Patrimonio y realidad aumentada: Notre Dame y la crónica de su restauración

 

Patrimonio y realidad aumentada: Notre Dame y la crónica de su restauración

Aldo Alberto Ordaz Salas*

 

“But you have to think that Notre Dame will be gone one day…”

 

— Before Sunset (2004)

 

Mientras recorren el río Sena, Céline y Jesse tienen una plática sobre la historia de Notre Dame y como el tiempo había logrado preservarla a lo largo de los siglos y las guerras. Jesse le cuenta la historia de cómo al final de la Segunda Guerra Mundial los alemanes habían dejado la catedral llena de explosivos para demolerla una vez que se retiraran y entraran los ejércitos aliados a la ciudad, sin embargo, el soldado que había quedado encargado de comenzar la detonación no fue capaz de hacerlo por la belleza arquitectónica del edificio. Céline entonces le pregunta sobre la veracidad de esta historia, a lo cual Jesse responde que en realidad no lo sabe, pero que siempre le había gustado. Ella le da la razón diciéndole que era una gran historia, pero también le recalca el hecho de deber estar conscientes que Notre Dame algún día desaparecerá.

Este extracto de la película Before Sunset (2004) pareciera ser un presagio del incendio acontecido el 15 de abril de 2019 que conmocionó al mundo por el daño ocasionado a uno de los hitos arquitectónicos más importantes de Europa (Fig. 1). Después del siniestro, la recaudación millonaria de fondos y una infinidad de propuestas arquitectónicas para su restauración comenzaron los trabajos de consolidación de la Catedral parisina, los cuales podemos revisar cronológicamente en la exposición de realidad aumentada Notre-Dame en México. Visita Aumentada, traída a México por Grupo L’Oreal, Histovery, L’établissement public chargé de la conservation et de la restauration de la cathédrale Notre-Dame de Paris y el Museo Franz Mayer.

 

Al ingresar, la sala nos recibe con un vestíbulo en donde se nos proporcionan tabletas electrónicas llamadas Histopads que acompañan nuestra experiencia de realidad aumentada, al mismo tiempo que escuchamos el replicar de las campanas de la catedral y conocemos los 850 años de historia que la preceden. La curaduría ha sido organizada de tal manera que podemos dar saltos en el tiempo por medio de 20 módulos virtuales con código QR que nos explican las etapas más relevantes de Notre Dame y su contexto histórico. El primero de ellos comienza el 15 de abril de 2019, haciendo una cronología, hora por hora, del incendio, las acciones de salvamento ejecutadas por los cuerpos de emergencias, la evacuación de reliquias y los bienes muebles que se encontraban en riesgo durante el incendio.

Posteriormente en los siguientes 6 módulos podemos dar un salto temporal hasta 1163, año en el que se colocó la primera piedra de la catedral. Esta parte de la exposición resulta sin duda interesante ya que cada uno de los módulos tiene un propósito particular; algunos nos cuentan el proceso de financiamiento por parte de la monarquía y los señores feudales del medievo mientras que otros nos explican de forma clara y concisa, desde sus orígenes, los oficios de la madera, el hierro, la piedra y la cantería que acompañaron su fundación a lo largo de los siglos. El recorrido continúa con módulos enfocados en el proceso medieval, la implementación de vitrales como el rosetón occidental construido entre los siglos XII y XIII, las estatuas de los 25 reyes de Judea en la fachada oeste o la consolidación del coro y la nave principal, entre otros. (Fig. 2 y 3),



Más adelante, los seis módulos siguientes se enfocan en la Notre Dame del siglo XIX, las secuelas del abandono después de la revolución francesa, el proceso de coronación de Napoleón, su consecuente intervención por parte de Viollet le-Duc y todos los elementos implementados que se mantuvieron constituidos hasta 2019.  Finalmente, el recorrido nos regresa al presente explicándonos cómo han sido los trabajos de reforzamiento y restauración llevados a cabo desde 2020 (Fig. 4), las partes y metodologías involucradas en el proceso de restauración además de las acciones que se pretenden llevar a cabo de cara al 2024 cuando concluya la intervención y reabran las puertas de la catedral al público.

A lo largo del recorrido podemos encontrarnos con maquetas tanto de los talleres de herrería y carpintería de la época medieval, así como también de la desaparecida aguja implementada durante las intervenciones del siglo XIX (Fig. 5). De igual manera, podemos rescatar las fotografías en gran formato, los mapas e ilustraciones de Paris que nos permiten tener un amplio panorama de todo el contexto histórico de la catedral.

Como arquitectos, esta nueva mecánica de exposiciones puede ayudarnos a regenerar nuevos vínculos en los que podamos entablar un lenguaje con el patrimonio y su consecuente valoración por medio de las herramientas digitales, especialmente para las nuevas generaciones. Del mismo modo, resulta interesante observar durante la exposición cómo adultos y niños no necesariamente involucrados en la conservación del patrimonio viven su propia experiencia a partir de lo que puede permitir la realidad virtual.

Todas las nuevas herramientas digitales implementadas durante la exposición sin duda pueden significar un futuro referente para la difusión del asunto patrimonial al público en general. Notre-Dame en México. Visita Aumentada nos da la oportunidad de comprender la temporalidad de un edificio, su pasado, presente y futuro.

Los trabajos en Notre Dame van encaminados por su escala, fondos e importancia histórica a ser la restauración del siglo, sin embargo, como arquitecto surgen algunos cuestionamientos acerca de las decisiones tomadas y aplicadas para la reconstrucción de los elementos de madera en la cubierta. La Carta de Venecia nos indica que “los elementos que reemplacen partes inexistentes deben integrarse armoniosamente, pero distinguiéndose claramente de los originales, a fin de que no se falsifique el documento artístico o histórico”, sin embargo, para este proyecto se tomó la decisión de recrear prácticamente todos los elementos de la cubierta de madera a partir de cientos de troncos enterizos de roble. Este hecho primero que nada contradice puntos fundamentales de algunas teorías de conservación además de que contrasta con la situación ambiental actual a nivel mundial.

Norman Foster, por ejemplo, compartió en aquellos años su visión acerca de la decisión tomada a partir de abordar como ejemplo la historia de cambio y renovación de muchas catedrales a lo largo de los siglos, que, al ser deterioradas por diversas causas, se utilizó en la mayoría de los casos la tecnología de construcción de la época de restauración sin caer en replicar la original evitando así llegar al falso histórico. Sin embargo, este hecho de utilizar la tecnología actual no significa tampoco aplicar algunas de las tantas propuestas que caían en el absurdo por su complejidad y ruptura con la formalidad del edificio. A lo que trato de llegar es que la solución técnica se pudo haber encontrado en un punto medio, quizás si de utilizar madera, pero que esta tuviera un tratamiento actual que evitará la tala de tantos árboles en pro de la causa ambiental y de contrastar los nuevos elementos de los originales, exponiendo así la cronología de la catedral por medio materiales que se vuelven una cicatriz que cuenta la historia del edificio.

Es un hecho que la arquitectura tiene vigencia, que probablemente un día se cumpla el presagio de Céline y que Notre Dame, al igual que muchos edificios que hoy consideramos patrimoniales, desaparezcan eventualmente. Sin embargo, al difundir su importancia utilizando medios interactivos que atraigan al público en general, es probable que estemos dando un paso hacia adelante en la conservación y valoración del patrimonio edificado, buscando siempre el ideal colectivo de su resguardo y cuidado a partir de su relevancia arquitectónica, histórica y cultural para poder heredarlo a futuras generaciones.

La exposición estará abierta al público hasta febrero de 2024 y de manera paralela, a lo largo de estos meses, se llevarán a cabo ciclos de conferencias, charlas y talleres sobre la conservación del patrimonio en colaboración con la Escuela Nacional de Restauración y Museografía (ENCRyM).

 



















Diciembre 2023

 

*Arquitecto y estudiante de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado.UAM-Xochimilco.

























Centro SCOP, un hito de modernidad arquitectónica e integración plástica, entre una “recuperación” y pérdida definitiva.

 

Centro SCOP, un hito de modernidad arquitectónica e integración plástica, entre una “recuperación” y pérdida definitiva.

Alejandro Ochoa Vega*

 

Hace casi setenta años, en 1954, se inauguraba el conjunto monumental de la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP) en la esquina de la entonces calzada del Niño Perdido y Xola, en la colonia Narvarte de la Ciudad de México. Proyecto de los arquitectos Augusto Pérez Palacios y Raúl Cacho, y con murales de Juan O´ Gorman, José Chávez Morado y varios de sus alumnos del taller de integración plástica. Contemporáneo a la Ciudad Universitaria de la UNAM, otro ícono del llamado movimiento de Integración Plástica en nuestro país, estas obras representaron un momento de afirmación nacionalista, a la par de la consolidación de arquitectura del Movimiento Moderno en México. Promovido por el arquitecto Carlos Lazo, entonces secretario de comunicaciones, el Centro SCOP, pasa por una atapa difícil, entre una posible recuperación de sus murales, ya muy afectados, y la perdida de su esencia como ejemplo relevante de la relación entre arquitectura, pintura y escultura.

Afectado significativamente por los sismos de 1985, cuando se eliminaron cinco pisos de sus edificios altos y partes de los murales, y el de 2017 cuando fue tan grave el daño estructural del conjunto, que de plano fue desalojado y desde entonces se inicia la discusión de qué hacer con él. El reto y complejidad que implicaría su rescate integral, como fue concebido originalmente, prácticamente se descartó, después de varios estudios y análisis técnicos, por lo que la salida tendría que ser otra, hasta llegar a la propuesta polémica actual de recuperarse como “Parque del Muralismo Mexicano”. Entre tanto, la sociedad y los académicos se han manifestado a través, por un lado, del grupo “Por el rescate del Centro SCOP”, integrado por residentes de la unidad habitacional contigua, especialistas, arquitectos y restauradores del INBAL y periodistas, y por el otro, por un seminario propuesto por el Dr. Renato González Mello en la UNAM, donde la Doctora Elisa Drago y alumnos del Posgrado de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras, han realizado estudios que argumentan los valores urbano arquitectónicos, así como estéticos del SCOP, y que próximamente se publicaran en un libro. También habrá que decir que, el pasado 16 de octubre se logro la Declaratoria del Centro SCOP como patrimonio artístico de la Nación. Hecho positivo de entrada, pero paradójico, porque a la vez, se intensifico la demolición de los edificios y desmonte, sin los cuidados necesarios, de todos los murales.

Ante esto, habrá que asumir, la pérdida definitiva del Centro SCOP, como todavía lo veíamos hace algunos meses, y que el famoso proyecto del parque, donde estarían involucrados los arquitectos Enrique Norten y Víctor Márquez, aparentemente ya retirados del mismo, es toda una incógnita, porque desafortunadamente, no se involucró a nadie, ni a los especialistas, ni a los vecinos, y no se ha difundido de manera abierta y amplia. Tememos que, por los tiempos políticos de fin de sexenio y próximas elecciones, se terminara por hacer un remedo de parque, con los restos de murales rescatados, ya sin el entorno inicial que les daba sentido, y con una unidad habitacional contigua, excluida del proyecto. Una pena que las autoridades actuales, por lo menos en cuanto a la defensa y conservación del patrimonio cultural, no hayan sido distintos, como pregonaron, a las anteriores y de nuevo perdamos, un conjunto monumental, único en nuestro país. Pero esta telenovela no termina aquí, retomaremos los siguientes capítulos en un ensayo próximo.


*Arquitecto, profesor investigador de la UAM Xochimilco y editor de El Trazo Semanal.




Diciembre. 2023




 

 

 

Los 25 años del edificio 25 de la UAM Xochimilco

 

Los 25 años del edificio 25 de la UAM Xochimilco

Roberto A. Padilla Sobrado*

 

El llamado edificio 25 o edificio “R” de la UAM Xochimilco, cumple 25 años de existencia, y se ha convertido, con el paso del tiempo, en uno de los más característicos de la Unidad. Desde su construcción obtuvo el reconocimiento nacional al ser premiado con la medalla de plata en la V bienal de Arquitectura Mexicana 1998.

 

Inaugurado por el entonces rector general de la UAM, el Dr. José Luis Gázquez Mateos, en seguimiento del plan rector de la institución, respondiendo a las necesidades de la población académica y estudiantil, y diseñado por los arquitectos Dulce García, Ricardo Pita, Rodolfo Santa María, y José Ángel Campos, profesores de la licenciatura en Arquitectura de la división de CyAD, fue construido para albergar a la licenciatura en Diseño de la Comunicación Gráfica, y no solo tener salones para dar clases, sino también talleres especializados característicos de su programa de estudios, como lo son los de grabado, serigrafía, offset, fotomecánica, cómputo y gráfica monumental. Además del laboratorio de fotografía analógica y el set de fotografía, las áreas de ilustración, medios audiovisuales, diseño editorial, así como el reconocido “Salón Princesa”, en dónde se enseña dibujo no solo a los alumnos de la licenciatura, sino al público en general en su taller vespertino.

El edificio tiene planta baja, primer y segundo piso, y alberga al auditorio “Jesús Virchez”, uno de los más característicos de la Unidad, la sala de seminarios y la nueva sala de proyecciones, y cuenta con dos espacios adaptados para montar exposiciones artísticas, la Galería “Ada Dewes”, en el vestíbulo del auditorio Virchez, y la “Galería del Pasillo”, que se encuentra en la planta baja del edificio, en el pasillo central. A decir del Dr. Gázquez,  “los edificios hay que llenarlos de vida académica, de actividades que permitan a la UAM consolidarse como un modelo importante del sistema de educación superior del país". Frase que ha resultado profética, ya que durante todo este tiempo, la licenciatura en diseño de la comunicación gráfica se ha constituido como una de las carreras de diseño más importantes de nuestro país, y que ha visto pasar por sus salones y talleres a decenas de alumnos que se han convertido en diseñadores líderes en su ramo.

Durante los últimos 25 años, el edificio ha vivido modificaciones y cambios que lo han adaptado a las necesidades académicas de la licenciatura. Algunas de sus paredes han sido intervenidas con murales pintados por los alumnos, producto de proyectos modulares del taller de gráfica monumental y del área de ilustración. Un ejemplo son los pintados en el año 2012, ubicados en el segundo piso del inmueble y que sirven como portadas que identifican los distintos talleres de la carrera, y los murales pintados en las escaleras que conectan los distintos niveles elaborados en el año 2019.

Los primeros murales dieron una gran promoción al edificio, ya que su proceso de realización fue registrado en el cortometraje “Cinco Murales”, dirigido por el maestro Roberto Padilla, profesor de la licenciatura en D.C.G, y que fue seleccionado en varios festivales de cine a nivel nacional e internacional, como el festival Italiano “ Afragola International Film Festival of Architecture and Design 2021”, especializado en proyectos de arquitectura y su relación con el diseño y proyectos audiovisuales, el festival estadounidense “NAFCo Winter film festival 2021”, en dónde ganó el premio del jurado al mejor documental animado, y el festival Internacional  “Shorts México 15”, entre otros. El cortometraje se puede ver a través de internet en la siguiente dirección: https://vimeo.com/301101059

En la pandemia ocasionada por el Covid, cuando la universidad se encontraba en pleno aislamiento dando clases virtuales, se hicieron modificaciones a sus espacios físicos para mejorar la labor docente al regreso a las actividades presenciales. Uno de los laboratorios de fotografía analógica, ya en desuso, se adaptó para albergar el ahora “Taller de cómputo 2”, y el llamado salón “La caverna”, por el eco que producía, se adaptó para crear la ahora “Sala de proyecciones”, y se abrieron ventanas en algunas aulas para poder laborar en las circunstancias creadas por la emergencia sanitaria.

El edificio ha sido testigo de grandes retos que la comunidad ha tenido que afrontar a través del tiempo, en dónde se incluyen huelgas, desalojos por amenazas de bomba, paros de alumnos, terremotos, y una pandemia mundial, que han obligado a reforzar su mantenimiento para que siga tan vigente como en sus inicios, albergando generación tras generación de futuros diseñadores, que le sigan dando vida ayudando a que la comunidad de diseño continúe creciendo y desarrollándose cada vez más.













Fuentes electrónicas consultadas:

https://www.youtube.com/watch?v=-FluwZOjz3w

https://biblioteca.xoc.uam.mx/40aniversario/docs/talleres_diseno.pdf

https://vimeo.com/301101059

 

*Diseñador de la Comunicación gráfica, Maestro en Ciencias y Artes para el Diseño y Jefe del Departamento de Síntesis Creativa de la UAM Xochimilco.

 

Noviembre 2023.

Rescate patrimonial y social: Academia Benning

 

Rescate patrimonial y social: Academia Benning

Aldo Alberto Ordaz Salas*

 

 

Una de las hipótesis más recurrentes que solemos plantear los que nos encontramos en el camino de la conservación es la de cuántas vidas puede tener un edificio. Al respecto, logramos presenciar la materialización de lo que significa reutilizar y dar una segunda oportunidad a un inmueble, en este caso, una edificación del siglo XIX en el Estado de Morelos. Como parte de las actividades del seminario de Crítica a los Proyectos de Reutilización, los alumnos de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado, Generación 2023-2025 de la UAM Xochimilco, acudimos a la visita de la Antigua Estación de Ferrocarril de Cuernavaca, un sitio que ha renacido después de un excelente proyecto arquitectónico, a cargo de los arquitectos Isidro Velázquez y Eduardo Heras, ahora convertida en la Academia Benning.

La Estación de Ferrocarril de Cuernavaca fue concluida en 1897 en una ruta que originalmente llegaría a Acapulco pero que finalmente solo llego a Iguala. El mismo presidente Porfirio Díaz acudió durante ese año a inaugurarla, haciendo un viaje desde la capital que por aquel entonces no era menor a 12 horas, en comparación con la hora y media que ahora se hace desde la terminal de autobuses de Taxqueña, al sur de la Ciudad de México. Como toda infraestructura federal, estas estaciones fueron construidas con tipologías que tendían a repetirse mecánicamente, y conforme a las necesidades que requiriera el sistema ferroviario nacional. Respecto a estaciones análogas a la de Cuernavaca, es posible encontrar su similar en una estación que se construyó en Colima durante fechas similares, constando ambas de una planta baja para salas de espera, talleres taquilla y los andenes, mientras que en la planta alta se encontraban habitaciones para un pequeño hotel.

Después de la Revolución Mexicana y prácticamente durante todo el siglo XX, la estación de Cuernavaca siguió conservando su actividad original, sin embargo, después del abandono ferroviario impulsado por el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, la estación fue cerrada y abandonada en 1997.

La crónica de una muerte anunciada era inminente: a principios de los 2000 sufrió un incendio que terminó de definir el destino de la vieja estación, culminando así con el saqueo de los elementos que todavía se consideraban valiosos (puertas, barandales, ventanas). En lo que fueron los patios de la estación se invadieron por asentamientos populares, con altos índices de marginación y delincuencia.

Durante la visita tuvimos la fortuna de contar con la presencia del arquitecto Velázquez, quien nos relató a modo de cronología, el proceso que siguieron para generar el proyecto de rescate, haciendo mucho énfasis del escenario de abandono que presenciaron él y su equipo de diseño al llegar al sitio. Para 2016, la estación solamente funcionaba como una cortina que dividía estratos sociales en Cuernavaca; los mechinales en muros daban una pista del planteamiento estructural original ya inexistente, y las ruinas de la antigua estación funcionaban ahora solamente como basurero.

El arquitecto Velázquez comentaba precisamente sobre la utilidad de la basura y escombros que encontraron, ya que se analizaron cuidadosamente con la intención de obtener cualquier información de la preexistencia, que permitiera definir criterios de intervención lo más fiel y respetuosamente posible. Además, también se realizaron calas para conocer las fábricas de lo que quedaba en pie.

A nivel proyectual se hicieron alteraciones mínimas a la disposición espacial original, anexando únicamente un vano en un muro de la planta baja, para permitir la libre circulación entre niveles por medio de una escalera. A la misma, le fue restituida unos barandales en base a la información de los planos originales que arrojó la investigación histórica, muy importante también en este tipo de proyectos. Con respecto a la acústica que resulta un factor clave para edificios con vocación musical, la Academia Benning logró satisfacer con creces los requerimientos de aislamiento de sonido y de reverberación a partir del sistema estructural y de paneles textiles diseñados por los asesores en acústica del arquitecto. Velázquez.

Tito Quiroz, director de la academia y miembro de la familia Benning, se dio la oportunidad de enseñarnos cada uno de los espacios, al mismo tiempo que nos contaba cómo surgió todo, a partir de la iniciativa de sus padres, para apoyar el talento de niños mexicanos en condición de pobreza. A pesar de que la construcción fue financiada por autoridades federales y estatales, y de privados, Tito nos contó que la gestión durante los siete años de vida de la Academia, han sido difíciles debido a que no existe un interés genuino por financiar la operación por parte de la iniciativa pública y privada. Intereses políticos, la falta de compromiso por parte de empresarios, además de amenazas directas del crimen organizado, han dificultado la gestión del proyecto. Sin embargo, esto no ha sido motivo para dejar de operar si no todo lo contrario.

La Academia Benning se ha convertido en un foco cultural para el estado. A partir del programa 2X1, cualquier persona en general tiene la oportunidad de pagar sus clases y al mismo tiempo financiar la de los niños que viven en las colonias vecinas. Además, la calidad de la educación es notable ya que los docentes que imparten aquí sus clases son músicos profesionales egresados de los mejores conservatorios del país. En cuanto a oportunidades, a los niños de escasos recursos se les brindan instrumentos profesionales que pueden utilizar y llevar a casa, además de que tienen eventualmente la posibilidad de continuar su formación en Europa y Canadá.

Visitar la Academia Benning deja claro que la reutilización de espacios es imprescindible para la conservación del patrimonio, sin embargo, no se debe dejar de lado la posibilidad de encontrar un enfoque comunitario que contribuya a mejorar el tejido social en donde se realice la propuesta. En nuestra condición de conservadores del patrimonio, es importante que logremos entender que por más entusiastas que podamos ser de la restauración, esta puede no ser suficiente ni sostenible: en la medida de las posibilidades formales, espáciales y materiales que podamos encontrar en un caso de estudio. Es indispensable que busquemos nuevos usos y actividades que permitan al edificio sostener esa segunda vida a la que se aspira.


Vestíbulo de la Academia Benning donde se puede encontrar la maqueta de la intervención. Arriba también se observa el CCTV donde podemos ver en tiempo real cada una de las aulas diseñadas | Fotografía: Aldo Ordaz


Primer nivel de la Academia Benning donde se reutilizaron antiguas habitaciones del hotel y que ahora funcionan como aulas para la enseñanza de piano, canto y demás instrumentos | Fotografía: Aldo Ordaz


 
Miembros de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado Generación 2023- 2025 acompañados del Dr. Alejandro Ochoa, el Arq. Isidro Velázquez y Tito Quiroz | Fotografía: Alitzel Villagrán




*Arquitecto y estudiante de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado, UAM Xochimilco.

 

Septiembre de 2023.

NOTO, una joya del barroco de Sicilia, Italia

 

NOTO, una joya del barroco de Sicilia, Italia

Alejandro Ochoa Vega*

 

Se suele pensar que el barroco es un lenguaje cargado de ornamentos y que solo se queda en eso, y que en el caso de la arquitectura se plasma sobre todo en fachadas y retablos, más no en el espacio. El barroco mexicano y latinoamericano, en particular el de los países como Perú, Bolivia, Ecuador, Brasil y Guatemala es de los más ricos y expresivos, teniendo como referentes sus fuentes españolas y portuguesas, y no pocas donde es posible observar la mano indígena, el llamado “barroco mestizo”. En casi todos los casos, sus fuentes europeas derivaron en plantas de cruz latina, con una o tres naves, tal como se venía haciendo desde las basílicas romanas, paleocristianas, medievales y renacentistas. Sin embargo, hubo un barroco donde el espacio fue también protagonista, por romper con las plantas clásicas y resolver plantas ovales o circulares, tal como se puede ver en la iglesia de las Cuatro Fuentes del arquitecto italiano Francesco Borromini en Roma, o en muchos de los templos barrocos de Sicilia. Cabe decir que hubo un arquitecto mexicano sobresaliente, y que su obra refleja una marcada influencia del barroco italiano, Francisco Antonio Guerrero y Torres (1727-1792). Autor de varias obras significativas, como el Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso, con su hermosa escalera de dos arranques, El Palacio de Iturbide, el hoy Museo de la Ciudad de México y la Iglesia del Pocito con su planta oval tan particular.

El sur de Italia es como otro país si se compara con el norte rico e industrial, desde la ciudad de Nápoles, con su caos característico y lleno de inmigrantes árabes, carga una historia añeja, de mezclas culturales y huellas en sus monumentos de pasados gloriosos. Y si uno se aventura a llegar a Sicilia, la intensidad aumenta, con múltiples ruinas de una antigüedad grecorromana, monasterios medievales transformados en universidades como el de los Benedictinos en Catania, pero, sobre todo, ciudades reconstruidas después de terremotos, como es precisamente Noto, a 32 kilómetros al norte de Siracusa, otro gran enclave de esa región cultural. El sismo de 1693 destruyo por completo la ciudad, y con un ímpetu sobresaliente, muy cerca del antiguo asentamiento, se reconstruyo la ciudad durante el siglo XVIII, dejando a la posteridad gran cantidad de templos y edificios, de un barroco exuberante y por demás dinámico, en sus fachadas cóncavas y convexas, plantas elípticas, extraordinariamente bien conservadas hasta nuestros días, con ese sello tan particular, por el uso de una piedra local, de origen calcario y de color blanco rosado. Desde la Catedral, con esa gran escalinata monumental, flanqueada por dos torres y una cúpula recién reconstruida, hasta los templos de San Carlos y Montevergini de fachadas cóncavas, o el sobresaliente templo de Santo Domingo con su portada convexa, ménsulas invertidas y frontones rotos. No se diga los interiores, que, desde las plantas ovales, decoraciones en yeso y pinturas de gran calidad, complementan una experiencia única.

Una invitación a explorar, para los que puedan escaparse a esas tierras cálidas, de descubrir una Italia distinta a la que solemos identificar, por ciudades como Roma y muchas otras del norte del país, y donde pequeños pueblos pueden ofrecer una lección extraordinaria, de los mejores ejemplos de la arquitectura barroca a nivel mundial. 







*Arquitecto, profesor investigador de la UAM Xochimilco y editor de El Trazo Semanal.

Imágenes del autor.

 

Septiembre de 2023                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            

La ciudad neorrealista. Roma, Madrid, Ciudad de México: Entre cine y arquitectura. Dr. Federico Colella. Un comentario

 


La ciudad neorrealista. Roma, Madrid, Ciudad de México: Entre cine y arquitectura. Dr. Federico Colella. Un comentario.

 

Kevin Eduardo Vázquez Arroyo*

 

Como parte del seminario del área de investigación, Procesos Históricos y Diseño de la UAM Xochimilco, el pasado 24 de agosto el Dr. Federico Colella de origen italiano y docente del Tecnológico de Monterrey y de la Universidad Anáhuac, presentó vía remota una muy breve, pero no menos interesante, muestra de su tesis doctoral “La ciudad neorrealista. Territorio, iconografía y mapas de Madrid y Roma”. Su trabajo parte de un movimiento cinematográfico de mitad del siglo XX, el neorrealismo italiano, que surgió como respuesta a la narrativa grandilocuente que era la constante en el cine durante el fascismo de Mussolini. El neorrealismo muestra la realidad italiana de la posguerra, con los problemas de los derrotados las guerras: dolor, pobreza y desorganización.

El análisis de Federico Colella nos muestra cómo un movimiento artístico profundiza en la exploración urbana, mostrándonos las entrañas de la ciudad romana fuera de la monumentalidad a la que estamos acostumbrados. Las películas neorrealistas ven a las periferias de la ciudad como motor de inspiración artística, porque las historias que ahí se desarrollan son muy diferentes a las del centro, podemos ver desde inmuebles afectados por la guerra, la delincuencia y la crisis de la vivienda en esa época. En estas historias estaba permitido no tener un final feliz porque sencillamente, casi como documental, así era la vida en ese momento.

Los paisajes entrópicos que se presentan en el neorrealismo traen consigo la esencia de dos eras, la de un supuesto progreso fascista mostrando elementos constantes en las obras como andamios y estructuras desnudas de lo que pudo ser, proyectos frustrados. Por otro lado, la crudeza de la destrucción y sus ruinas. Si bien el movimiento artístico nace en Italia, Colella identifica las relaciones entre el cine italiano de la posguerra y el cine español que entra al fascismo. En esta comparación ubica los paralelismos cinematográficos de ambos movimientos llegando a un punto común.

Es valioso comentar la metodología aplicada en el análisis, con cartografía de Roma y Madrid nos muestra el mapeo de las escenas con los recorridos realizados por los actores, esto nos da una idea de cómo el espacio urbano es clave en la representación de su realidad, y donde podemos ver, en un segundo plano, el movimiento de las actividades reales de la gente. En ese sentido, también es importante mencionar el conteo métrico de los desplazamientos ayudando una vez más a notar cómo cambia y se desarrolla el plano a lo largo de las escenas.

Sin duda un trabajo que nos recuerda la riqueza artística que aporta el cine a la vida, y mejor aún, a la arquitectura y el urbanismo siendo un medio de reflexión y análisis de los espacios que habitamos en momentos determinados.

 





Agosto de 2023

 

*Arquitecto y estudiante de la Maestría en Ciencias y Artes para el Diseño. UAM Xochimilco.

Benlliure: El contexto como eje proyectual en el siglo XX

Benlliure: El contexto como eje proyectual en el siglo XX 
 Aldo Alberto Ordaz Salas* 

 CIMIENTOS. Archivo José Luis Benlliure es una exposición que se encuentra actualmente abierta al público y que forma parte de las actividades para conmemorar, por una parte, el nonagésimo quinto aniversario del arquitecto valenciano José Luis Benlliure y también el trigésimo quinto aniversario del Museo Mural Diego Rivera, inmueble que en su momento buscó dialogar con su entorno virreinal y que fue construido a partir del contexto de emergencia como lo fue el terremoto de 1985. Hablar de los sismos de septiembre de 1985 es sin duda discutir uno de los eventos que por sus características y magnitudes lograron dejar una cicatriz permanente en la historia de nuestra ciudad y de su pensamiento colectivo. Equiparable quizás no en origen o contexto, pero si en magnitud a eventos más recientes -como los terremotos de Turquía en 2022 o incluso el de 2017 también en la Ciudad de México- las secuelas de la catástrofe de hace casi 38 años siguen siendo perceptibles en muchas zonas del centro histórico. Si se camina por colonias como la Guerrero y sus alrededores se podrá observar la permanencia de terrenos baldíos -como el de las oficinas del Hotel Fiesta Americana sobre Reforma-; edificios que tuvieron que ser modificados estructuralmente para poder continuar en pie -como el que se encuentra en una de las esquina de la Glorieta de Colón-; o simplemente, si uno es lo suficientemente valiente para acercarse a alguna vecindad del perímetro A y B, podrá observar en la entrada de no pocas las placas que anuncian su reconstrucción posteriori a los sismos del 19 de septiembre. Aunque todavía yo no había nacido, el testimonio histórico, escrito y sobre todo hablado de mis padres, familia y amigos me deja claro que aquella mañana cambió por completo la vida del México moderno, y consecuentemente, de sus procedimientos constructivos. Edificios que formaban parte de la imagen urbana y de la historia nacional quedaron reducidos a escombros en cuestión de minutos, perdiendo así para siempre su evidencia histórica y artística la cual hoy sólo recordamos a través de las fotografías, documentación académica y algunas veces el cine. En otros casos, si bien el sismo no logró el derrumbe completo de algunos inmuebles, lo cierto es que algunos quedaron severamente dañados y tuvieron que ser demolidos eventualmente. Tal fue el caso del Hotel del Prado de Carlos Obregón Santacilia, que resguardaba en su interior el mural de Diego Rivera “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, una obra que a título personal y sin afán de caer en una aseveración superficial, considero que es el retrato máximo de la sociedad capitalina del siglo XVI a mediados del XX. Tal fue la importancia de la obra de Rivera, que el INBA a través del DACPAN (Dirección de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico) buscó a toda costa su rescate y preservación, poniendo en marcha el proyecto de museo que se encuentra actualmente frente a la Alameda Central, en la Calle de Colón. Este proyecto considero busco una reconciliación con la escala original del centro histórico que se había perdido durante la primera mitad del siglo XX, por lo que el proyecto tiene una altura razonable, dialogando a su vez con las construcciones virreinales aledañas, como la Iglesia de San Diego y el remanente de lo que alguna vez fue su convento. Es importante mencionar también que el Museo Mural contemplaba un par de construcciones más que buscaban destacar la cúpula y la torre del edificio religioso, sin embargo, estas no fueron construidas finalmente. En la exposición Cimientos… podemos encontrar también otros proyectos realizados por el arquitecto valenciano en fechas cercanas. Por una parte, se muestra la propuesta del auditorio del Museo de San Carlos, donde es evidente que Benlliure buscaba una armonía entre su proyección y la arquitectura de Tolsá. De igual manera se menciona la Casa de Cultura de Tlaxcala, y el proyecto que se pretendía construir en el terreno baldío que dejó el Edifico La Mariscala después de su demolición, el cual pretendía albergar las oficinas del INBAL, y que al final no se construyó. José Luis Benlliure llegó de España como refugiado de la guerra civil española en 1939 cuando tenía 11 años, sin embargo, por las cartas a su madre que se pueden leer a lo largo de la exposición, me da la impresión de que a pesar de esa corta edad y de prácticamente haber hecho toda su vida en nuestro país, siempre mantuvo esos lazos con su origen valenciano. Considero que esto también puede ser evidente en su escribir, ya que refleja tanto en su gramática como en su pensamiento, su origen español en expresiones y referencias, principalmente a instituciones del virreinato como la Academia de San Carlos, a las cuales seguía refiriéndose con antiquísimas etiquetas nobiliarias. La mezcolanza del origen de Benlliure, y el resto de su vida en México es quizás la clave que le permitió evolucionar hasta lograr alcanzar el nivel que logró con proyectos como el Edificio Aristos, a la vez que llegar a la cúspide de su carrera como principal arquitecto del DACPAN. A manera de conclusión, considero que para nuestro campo de la reutilización los proyectos del Museo Mural y del Anexo de la Academia de San Carlos, son excelentes ejemplos de propuestas contemporáneas inmersas en un contexto histórico de manera respetuosa y sincera, dejando en evidencia procedimientos constructivos actuales que a su vez lograron armonizar con arquitecturas del siglo XVI y XVIII.


Placa que anuncia la reconstrucción de una vecindad en la colonia Guerrero | 2020   


Fachada Museo Mural Diego Rivera/ Fuente Twiter





 Agosto de 2023 
 *Arquitecto y estudiante de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado. UAM Xochimilco.

La subestimada gestión y planeación territorial de los pueblos originarios en México.

La subestimada gestión y planeación territorial de los pueblos originarios en México.             Homero Mendoza Sánchez* 
El tequio, los comités y el sistema asambleario son auténticas estructuras socioculturales y política de organización comunitaria, en México, los indígenas las han usado para la autoconstrucción y el mantenimiento de sus bienes comunales como en la gestión del territorio y sus recursos, tanto en los asentamientos rurales como en las áreas urbanas indígenas. Este sistema de organización comunal se sustenta de inicio, en la propiedad comunal de la tierra, pero también de los servicios, los equipamientos, las redes de infraestructura, etc. que les son propios. De igual forma sus territorios y los recursos que estos contienen: sus bosques, ríos, manantiales, pozos de agua, etc. El tequio es conocido también como mano vuelta, faena o fajina. En lengua zapoteca se le conoce como GUNEDXI que significa el diezmo o cuota del pueblo. Las ciudades en Mesoamérica, como México Tenochtitlán, los tequios permitieron el levantar y mantener los templos, los palacios, las calzadas, los acueductos de la metrópoli. Los colonizadores españoles, utilizaron estos saberes colectivos para levantar conventos, palacios, iglesias, cabildos, de las ciudades novohispanas. Muchas de estas ciudades españolas se hicieron sobre viejos asentamientos prehispánicos, de su destrucción, despojo y reciclaje. Actualmente, México cuenta con 62 grupos étnicos. El Estado de Oaxaca concentra aproximadamente el 25% de municipios (570 municipios) del total nacional (2469 municipios) lo que significa que al menos en la mitad de los municipios del país, se suceden diariamente algún tipo de ayuda mutua para la gestión, el desarrollo de los territorios, pueblos y ciudades indígenas. Sin embargo, en muchos casos como planificadores, urbanistas, arquitectos e ingenieros hemos subestimado estos saberes. Los pueblos originarios han resuelto sus problemas urbano-arquitectónicos, territoriales, y hecho frente a los estigmas que sobre ellos pesan: “atrasados”,·”pobres”, “negados al progreso, al desarrollo y a la modernización”. El no reconocimiento al derecho consuetudinario de los pueblos, ha llevado a una confrontación con el gobierno federal. Sus formas organizativas han tenido que adecuarse muchas veces al poder hegemónico del Estado, a los intereses corporativos y clientelares partidistas. Luis Echeverría Álvarez, como muchos otros presidentes o gobernadores príistas, utilizaron el tequio para sus campañas electorales. Caso emblemático fueron los programas de Solidaridad durante el gobierno de Salinas de Gortari (con sus ramos 28 y 33) y su carácter totalmente clientelar afectando los procesos asamblearios y de consenso comunitarios en la gestión de obras públicas. La 4T ha intentado emularla en la ciudad particularmente con tequios urbanos para algunos programas de acción colectiva en la delegación Iztapalapa. Solo citamos algunos ejemplos, pero en muchos sexenios, las comunidades indígenas han sido utilizadas como parte de la propaganda política. Sí el proyecto nacionalista de sustitución de importaciones fue muy hostil hacia las comunidades indígenas, el periodo neoliberal abre las puertas a una guerra muy cruenta con las comunidades por sus políticas privatizadoras y de despojo. El primer golpe de muerte a las formas organizativas comunitarias sin duda fue el convertir la tierra en una mercancía con las reformas a la propiedad social de la tierra en el artículo 27 constitucional. El segundo golpe fue el otorgar concesiones a corporaciones internacionales. No es un secreto que las Corporaciones mineras canadienses y sus filiales mexicanas han destruido, desplazado, asesinado a comunidades, saqueado los recursos de sus territorios. Los megaproyectos privados del Estado, por un lado, y, por otro lado, y los carteles de la droga son en la actualidad dos grandes enemigos de los tejidos comunitarios y sus territorios. Es tiempo ya de que en nuestras universidades públicas pongamos a la mesa estos temas con nuestros alumnos, pero también buscar nuevas epistemologías y formas de hacer investigación que permitan un reconocimiento de estos saberes de nuestros pueblos originarios. 

* Doctor en Estudios Urbanos y profesor de planeación territorial y arquitectura en la UAM Xochimilco. 
 Julio/23

 

La interseccionalidad en la arquitectura

 

Javier Caballero Galván*

 

Más allá del paro en la UAM y del problema específico que lo detonó, la violencia de género es un problema estructural que debe atenderse más allá de la presente coyuntura. Efectivamente la sensibilización no es suficiente para solucionar un problema que, de forma literal, es de vida o muerte, y que requiere de acciones contundentes para poder atenuar su impacto. Creo que parte del reto está en lo que se haga en la universidad pública, no sólo porque es este el espacio donde debe imperar el debate y la reflexión, sino porque ésta representa gran parte de la conciencia de una nación. Comenzar por concientizar a las personas que tenemos acceso a la educación académica, es de alguna manera comenzar a difundir una práctica y un discurso que debe hacerse sentido común.

Un aspecto importante para la deconstrucción de esta violencia homicida es que el género nunca va solo, es decir, siempre va acompañado de otras opresiones como lo son la opresión de clase, de etnia, de religión, de orientación sexual, de educación, de idioma o de acceso a la tecnología entre otras. Así que combatir lo que tienen en común todas estas esferas de lo social, es el punto crucial que hemos de enfrentar, a saber, la creencia según la cual existen condiciones naturalizadas que posibilitan la superioridad de unos sobre otros: los hombres sobre las mujeres, los burgueses sobre los obreros, los blancos sobre los negros, los heterosexuales sobre los homosexuales, los académicos sobre los analfabetos, los idiomas occidentales sobre los nativos, o el ser humano sobre la naturaleza.

El reto es mayúsculo y comienza por tener en cuenta que el patriarcado, como el capitalismo, se nutren no sólo de sí mismos sino de muchas otras desigualdades; es la piedra angular para comenzar a desmontar este par ideológico que nos está llevando al colapso. Un ejemplo bastará: en nuestra disciplina, aún se enseña que existe una arquitectura mejor que otra; una arquitectura -casi siempre hecha en los países industrializados- que contiene los patrones de diseño "correctos", y que la hacen por este simple hecho una entidad "superior" de aquella que se construye en los sectores populares de los países periféricos. Los premios y reconocimientos así lo manifiestan, y si acaso se llega a premiar una obra dentro de un contexto popular (véase el caso de la casa Borges Ramos https://bit.ly/3MgEDsH) se hace en la medida en que los cánones de diseño sean fieles a los señalados por los grupos dominantes.

Lo mismo ocurre con el reconocimiento a las mujeres arquitectas, que, si bien es efectivamente un paso importante, la forma en que se hace termina por absorber la práctica y el discurso emancipatorio que lo impulsa. Véase el caso de Zaha Hadid o de Kazuyo Sejima, las cuales reproduciendo exactamente la arquitectura que mandata el modelo hegemónico impuesto por la modernidad capitalista, fueron premiadas mucho más por reproducirla que por ser un ejemplo de valor y resistencia dentro de una disciplina dominada por varones.

Nos urge poner en el centro de la disciplina el concepto de interseccionalidad, ya que de esta manera evitaremos caer en ese “mujerismo”, que además de despolitizar, coadyuva a mantener vigente la violencia de género.


Fotografía, Pedro Kok

*Estudiante del Doctorado en Ciencias y Artes para el Diseño, UAM-X.

Junio, 2023