, esta es, la de un objeto arquitectónico que es hoy por hoy una simple y llana mercancía. Así que tal vez difuminarla a través de la falsa idea según la cual la arquitectura es un instrumento de cambio social, no sea más que una estrategia.

 

Pero veamos la llamada citación del jurado, la cual argumenta así la razón por la cual se decidió otorgar el premio al arquitecto chino: “En su larga, coherente y rigurosa carrera, Riken Yamamoto ha logrado producir arquitectura como fondo y primer plano de la vida cotidiana, desdibujando los límites entre sus dimensiones pública y privada y multiplicando las oportunidades para que las personas se encuentren espontáneamente, a través de estrategias de diseño precisas y racionales.” (https://rb.gy/n037bo) En primer lugar, la arquitectura siempre ha sido fondo y primer plano de la vida cotidiana; no existe un solo edificio que no lo sea, aunque ello sea un oxímoron. Todo espacio habitable es secundario en la vida de las personas -solo quien se dedica a la construcción la tiene siempre presente-, y paradójicamente se mantiene siempre interactuando con nuestras actividades. Así que proyectar y construir un edificio que no sea fondo y primer plano es completamente absurdo. De hecho, son las personas que habitan y experimentan las estructuras espaciales las que en todo caso producirían este efecto, pero nunca quien diseña.

 

En segundo lugar, desdibujar los límites entre lo público y lo privado, es discursividad pura. Se trata de una división que no se deshace porque se exhiba un interior, o porque uno pueda asomarse a un jardín privado para ver qué hacen sus propietarios. La división público-privado es una dicotomía creada por la modernidad para su propia materialización. De hecho, es su soporte. Sólo así, la ciudad capitalista tiene la forma que tiene y puede contribuir a impulsar su propia existencia. Es una distinción axiomática que no puede ser disuelta, y mucho menos por un simple edificio. Consideramos que se trata más bien, de un eufemismo que evita mirar el fondo del problema, a saber, el de la propiedad privada -paradigma de la modernidad capitalista- que despoja a la mayoría de las poblaciones de sus territorios y del control de sus propios recursos. Incluso, la idea misma del espacio privado es justo el factor que ha destruido la base comunal.

 

Lo terrible es que la argumentación del jurado se basa en que el arquitecto chino, con su forma de configurar el espacio, fomenta la comunalidad. Argumenta Alejandro Aravena: “Al difuminar cuidadosamente el límite entre lo público y lo privado, Yamamoto contribuye positivamente más allá del encargo para permitir la comunidad.” Como si ello dependiera del arquitecto y no del contexto social de la obra o de las personas, que así como lo expone el premio Pritzker y jurado, tal parece que estas son meras marionetas que actúan como lo dispone el arquitecto(a). Bajo esta línea argumentativa, una ciudad sin plazas públicas impediría la vida social, algo que, en realidad, no ocurriría. Es importante tener claro que poner un cristal en lugar de un muro, no “desdibuja” per se una significación espacial anclada en el duro orden simbólico de la modernidad. Así lo demuestran las vitrinas que exhiben los centros comerciales y que, invitando a comprar, terminan reforzando la imposibilidad económica de hacerlo. De hecho, los edificios de cristal, son justo aquellos que menos invitan a producir comunidad, pues siempre hay una mirada vigilante que está atenta a disuadir los usos distintos que puedan las personas improvisar.

 

Y, en tercer lugar, vale la pena reflexionar la forma en que se justifica esa supuesta producción de comunalidad, esto es, a través de “estrategias de diseño precisas y racionales”. No se especifica en qué consisten, pero lo que sabemos es que son efectivas porque así lo señala el jurado. Ello significa entonces que, si las personas no se encuentran espontáneamente en los espacios diseñados por miles de arquitectos alrededor del mundo, es porque no han aplicado una estrategia precisa y racional. Para colmo, la resonancia de esta vacuidad discursiva, llega a las revistas de difusión arquitectónica cuyos editores y columnistas la toman como si se tratara de una verdad revelada. Así por ejemplo Elizabeth Fazzare de AD menciona (https://rb.gy/5j92ff): “Esta filosofía puede verse en los proyectos de Yamamoto en todas las tipologías, desde viviendas que incluyen terrazas que abarcan varias unidades o patios compartidos con el público hasta espacios normalmente inaccesibles para los extranjeros.”

 

Al parecer, la columnista quiere ignorar que el Movimiento Moderno ya había experimentado en esa dirección sólo para darse cuenta que la arquitectura por sí misma no puede producir ni controlar ninguna conducta social, y que, en todo caso, ésta recae en manos de la historia de una comunidad, de su condición económica y política, y de su propia organización. Sólo así es posible explicar que una terraza o un patio compartido puedan producir comunalidad, pero dista de serlo si estas configuraciones espaciales se realizan en sociedades altamente diferenciadas y con una larga historia de desigualdad.

 

El final es sencillamente una joya: “Creó conciencia en la comunidad sobre la responsabilidad por las necesidades sociales; cuestionó los principios arquitectónicos y escudriñó cada iniciativa arquitectónica; y, sobre todo, nos recordó que en la arquitectura, como en la democracia, la forma en que se da forma al espacio debe ser decidida conjuntamente por la gente. Por ello le otorgamos el Premio Pritzker 2024.” (Las cursivas son mías). Y subrayamos la comparación que se establece entre arquitectura y democracia, por la cantidad de interpretaciones a la que se sujeta. Creemos de hecho, que son dos conceptos que se dan la espalda, porque justo en la modernidad capitalista ha sido justo cuando arquitectos(as) y planificadores(as) urbanos han desdeñado por completo la opinión, la experiencia y la voluntad colectiva, y la han cambiado por el poder del dinero y por la voluntad de los dueños del territorio. En fin, tal vez si el premio se asignara sin ninguna explicación -sin ningún discurso emitido por un jurado a modo-, al menos contaría con la sinceridad y la transparencia que le otorgaría su propia discrecionalidad.

 


Zona residencial de Banqiao, foto Nam Goongsun


*Arquitecto y estudiante del Doctorado en Ciencias y Artes para el Diseño de la UAM Xochimilco.

Abril, 2024

Pastillas contra el tráfico vehicular.

Pastillas contra el tráfico vehicular.

 

Pastillas contra el tráfico vehicular*.

 Juan Carlos Rojo Carrascal**

 

“Los automóviles son una seria amenaza a la forma física de las ciudades”, así lo expresó Colin D. Buchanan, en 1963 en el Informe Buchanan como producto del estudio que le encargó el gobierno británico sobre los efectos a largo plazo del tráfico de automóviles en las áreas urbanas del Reino Unido. Hace 60 años el urbanista escocés predijo lo que pronto sucedió y sigue sucediendo en la mayoría de las ciudades del mundo.

El automóvil transformó no solo la forma física de las ciudades sino también los estilos de vida de sus habitantes, sus condiciones ambientales y la función del espacio público, particularmente la calle que pasó de ser el espacio de encuentro, caminabilidad, recreación, venta y socialización a ser, en su mayoría, de uso exclusivo del automóvil.

El informe Buchanan incluía planteamientos como los accidentes y la siniestralidad; el deterioro producido en el ambiente que se centraba en los ruidos, humos, olores, intrusiones visuales, estrés, ansiedad y problemas de salud debidos a la contaminación; y otras, como la expansión urbana.

No se puede negar que este invento motorizado trajo múltiples beneficios a la humanidad. Sobre todo, a las personas que han tenido posibilidad de adquirirlo, aunque debemos también reconocer que a quienes no han tenido esa posibilidad -que son mayoría- les ha propiciado serias repercusiones económicas, sociales, ambientales y de salud. Según la Organización Mundial de la Salud, las colisiones en las vías de tránsito causan en el mundo casi 1.3 millones de defunciones prevenibles y se estima que 50 millones de traumatismos cada año, lo que los convierte en la principal causa de mortalidad de niños y jóvenes en todo el mundo.

La contaminación es otro gran impacto del automóvil en las ciudades, ya sea por exceso de ruidos o gases tóxicos; o por los miles de árboles, plantas y especies de fauna silvestre que sucumben ante el crecimiento urbano y la obsesión de abrir cada vez más caminos a los vehículos para lapidar con asfalto y cemento grandes extensiones de áreas naturales.

Todo lo anterior sucede en nombre del progreso. Hasta la fecha, los gobiernos no dejan de anunciar nuevas vialidades como lo mejor que le puede suceder a las ciudades, que hasta cierto punto es normal, la ciudadanía lo festeja y mientras el espejismo de “la modernidad urbana” siga, la inversión seguirá fertilizando el tráfico en las ciudades. Es como echarle gasolina al fuego.

Hace poco más de un año, en el Foro-Taller de Movilidad Sostenible que organizó el Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública del Gobierno de Sinaloa; Miguel Anxo Fernández, Alcalde de Pontevedra -ciudad gallega multipremiada por sus logros urbanos- impartió una interesante conferencia virtual en el Auditorio del MIA donde explicó “Una lección aprendida” lo dijo así “El tráfico no se mejora. Cualquier acción dirigida a mejorar el tráfico fracasa. La solución no es mejorar el tráfico, sino reducir la cantidad de tráfico”. Para terminar de interpretar esta acertada expresión, cabe agregar que “reducir el tráfico” significa disminuir considerablemente el uso del automóvil. Las intervenciones urbanas en Pontevedra han tenido siempre el objetivo de desestimular el uso del automóvil -no facilitarlo- y estimular más la caminabilidad. Para ello se ha reducido en muchos de los casos las dimensiones del espacio vial y se ha limitado considerablemente la velocidad de los vehículos motorizados.

En México, seguimos diseñando las ciudades con el volante en las manos. Quizá porque aquellos que toman las decisiones se mueven principalmente en automóvil y su ceguera no les permite recapacitar en los impactos negativos que generan las grandes inversiones en infraestructura vial. Ampliar o hacer más calles es y será siempre un factor de inhibición de otras formas de desplazarse en las ciudades como caminar, usar la bicicleta o incluso el transporte público que sigue sin ser prioridad en la vía pública como lo exige la nueva Ley General de Movilidad y Seguridad Vial.

Es todavía inevitable la inercia de las administraciones públicas de pavimentar cada vez más las ciudades y seguir invirtiendo en una supuesta mejora a los problemas del tráfico vehicular. Anunciar este tipo de inversiones pareciera ser muy redituable políticamente. Lo que sí me parece importante exigir es que no se anuncien cosas que no sucederán. La inversión en infraestructura vial no resolverá el problema del tráfico en las ciudades, sino todo lo contrario, lo incrementará a corto plazo. Es una historia que la hemos vivido por décadas y no terminamos de darnos cuenta de la realidad. No tratemos de curar el cáncer con una aspirina. No existen las pastillas contra el tráfico vehicular.

Es momento de cambiar la estrategia. La única solución para resolver el tráfico motorizado es reducirlo en cantidad, es decir, no seguir estimulando el uso del automóvil sino todo lo contrario, empezar a limitarlo de una vez. Las ciudades con futuro prominente serán aquellas que logren multiplicar la movilidad activa (caminar y usar la bicicleta) y que evidentemente logren disminuir la enfermiza dependencia que hemos generado del uso del automóvil.

Tráfico vial en Culiacán.
Tráfico vial en Culiacán.
Imágenes de Pontevedra, España
Imágenes de Pontevedra, España
Imágenes de Pontevedra, España


*Tomado de El Noroeste Culiacán Sinaloa 11.03.2024.

**Arquitecto, Maestro en Arquitectura, Doctor en Geografía y profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa.

 

Marzo 2024

Mérida, los riesgos de su popularidad

Mérida, los riesgos de su popularidad

Mérida, los riesgos de su popularidad*.

Juan Carlos Rojo Carrasal** 

En mi última columna escribí sobre el intenso proceso de transformación que la ciudad de Mérida está experimentando. En los últimos meses, el sistema de transporte público Va-y-Ven ha sido uno de los principales protagonistas en la ciudad. La modernización acelerada del transporte público es una de las mejores respuestas para afrontar el incremento del parque vehicular, los crecientes embotellamientos y los cada vez más constantes hechos de tránsito con lamentables consecuencias de salud en la población meridana. La intensificación del tráfico vehicular no era algo que distinguiera a la ciudad de Mérida. De hecho, un gran atributo de la ciudad era su tranquilidad que va de la mano con otro gran atributo que aún mantiene que es el de la seguridad pública en todas sus vertientes. Esto es algo que me consta, Mérida todavía ofrece un ambiente urbano de absoluta seguridad, aunque es latente el riesgo de perderlo. Los procesos que la ciudad está viviendo pueden romper esta mágica distinción que pocas ciudades del país pueden presumir. Precisamente promocionarse como la ciudad más segura de México le ha valido ser destino en solo cinco años -de 2015 al 2020- de más de 80 mil emigrantes provenientes de países de los cinco continentes, de todas las entidades del país e incluso de otros municipios yucatecos. La paradoja está en que la seguridad no es el único indicador de calidad de vida de una ciudad, pero sí es el que más vende. Otros indicadores que pueden llegar a ser indispensables para vivir con relativa tranquilidad en una ciudad incluyen la calidad ambiental del espacio público, la existencia de áreas de recreación y ocio, la movilidad urbana, los niveles de contaminación del aire y del agua, el suministro de servicios básicos como la energía eléctrica, el agua, así como los sistemas de salud, educación, entre otros más. El incremento exponencial de la población ha provocado una vorágine inmobiliaria sin precedente. Pequeñas poblaciones cercanas a Mérida (como Cholul, Kanasin, Umán o Caucel؅ (con tradiciones y costumbres centenarias de pronto se vieron rodeadas de interminables fraccionamientos urbanos e incluso de grandes condominios amurallados que han significado miles de hectáreas de deforestación de una milenaria selva baja caducifolia que oxigenaba la ciudad. Este proceso no parece tener freno. Desde el cielo, Mérida pareciera un volcán que hizo erupción y esparció sus cenizas de urbanización a kilómetros a su alrededor. Hay infinidad de consecuencias de este proceso que apenas comienza la gente a percibirlas, como en la teoría de la rana hervida -analogía tan recurrente en temas de urbanismo y medio ambiente- que explica que cuando se coloca una rana en un recipiente con agua hirviendo esta saltaría de inmediato y se salvaría. Pero si se mete a la rana al agua y ésta se calienta de forma gradual, la rana no percibirá el peligro y morirá. Un problema -entre muchos- que amenaza la sostenibilidad de Mérida es el drenaje pluvial y sanitario. En la península de Yucatán no existe ninguna pendiente pronunciada, es decir, toda la península es plana, no hay montañas ni grandes lagos o ríos. Es como una enorme piedra porosa con suelo sumamente permeable. Las reservas de agua están en el subsuelo. Mérida se ha construido sobre este escenario geológico y su expansión ha implicado la impermeabilización del territorio de tal forma que las lluvias torrenciales ponen en jaque a toda la ciudad por la lenta evacuación del agua de las calles. Por otro lado, su condición horizontal del territorio dificulta el desarrollo de un sistema de drenaje sanitario. De hecho, no existe. El sesenta por ciento de las viviendas desechan sus aguas negras mediante sumideros o fosa sépticas, es decir, todo se queda en casa, en el subsuelo. La combinación de aguas negras retenidas, más la lluvia filtrada y la sustracción de agua del subsuelo para uso doméstico no suena una combinación saludable. En cuanto el suministro de energía eléctrica para las grandes ciudades de la península también es un tema complejo. Los incrementos de temperatura inéditos en los últimos meses han propiciado una mayor demanda de energía eléctrica que también ha ocasionado constantes cortes de energía en los sectores más vulnerables de la ciudad. La principal fuente de energía eléctrica en la península es el gas natural proveniente de otras latitudes, lo que implica -además de los altos costos de suministro y generación- una frágil dependencia energética. La península apenas ha comenzado a generar su propia energía mediante plantas eólicas y solares que han surgido a costa de grandes conflictos territoriales que en muchos casos han vulnerado los derechos de los pueblos mayas. Finalmente, la movilidad urbana sigue siendo un tema preocupante en Mérida aun y cuando se ha invertido en un excelente programa de transporte público. Se requiere mucho más para afrontar una emigración que no solo viene decidida a vivir en Mérida el resto de su vida, sino que también viene decidida a continuar con sus hábitos de consumo y de vida propios de lugares insostenibles como es el vivir en condominios privados, ir a todos lados en automóvil, abusar del consumo de agua y de luz; en fin, hábitos que muy probablemente contribuyeron a que sus ciudades de origen sean esas a las que ya no quieren regresar. Quien gobierne la ciudad tendrá que implementar una estrategia que controle la expansión física de la ciudad y redireccione las políticas urbanas hacia un modelo sostenible. Un reto nada fácil, pero no imposible. Queda claro, que la península de Yucatán no soportará los altos índices de urbanización moderna a los que hoy se la está sometiendo.

Limite sur de Mérida

Arranque del programa Bici pública en Mérida

Ciclovías olvidadas a un costado de periférico

Paseo partame


Fraccionamiento Las Américas, de los nuevos conjuntos habitacionales que se desarrollan fuera del periférico, a través de la selva


 *Tomado de El Noroeste Culiacan Sinaloa 29.01.2024.

 **Maestro en Arquitectura, Doctor en Geografía y profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa. 

Enero 2024


Espacios distantes... aún vivos, Las salas de cinematográficas de la Ciudad de México

Espacios distantes... aún vivos, Las salas de cinematográficas de la Ciudad de México


 

En la búsqueda de “lo patrimoniable”. Reflexiones personales.

En la búsqueda de “lo patrimoniable”. Reflexiones personales.

 

En la búsqueda de “lo patrimoniable”. Reflexiones personales.

 

Sandra López Villegas*

Estefanía Hernández Cerón**

 

Como ayudantes de investigación realizamos tareas que están ligadas a la docencia, además de apoyar en actividades que promuevan la difusión y preservación de la cultura. En el marco del Coloquio Internacional Dimensión Simbólica del Patrimonio III, que se realizó en noviembre pasado en nuestra unidad Xochimilco, se llevó a cabo el taller “Arte, ciudad y patrimonio” a cargo de la Dra. Liliana Fracasso, con apoyo de la Mtra. Lis Sánchez cuyo objetivo era que los talleristas identificaran en lo cotidiano de la ciudad, “lo patrimoniable”. Asimismo, representar por medio de palabras, sonidos o imágenes un relato subjetivo que hiciera referencia a lo identificado previamente.

 

Reflexionando acerca de los objetivos, pero sobre todo interpretando personalmente el entendido hasta ese momento de “lo patrimoniable” cada una identifico recuerdos que nos permitían realizar la actividad. Nuestras memorias y la narrativa que fluyó, nos impulsaron a decidir integrarnos a una actividad de la que solo estábamos encargadas de apoyar como parte del comité organizador. Casualmente coincidimos en que nuestro lugar de origen nos permitía entender el patrimonio. Por un lado, para Estefanía, la ciudad de Martínez de la Torre, Veracruz, es un lugar que representa los recuerdos de tradiciones que se realizaban en el quiosco de la ciudad, sitio que era un punto de encuentro para que hombres y mujeres se conocieran, actividad que en su momento se consideraba romántica. Partiendo de este recuerdo, que personas mayores de la comunidad le han contado, ella se visualizó en los momentos que pasaba sentada en el lugar, las actividades que realizaba, los momentos que vivió ahí, lo que significó para ella ese lugar y por medio de la observación realizó un análisis de cómo las tradiciones cambian generacionalmente dando un significado diferente a cada persona. En el relato subjetivo realizado, plasmó por medio de dibujos el quiosco de la ciudad y alrededor actividades que se realizan como reuniones de amigos y familiares, juegos, comercio, bailes y conciertos que le han dado un sentido distinto a cada persona que habita en la ciudad y que ha convertido el quiosco un lugar importante y patrimoniable.

 

Y por otro lado, Sandra identificó que Tepecoacuilco, Guerrero ha logrado construir el significado de patrimonio gracias al sentido de pertenencia que sus abuelos inculcaron en cada integrante de la familia. Este significado se representó a través de una secuencia de dibujos que cronológicamente contaban una historia. El escenario principal tenía elementos característicos de Tepecoa[1] como el cerro de las iguanas verdes, el puente vehicular que separa a la presa de agua del pueblo, los caminos repletos de personas esperando el paso de procesiones religiosas y el famoso quiosco en donde saborear una nieve de arroz puede ser el momento más relajante del día. A este contexto se sumaron los personajes, en el primer acto aparecía una numerosa familia que tenía como cabecillas a dos personas, a la llegada del próximo acto estaba ausente una de ellas junto con la disminución de algunos miembros, finalmente se marchaba la figura de la segunda cabecilla y con ello unos familiares más, al término de la secuencia el pase de lista se redujo a uno. Hay que entender que ese uno no representa a la autora sino a la memoria que se conserva tras pasar momentos distintos día a día en ese lugar, esa memoria que permanece y se describe distinto según quien cuente esta historia.

 

A partir de reflexionar colectivamente los productos grupales e individuales concluimos que “lo patrimoniable” es generado a través de la cotidianidad como menciona la Dra. Fracasso, además de apoyarse de elementos sociales, territoriales y sensoriales que identifican a un lugar, la memoria individual y colectiva que se genera a partir de las vivencias o tradiciones, y en nuestros casos, por medio de lo que las personas logran transmitir.


Momentos de la práctica 



Resultado del taller

 

*Planificadora territorial y ayudante de investigación, Departamento de Teoría y Análisis. UAM Xochimilco.

**Arquitecta y ayudante de investigación, Departamento de Teoría y Análisis, UAM Xochimilco.

 

Fotografías de las autoras.

 

Enero 2024



[1] Diminutivo utilizado por los residentes o conocedores del lugar

Taller “Derivas urbanas”, un comentario

   Taller “Derivas urbanas”, un comentario

 

Taller “Derivas urbanas”, un comentario

Kevin Eduardo Vázquez Arroyo*

 

La tercera entrega del Coloquio “Dimensión simbólica del patrimonio” realizado a fines de noviembre pasado en la UAM Xochimilco. consistió en la presentación de veinticinco ponencias y dos talleres, esta vez a una escala internacional al contar con la presencia de expositores provenientes de España, Italia y Colombia, así como de universidades de los estados de Oaxaca, Morelos, Guerrero, Yucatán y la propia institución anfitriona.

Uno de los dos talleres, “Derivas urbanas”, a cargo del Dr. Bernardino Líndez Vílchez miembro del departamento de arquitectura de la universidad de Granada, tuvo lugar en la sala de seminarios del edificio “R” de nuestra unidad los días 29 y 30 de noviembre. El Dr. Líndez presentó las dos premisas de su propuesta de una forma tan transparente como el título del mismo curso. Empezando por el concepto de “Deriva”, entendido en sentido estricto como un cambio de rumbo imprevisto, un efecto del azar sobre nuestro destino; y abordado desde el movimiento situacionista, como el cambio de rumbo deliberado que nos ayuda a reflexionar y mirar de otra forma lo que vivimos cotidianamente. Lo urbano como aquello que vivimos día a día en la ciudad.

Después de una reflexión grupal sobre el tema, por equipo se asignó una tarea muy clara: salir de nuestra cotidianeidad y registrar en video lo que nos parezca interesante, sin límites ni reglas. La única condición fue que se entregarán al día siguiente los resultados para comentarlos entre todos. De los dos equipos que se conformaron resultaron videos muy interesantes. Por un lado, el primer equipo documentó el trayecto a pie desde la UAM Xochimilco hasta el cruce con Av. Canal de Miramontes. Nos mostraron elementos culturales de lo cotidiano en la CDMX como el colorido de los comerciantes ambulantes, el sonido de las aves revoloteando en los árboles. Elementos tan surreales como un par de botines acomodados en la estructura de una cubierta como si se tratara de un encuadre premeditado, el arte urbano que muchas veces es visible solo para quiénes lo realizan donde un artista se sobrepone a los demás y así sucesivamente. Otro aspecto interesante fue que dejaron el audio y la imagen tal cual como la capturaron, dejándonos escuchar los sonidos de la calle, donde casi como una obra de arte urbano, se superponen unos a otros, pero al escuchar con cuidado pudimos notar lo significativos que eran algunos de ellos.

El otro por su parte, decidió documentar tres trayectos distintos, cada uno con un medio de transporte diferente. El primero, a bordo de un auto nos mostró lo lento y aburrido que puede ser un recorrido por el periférico sur debido al tránsito pesado, sin embargo, pudimos ver ciertas dinámicas comerciales que se dan en estos “no lugares” que son los bajo puentes y grandes avenidas. El segundo trayecto capturó el espacio compartido que tiene lugar a bordo de un microbús donde transcurren muchas cosas a la vez como la conversación entre dos personas, el comercio una vez más presente, los raperos cada vez más frecuentes y en contraste el paisaje cambiante que se aprecia desde la ventana. Por último, el tercer trayecto se dedicó a documentar el metro y sus dinámicas internas donde los usuarios parecen un reloj suizo sincronizado, todos saben a dónde van y marcan un ritmo al hacerlo, nos muestra las rarezas que le dan color al recorrido como una persona que transporta piñatas sobredimensionadas, así como los pasillos del vagón que se llenan y vacían en puntos específicos que nos dan una idea de los puntos clave para entender la ciudad, ejemplos hay muchísimos: la universidad, el zócalo, o la central de autobuses por mencionar algunos.

La reflexión final del grupo, derivada de la proyección de los dos vídeos, tocó temas como la memoria colectiva, el paisaje sonoro, el espacio público con sus diferentes escalas y formas, los no lugares, los ritmos de la cotidianeidad y lo más importante: aprender a mirar distinto y valorar lo que ignoramos día a día.

Este tipo de ejercicios resultan muy valiosos porque nos hacen darnos cuenta de que la ciudad nos presenta elementos culturales que nos unen y que se han formado nuestro ambiente urbano a través de los años, que no son pocos.

Así desde nuestra trinchera, la del diseño, podemos identificar los múltiples niveles de incidencia en los que participamos y en los cuales podemos mejorar la calidad de vida y el derecho a la ciudad.


*Estudiante de la Maestría en Reutilización y es en la Maestría en  Ciencias y Artes para el Diseño.                  UAM Xochimilco. 

Enero 2024







 

*Arquitecto y estudiante de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado. UAM-Xochinilco.