NOS FALTAN 43. Por José Ángel Campos Salgado.

Pasan días y más días y de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desparecidos por el Estado no sabemos aún nada. Son más de dos meses desde el 26 y 27 de Septiembre de este año y las propuestas del gobierno de la República, representado en primer lugar por el Presidente, solamente intentan que poco a poco se vaya olvidando esta terrible tragedia. Pero se equivocan quienes promueven tal política, la memoria se va reforzando con el recuento de otras, muchas otras atrocidades cometidas por ese mismo Estado en todo el país. De este modo, por cada respuesta que dan las autoridades, crece el enojo, la indignación, la rabia, y al mismo tiempo la disposición a no dejar que se borren de la memoria tan trágicos acontecimientos.

FIL Guadalajara 2014. Por Alejandro Ochoa Vega

Asistir a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara cada vez que se puede es una de las mejores experiencias, por la cantidad de editoriales presentes, nacionales e internacionales, privadas o de instituciones públicas, por las novedades que en muchos casos solo ahí se pueden conseguir, por los escritores connotados que llegan y las mesas de discusión, además de los eventos culturales, presentes más allá de las instalaciones sede, la Expo Guadalajara. Considerada ya, como la más importante en lengua hispana, la FIL es una oportunidad única que ubica a la ciudad anfitriona en el mapa cultural mundial.

De ida y vuelta. Lance Wyman: íconos urbanos. Por Dulce Ma. García Lizárraga

Para esta exposición, se seleccionaron trabajos que ya son referentes visuales en la ciudad de México: la señalización del metro, la conocida gráfica de los del 68 y diversos logotipos para la industria privada, como los hoteles Camino Real y Presidente Chapultepec; los museos Marco de Monterrey y Papalote Museo del Niño; así como algo tan cotidiano como las pastas La Moderna, logo y esculturas para la tienda de autoservicio deTodo y aunque ésta ya no existe, nos permite una mirada a distintos periodos cercanos y a los acelerados cambios en la fisonomía de nuestra ciudad. El énfasis se centra en sus propuestas urbanas y el interés particular nos conduce a proyectos muy específicos, es decir a cada quien le atrae cierta parte de sus proyectos.

¿Cómo se hace? (Materialización y proyecto). Por Pablo Quintero Valladares

Es esta una pregunta que posiblemente se antoje muy simple; sin embargo, responderla con rigor y a detalle nos conduce a una necesaria reflexión mas profunda sobre el proyecto. En otras palabras, ¿podría hablarse de un buen proyecto sin saber cómo y con qué se construye? La materialización y el proyecto se implican mutuamente y, desde los primeros momentos del proceso proyectual hemos de ir respondiendo a la pregunta: ¿cómo se hace?

El nuevo aeropuerto, política y arquitectura. Por Fernando Minaya Hernández.

El nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (AICM), fue presentado el pasado martes 2 de septiembre por las autoridades del gobierno federal, de la ciudad y del Estado de México, en presencia de sus autores, los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero. En un alarde estadista para presentar la propuesta ganadora del proyecto arquitectónico del sexenio, y con un gran despliegue de medios para informar sobre las bondades del proyecto, que difícilmente estará terminado en los siguientes años.

El nuevo AICM es muestra del peso de las decisiones políticas sobre la arquitectura, supeditadas a la vez a los intereses económicos de los grupos de poder. La elección de Norman Foster responde a que muy pocos arquitectos han diseño un aeropuerto, donde el arquitecto británico tiene experiencia probada en este ámbito, lo cual no impidió una sociedad con un arquitecto mexicano sin esa experiencia previa, Fernando Romero, quien además en sus proyectos de la Plaza Mariana de la Basílica de Guadalupe y el Museo Soumaya, no ha dejado una huella de calidad precisamente, sino más bien, productos de su relación cercana con el empresario Carlos Slim.

En su momento, en el periodo moderno, la arquitectura y la ciudad se enfrentaron no solo a un nuevo paradigma social y cultural, sino también a nuevos géneros arquitectónicos que hasta el momento no se habían construido. Así,  los aeropuertos fueron algo nuevo en la arquitectura del siglo XX, y sus diseñadores enfrentaron los problemas de proyectar algo que no tenía referentes. Traigo colación a los pioneros de estos espacios, ya que sin tener idea, o muy poca, se enfrentaron a solucionar un gran problema, tanto de escala como de ingeniería, además de contener una expresión arquitectónica en sintonía con su época.

En la actualidad, los arquitectos cargan con precedentes relevantes en la construcción de aeropuertos, a pesar de su corta existencia como género, todavía el diseñarlos es un reto importante, ya que la exposición de los autores al realizar dichos trabajos es a nivel global y conlleva un reconocimiento; además de la importancia como medios de transporte masivo de personas y mercancías. Por lo demás, todo lo anterior queda supeditado a ciertas decisiones políticas sobre la arquitectura a construir, sin que las autoridades evalúen el impacto  y trascendencia cultural de la obra, más allá de los criterios económicos y de rentabilidad.  


Al final, para escribir una referencia sobre la imagen de la maqueta del nuevo AICM, citamos a Otl Aicher con su frase “si se tratara de arquitectura, tendría que decir: cuidado la democracia está en peligro. lo augusto, lo grandioso, las composiciones simétricas siempre han acompañado al acrecentamiento del poder.” (sic)

Maqueta del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. Fuente: Obrasweb.com

Septiembre, 2014.

Venecia... y la Bienal de Arquitectura. Por Alejandro Ochoa Vega.

Reseñar en pocos renglones uno de los eventos más importantes de arquitectura a nivel mundial, implica un compromiso, pero hacerlo de la Bienal de Venecia, lo hace aún más complejo, debido a la carga histórica y características físicas, arquitectónicas y patrimoniales de la ciudad sede, en el norte de Italia. Haremos el intento.

En esta 14a Muestra Internacional de Arquitectura, el curador principal fue el holandés Rem Koolhaas y la denomino “Fundamentals”, con tres componentes: absorbiendo la modernidad 1914-2014 mostrando 66 países sus traumas y avances durante ese periodo, destrucciones, divisiones o invasiones donde a pesar de todo han sobrevivido. Elementos de arquitectura, es una invitación a replantearse y releer esas partes que en conjunto definen a la arquitectura, entre otros: pisos, puertas, muros o baños, en una interpretación abierta y reveladora. Monditalia, finalmente convoca a cineastas, coreógrafos, teatreros y músicos italianos para que desde sus producciones recuperen y revisen a su propio país como un espejo del mundo contemporáneo, y lo vinculen con la ciudad y la arquitectura. Al final, el conjunto de estos 3 componentes, las exposiciones y espectáculos, parten de las preguntas, ¿qué tenemos?, ¿qué conseguimos?, ¿qué podemos hacer y a dónde vamos?

Desde estas premisas, El Arsenal, viejo recinto de la ciudad depósito de armas de aquella Venecia punto de enlace entre oriente y occidente es sede de las propuestas del primero y tercer componente, los Jardines del segundo y algunos pabellones de países, que también  se disgregan fuera de estas sedes. Por lo que una bienal en esta ciudad, implica “tomarla” en buena medida, permitiendo que el interesado la recorra,  descubra y disfrute en todos sus rincones, plazas, callejones y canales. Esa Venecia invadida irremediablemente por un turismo masivo y voraz, que la va destruyendo de a poco, y donde eventos como las bienales, atraen a un público sensible donde la ciudad no es el escenario romántico e idílico, sino una oportunidad para que la ruina de muchos de sus edificios, adquiera una connotación poética y crítica. 

De los pabellones en particular, hay los que linealmente resumen 100 años de arquitectura, como el de México, República Dominicana, hasta los que se hacen preguntas, Luxemburgo, Francia, plantean hipótesis, Argentina, Brasil, o proponen una idea abstracta y con los mínimos elementos, Alemania, Tailandia. Entre los que nos contaron la historia de su arquitectura, pero con un diseño creativo están Estados Unidos y Japón, y los que aprovecharon para sugerir alguna crítica política, como Perú y Chile. Hay los interactivos, como Cyprus y Arabia Saudita, los de carácter social, Hungría o Holanda con su homenaje a Bakema, o los de títulos sugerentes, “monumentos potenciales de futuros no realizados” Albania, o “la capital de los deseos” Armenia.

El segundo componente propuesto para la muestra, Elementos de la Arquitectura, montado en el Pabellón Central de los Jardines, es una recreación histórica, lúdica y critica de todos los elementos base en una construcción, como, pisos, escaleras, ventanas, corredores, puertas, vistos a través del objeto mismo, o desde dibujos, maquetas 1:1, o filmes, como el muy provocativo que recuperaba los baños públicos de los años setenta, donde se daban los encuentros de homosexuales. Y el tercer componente, Monditalia, en el Arsenal, desde películas, proyectos arquitectónicos, documentos, revistas de época, conferencias, foros, obras de arte, entre otros, proponen una lectura interdisciplinaria del mundo moderno y contemporáneo.

Al final, una experiencia extenuante pero a la vez rica en ideas, proyectos y productos. Un evento homenaje y crítica al siglo XX y su modernidad, que apenas cita a uno de sus protagonistas, con la reconstrucción a escala 1:1 de la casa Domi-no de Le Corbusier, o los proyectos sociales de Jaap Bakema en el pabellón holandés. Una oportunidad para poner en discusión tantos temas y retos de la arquitectura contemporánea, en un escenario único, donde la ruina se vuelve atractiva y viva, y con una Venecia decadente y luminosa a la vez, como fondo.

 Bienal de Arquitectura de Venecia. Foto: Alejandro Ochoa Vega

  Bienal de Arquitectura de Venecia.  Foto: Alejandro Ochoa Vega

 Bienal de Arquitectura de Venecia.  Foto: Alejandro Ochoa Vega
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Octubre 2014.

La movilidad como ley. Por Mara Gachuz Delgado

El pasado 15 de Mayo entro en vigor la nueva Ley de Movilidad Urbana del Distrito Federal, con ella se pretende modificar el paradigma del transporte en la ciudad, la pirámide de jerarquía del peatón y el auto, y se reconoce la movilidad como un derecho para todos los capitalinos. Pero, ¿en realidad en qué consisten los puntos contenidos en dicha ley?, ¿se trata del inicio de la recuperación de las calles para  ser transitadas libremente? O ¿simplemente estamos hablando de demagogia política?

Hace unas semanas la ONU dio a conocer que - “con un total de 20 millones 843 mil habitantes, la ciudad  de México es la cuarta ciudad más poblada del mundo”1- con esto es inevitable pensar en la manera en la que me muevo dentro del D.F e imaginar la cantidad de personas que transitan de un lugar a otro utilizando las deficientes ofertas de transporte, y/o las  vialidades carentes de infraestructura y seguridad de nuestra ciudad. 

El tema de movilidad se ha convertido en un punto fundamental para vivir dentro de cualquier entorno urbano del mundo, es un factor que define y funciona para medir el desarrollo efectivo de las ciudades, así como la calidad de vida de sus habitantes.

En México, existen acciones y programas tanto públicos como privados que invitan a integrar nuevas opciones para trasladarse de un punto a otro. Sin embargo y como todos los usuarios de transporte lo sabemos, la oferta siempre resulta ineficiente ante la demanda. Programas y servicios como Ecobici, Carrot, AVENTON, Metrobus, Metro, los préstamos gratuitos de bicicletas del Gobierno del DF y la gradual transformación de algunas secciones de la ciudad de México (específicamente del primer cuadro) en andadores peatonales y  semi-peatonales, son implementadas para mejorar la movilidad. Sin embargo han dado la pauta para poner en evidencia las demandas capitalinas, la realidad es que todavía falta mucho por hacer.

Las circunstancias que ahora se entenderán como el planteamiento moderno de movilidad, se basan en la ampliación del Metro y Metrobus, en un nuevo órgano que regulara el transporte público de la ciudad; así como toda la reglamentación para las obras de infraestructura urbana, que, deberá atender a los principios de accesibilidad universal, es decir, banquetas adecuadas, rampas, cruceros seguros, etc. También tendrán que responder al principio de vialidad completa, donde es importante considerar los espacios peatonales, ciclovías, carriles para transporte público y  automóviles; todo esto en la idea de una nueva visión de ciudad.

El reto para el GDF, es grande y ambicioso no solo se trata de poner “parches” a las zonas de conflicto, el hecho es, que se tendrán que reformar dos reglamentos fundamentales para el funcionamiento de esta ciudad: el de tránsito y el de construcciones del DF. De esta manera, se podrán regular y sancionar las nuevas acciones, según sea el caso, sin dejar de lado la integración social.

Sabemos que existen diversos factores por los cuales la movilidad en la Ciudad de México es un conflicto, y que en su conjunto ocasionan el caos; como son  la indiferencia social y la apatía ciudadana en la participación de programas. El reto no solo será del GDF, sino de toda la comunidad capitalina  que tendrá un importante papel para fomentar y procurar la cultura de la movilidad.

La prioridad del peatón y el interés en su tránsito seguro y libre, nos habla de la apuesta a una evolución urbana, que si se realiza bajo los límites establecidos, reducirá  los tiempos de trayecto de peatones, ciclistas y automovilistas. Un desplazamiento urbano más eficiente que mejorara la calidad de vida de los citadinos.

Por último y reflexionando, como personas dedicadas al diseño, es necesario estar enfocados en estas nuevas transformaciones de la ciudad, para generar propuestas que  fortalezcan el concepto de movilidad, y de esta manera construir una ciudad vivible y más eficiente. 

Metro Pantitlán Linea A en “Hora pico”, fuente: www.sdpnoticias.com


Mi experiencia como recién egresado. Por Edgar Fabián Martínez Castillo.

Puedo afirmar que Enrique Norten, Juan Pablo Serrano, Félix Sánchez, fueron arquitectos que sin duda marcaron un objetivo en mis estudios universitarios desde el inicio, sobresalir.
Fueron poco más de 4 años los que viví angustiado por diversas razones. Sin enfocarme en el largo proceso que conlleva el estudiar la carrera de arquitectura, el hecho de presentar exámenes a diversas universidades, resultar seleccionado y saber si había elegido correctamente la profesión que ocuparía mis actividades y desvelos por el resto de mi vida, ya era razón suficiente para hacer presente a la angustia.

Dice Paul Andreu en “Carta a un joven arquitecto”: “…Piensa solamente en la arquitectura y lo que ésta significa para usted y para los otros. ¡Sobre todo, aliméntese! Aliméntese de ciencia, literatura, sobre todo de poesía. No hable demasiado y, sobretodo, nunca demasiado pronto…”. Considero que son éstas las palabras que describen casi a la perfección la etapa que vivía a poco más de la mitad de mi carrera, etapa de enamoramiento, en la que te brillan los ojos, te hacen sonreír, suspirar y tomarle más amor con tan sólo mencionar su nombre; “arquitectura”.

Hoy recién egresado me doy cuenta que todo el trayecto recorrido no fue más que la preparación a un largo camino por andar, el primer escalón al éxito, que aquellas noches de desvelos preparando entregas, hoy dan frutos, el soñar despierto. Por el momento no preparo entregas, sueño y aspiro a sobresalir, me desvelo con una sola intención, no haber desperdiciado el día sin hacer algo por alcanzar el éxito, cumplir mis sueños, alcanzar mis metas, porque terminar la licenciatura es tan solo el primer paso de bienvenida a la realidad. No es terminar una etapa, haber triunfado o estar orgulloso, es alcanzar mis objetivos, saber lo que es el fracaso, y que las horas de espera haciendo “renders”, las noches de desvelo preparando planos, y la mente a veces seca componiendo ensayos, solo era otra forma de prepararme para mis primeros tropiezos.

Ahora vienen las clásicas preguntas: ¿ya tienes trabajo?, ¿ya hiciste el servicio?, ¿dónde vas a trabajar?, y muchas por el estilo inevitables en este momento. En la idea de que no todos andamos de la misma línea, ni tenemos los mismos planes, mi experiencia como recién egresado, me lleva a recordar constantemente el objetivo que desde un principio me marcaron aquellos grandes arquitectos, sobresalir.

Julio Amezcua, Fernanda Canales, Luis Farfán, arquitectos contemporáneos que ya cuentan con premios y reconocimientos, y que para varios de mi generación significaron un referente importante, antes de ser diseñadores relevantes, son personas, al igual que muchos recién egresados, en plena formación, o recién ingresados a la carrera. Ellos sobresalieron y después de un proceso de crecimiento, actualmente ya cuentan con una firma arquitectónica, reflejo de su dedicación, visión y perfil profesional diferente a la de los demás.

También no puedo dejar de mencionar a Alejandro Ochoa,  Francisco Haroldo Alfaro, Carlos Mercado, Pablo Quintero, David Mora, Lucrecia Rubio, solo por referir algunos de mis maestros de la UAM-X, grandes arquitectos e increíbles docentes y personas, a quienes siempre voy a reconocer. Profesores que comparten su intelecto, que dan todo para que nosotros los recién egresados podamos andar el día de mañana, representando a esta maravillosa universidad, haciendo buena arquitectura de la que pueden sentirse orgullosos.

Esta es mi visión de recién egresado, el buscar ser diferente, sobresalir por mi trabajo y sentido humano, y que en un futuro se vea reflejado en mi arquitectura. Mencione a algunos arquitectos reconocidos, porque gracias a una oportunidad presentada en mi corto camino como arquitecto, de tener la oportunidad de intercambiar palabras con cada uno de ellos, y de presentarme como nuevo arquitecto, expresándoles mi admiración por su carrera, me hice una promesa; que el día de mañana sería parte de este maravilloso gremio,  no necesariamente como una de las estrellas de la arquitectura, sino como alguien que ha logrado sobresalir por la calidad de su trabajo.  

Egresados de la licenciatura de arquitectura. Fuente: Personal.

Septiembre 2014.





Ciudad futura, un nuevo aeropuerto y un viejo problema. Por Diego Rescalvo Grajales

Históricamente, el territorio conocido como el Valle de México, tratándose de una cuenca cerrada, ha sufrido cambios importantes en su geografía. Uno de los más graves y penosos acontecimientos ha sido la gradual pérdida de los grandes cuerpos de agua que conformaban el lago de Texcoco ( Xaltocan, Zumpango, Chalco, Texcoco y Xochimilco). Ahora solo podemos localizar los restos fragmentados de lo que fue alguna vez, una concentración de agua tres veces mayor a la Bahía de Acapulco.

Dentro de su extensión convergían aguas dulces y saladas, y era generador de una riqueza agrícola única para las culturas precolombinas, extendiéndose al temprano periodo del Virreinato Español. La poca sensibilidad, comprensión  y adaptación al frágil pero eficiente equilibrio del urbanismo prehispánico,  detono en constantes inundaciones, que trajeron como consecuencia  la decisión de desecar gradualmente el lago para expandir el terreno firme, alterando las características geografías, topográficas y ambientales del lugar.

Estas secciones sobrevivientes del lago se localizan al sur-oriente de la Ciudad de México actual, en una de las zonas con mayor índice de depresión social y económica. En un periodo de 50 años las condiciones urbanísticas, de infraestructura y expansión demográfica han empeorado exponencialmente, debido a un pésimo manejo de los recursos naturales, a un crecimiento urbano descontrolado y a programas y políticas sectoriales de poco impacto para las necesidades cotidianas  de una ciudad, que concentra más de  8 millones de personas, con un área conurbada que rebasa los  20 millones de habitantes (INEGI). Dentro este contexto  el  panorama actual es incierto y las miras al  futuro son poco favorables para la megalópolis.

En los años 60s ya con una problemática cercana a la actual, el Dr. Nabor Carrillo trazo los primeros planes para la realización de un proyecto urbano-ambiental denominado: “Rescate de la Cuenca Hidrológica del Valle de México”, logrando salvar casi 1000 hectáreas de superficie lacustre, trayendo como beneficios una baja en los niveles de contaminación, además de la reducción en el número de inundaciones al oriente de la ciudad. Sin embargo no fue sino hasta la década de los noventa, que se comenzó a gestar un proyecto integral  que tenía como principal interés, la regeneración del Vaso del Lago de Texcoco, junto a  un ambicioso plan urbanístico que buscaba la integración de las actividades humanas al entorno, y su relación directa con el medio ambiente.

“Ciudad Futura”,  proyecto de los arquitectos: Teodoro González de León, Alberto Kalach, José Manuel Castillo Olea, y Gustavo Lipkau, planteado en 2002,  tenía como prioridad el equilibrio entre los componentes urbanos, vialidades, servicios, equipamientos y el paisaje natural, generando un verdadero sistema de metabolismo urbano-ecológico. Con esto se permitiría revitalizar la región oriente de la ciudad,  creando un nuevo polo de inversión y desarrollo, aprovechando su  favorable  ubicación para  conectarse  al norte y sur del país, sin la necesidad de cruzar por  el  Distrito Federal.

Uno de los componentes fundamentales del proyecto “Ciudad Futura” era la construcción de una nueva terminal aérea con un carácter y condiciones distintas a las  del proyecto que parece será el definitivo, presentado por el Gobierno Federal el pasado 7 de Septiembre, realizado por los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero. Pese a que no queda duda de la calidad y talento del arquitecto británico, el proceso de organización y selección del concurso para dictaminar el proyecto ganador, genero dudas en la opinión pública,  debido a que este tipo de eventos nos hace mirar al pasado y recordar las viejas prácticas propias del régimen priista, cobijando intereses propios y de algunos particulares de gran poder económico. Mismos que se han decantado a la luz  de procesos corruptos y objetos arquitectónicos sexenales sin sentido.

En la presentación pública del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México se argumento, que se trata de una obra a la altura de las mejores del mundo, y que su construcción  generara miles de empleos, con una nueva infraestructura que traerá progreso y modernización a las zonas marginadas de la metrópoli. Todo un manifiesto, con el lenguaje idéntico al utilizado para justificar las recientes reformas aprobadas por el congreso.


Quizas, un proyecto urbanístico como Ciudad Futura sea económicamente una extravagancia y la propuesta sea poco rentable para los intereses de la iniciativa privada. Pero, ¿no significaría dar un paso hacia delante?, ¿no se transformaría en un logro que rompería el paradigma de hacer  ciudad?, ¿no tendría beneficios ecológicos y ambientales para una de las capitales más contaminadas del mundo?. Y finalmente, ¿no sería la oportunidad para millones de personas de tener una vida  digna?, nunca lo sabremos, pero siempre es válido que  personas dedicadas al diseño, aspiren a crear objetos que nos den la posibilidad de ser más libres, más democráticos y más justos, Ciudad Futura era una posibilidad.





Proyecto "Ciudad - Futura". Fuente:  http://www.kalach.com/


Septiembre, 2014.

ARQUIFARSA 2014. Por Alejandro Ochoa Vega

Arquifarsa, espectáculo sobre la vida de los estudiantes y profesores de arquitectura en su escuela, surgió en 1982 en Culiacán, Sinaloa cuando era profesor de teoría e historia en la entonces Carrera de Arquitectura, dentro de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Sinaloa. El objetivo fue representar a través de diversas escenas con expresión corporal, danza y breves diálogos, las características situaciones de una escuela de arquitectura; la primera clase, las revisiones y entregas de diseño, las desveladas, hasta la graduación y salida a la vida real. De entonces y hasta 1987, la obra se montó intermitentemente, ya sea porque era invitada a un evento universitario o incluso para una gira por diversas escuelas de arquitectura del país. Salvo la función del estreno, el resto de presentaciones ya tuvo la aportación artística del bailarín y coreógrafo Héctor Chávez Fierro, responsable desde aquellos años y hasta la fecha, de las propuestas de danza contemporánea en la capital sinaloense.

La intención también de esa experiencia entre arquitectura y teatro, más allá del divertimento y las limitaciones de no ser actores, ni bailarines o directores, era explorar esos lenguajes artísticos y el tono de farsa, para hacer una crítica a ciertas prácticas pedagógicas tradicionales que en aquellos años todavía eran comunes, o incluso la apatía de ciertos estudiantes. El autoritarismo de ciertos profesores y la simulación de los alumnos fueron parte de algunas escenas de la obra, que además de provocar la risa, se pudiera invitar a la reflexión sobre la práctica docente de la arquitectura.

En 1988 me mudaría a la Ciudad de México, y la experiencia de Arquifarsa parecía que había quedado en el pasado como una aventura juvenil, sin embargo en este 2014, el intercambio de inquietudes sobre la danza con mi alumno de la UAM-X, Mario Mendoza, me llevo a considerar su reposición. Y fue así como en abril iniciamos los ensayos, estrenando con dos funciones el 10 de junio en las mismas instalaciones de la universidad y con dos más en julio al cerrar el trimestre lectivo. La pregunta sería, ¿por qué reponer una obra situada en los años 80 del siglo pasado sobre la experiencia académica de la arquitectura?, en primera instancia, simplemente por la reacción entusiasta  de Mario y Fernanda Díaz, otra estudiante, ante la posibilidad de montarla en la UAM y con sus compañeros de grupo, próximos a egresar. Pero también, por la oportunidad de retomar una actividad extra curricular que permitió salir de las dinámicas de clases, entregas y exámenes, para explorar otras más lúdicas pero también de posible reflexión.

Parecería que la enseñanza tradicional, donde el profesor dice la última palabra, y los alumnos simplemente le dan gusto para pasar, es cosa del pasado, sin embargo reconociendo avances en ese sentido en la últimas décadas, considero no está de más volver a poner en la mesa esa realidad, simplemente para preguntarnos donde estamos parados respecto a eso. De tal suerte, el libreto de Arquifarsa se respetó en lo general, y solo se hicieron adaptaciones mínimas en parte de la música y referentes próximos a la realidad “uamera”.

La respuesta fue muy positiva, auditorios llenos y comentarios varios, tanto de profesores y alumnos, sobre la importancia de una actividad como esta, que los sacaba de su cotidianidad y les permitía, entre risas y reflexión, preguntarse, ¿qué quieren en su escuela como espacio de aprendizaje y conocimiento, pero también el que les permite crecer como personas? Una gran pregunta que Arquifarsa no responde por cierto, pero que por lo menos de manera divertida, invita a discutirlo.

Escenas de la presentación de Arquifarsa, 10 de Junio de 2014, auditorio Vicente Guerrero, UAM-X. 
Fuente: Dolores Arizmendi.


Agosto 2014.

Despertar del sueño mundialista. Por Gerardo Alvarez Montes

En el transcurso del último mes y de manera simultánea al desarrollo del XX Campeonato Mundial de Fútbol Brasil 2014, nuestros representantes populares –políticos y gobernantes, locales y federales- han tenido bajo su responsabilidad la discusión y aprobación de reformas estructurales en materia energética, en telecomunicaciones y de relevantes proyectos en el sector de transportes, sin embargo esto se ha realizado de forma selectiva y discrecional ante la sociedad.

Porque convenientemente esta toma de decisiones ocurre en un momento en el cual la atención pública se concentra más en las expresiones, acciones, héroes y tragedias del estadio que en su trascendencia; ya que se soslayan los alcances y efectos que tales cambios pueden traer a nuestra sociedad. En este sentido el historiador Lorenzo Meyer señala: “…esta situación lo que muestra es lo contrario a la alta política, están haciendo la política más baja posible, una política indigna, indigna incluso de ellos mismos –de los políticos– ya no del país, que desde luego es indigna para nosotros…”.1

Y debido a que en los medios de comunicación aún prevalecen las noticias derivadas de la justa mundialista, se ha comunicado,  de manera discreta, la puesta en marcha de algunos proyectos de infraestructura que tendrán gran trascendencia para nuestra ciudad, entre ellos, el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, la ampliación de la Línea 12 del STCM y el Tren Interurbano México-Toluca. Por ello es importante retomarlos en este espacio para conocerlos, difundirlos y contribuir a su debate. En esta oportunidad me refiero al proyecto del “nuevo” Aeropuerto de la Ciudad de México.

Desde el nueve de febrero de 2014 se anunció a la opinión pública el proyecto de inversión para la creación del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) 2 , su ubicación ha sido pensada en la zona Texcoco y la escala del proyecto depende de la negociación de terrenos, sin embargo se pretende que para el año 2018 la nueva terminal inicie operaciones y cuente con 4 pistas y una terminal para dar servicio a 30 millones de pasajeros 3. El plan también señala que para el año 2060 el nuevo aeropuerto crecerá a seis pistas y dos terminales para atender 60 millones de pasajeros, garantizando así una viabilidad de más de 40 años.

En primera instancia, se anunció para la primera etapa, una inversión de al menos 50,000 millones de pesos, incluyendo los costos de las vialidades y de la infraestructura secundaria necesaria para ponerlo en marcha, y en una segunda etapa se invertirán otros 20,000 millones de pesos. Sin embargo, el Secretario de Comunicaciones y Transportes ha señalado que el costo de esta obra rebasará los 120 mil millones de pesos, y que formará parte de los 340 proyectos estratégicos planteados en el Programa Nacional de Infraestructura (PNI 2014-2018) 4.

Actualmente el proyecto está en etapa de revisión por el despacho de consultoría en ingeniería ARUP en coordinación con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y con la Presidencia de la República, se espera que el dictamen final de las propuestas se dé a conocer durante el segundo semestre del 2014, muy posiblemente en este mes de julio.

Las propuestas de diseño están integradas por equipos de arquitectos mexicanos y extranjeros con experiencia en diseño y construcción aeroportuaria, entre ellos, Fernando Romero – Foster & Partenrs; Legorreta + Legorreta – Rogers Stirk Harbour & Partners; Serrano Arquitectos – Zaha Hadid Architects; TEN Arquitectos de Enrique Norten – Skidmore, Owings & Merrill (SOM); Teodoro González de León – TAX  de Alberto Kalach; Grupo Sordo Madaleno; Francisco López Guerra – Pascall &Whatson; y por último Bernardo Gómez Pimienta – Gensler.

No se cuenta con mucha información de los proyectos debido a que los despachos participantes firmaron un acuerdo que les impide divulgar información durante 12 años, sin embargo han trascendido en diversos medios impresos algunas imágenes de los proyectos presentados por Fernando Romero – Foster & Partners y de TEN Arquitectos – SOM.
En tiempos como en el que actualmente se viven, donde la toma de decisiones es acompañada de una fuerte carga política, ¿No sería deseable conocer toda la información y alcances de las propuestas para esta nueva infraestructura, en aras de mayor transparencia?, ¿Cuáles son las medidas de impacto ambiental y planeación urbana que eviten un mayor deterioro de esta zona del lago de Texcoco?, ¿Qué consideraciones se están tomando para evitar nuevos conflictos sociales que impidan de nueva cuenta la realización de una obra de estas características?, ¿Qué fin tendrán las instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez, una vez que haya concluido su ciclo de servicio en el 2018?.

Esperemos que una vez terminado el sueño mundialista y de vuelta a la realidad mexicana, este y otros cambios en materia de comunicaciones y transportes arrojen cosas positivas para nuestra ciudad y no sólo sea el banquete de unos cuantos.

   Propuesta pare el Aeropuerto de la Ciudad de México de TEN Arquitectos y Skidmore, Owings & Merrill (SOM). Fuente: Diario Excélsior, Sección Nacional.


Julio 2014

Seminario de Crítica Arquitectónica 14/P, o el ejercicio de saber argumentar. Por Alejandro Ochoa Vega

En el último trimestre de la carrera de arquitectura, según el programa vigente, tendría que ofrecerse como uno de los apoyos el seminario de crítica arquitectónica, lo cual me temo no sucede en todos los troncos de concentración, generalmente por decisión de los coordinadores de módulo. El objetivo tiene que ver, con la posibilidad de cerrar los cursos de historia, con el acercamiento y análisis de la arquitectura contemporánea en México. En mi caso, como profesor de historia, me he incorporado desde 1995, del X al XII módulo, a los grupos coordinados por los profesores, Carlos Mercado, Francisco Haroldo Alfaro, Beatriz García, Javier Soria o Leonardo Meraz, todos integrantes del área de Reutilización del Patrimonio Edificado.

Para el trimestre 14/P que estamos concluyendo, el seminario tuvo condiciones que según mi perspectiva lo enriquecieron. Al plantearse como ejercicio, que por equipos se seleccionara una obra reciente de arquitectura en México (no más de 5 años), para visitarse y analizarse, se propuso incluir dos casos en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, La Puerta de la Creación de Tadao Ando y el Museo del Horno en el Parque Fundidora. Para ello se hizo el esfuerzo, con el apoyo de la Coordinación de Arquitectura, la Secretaría Académica de la División y el Departamento de Métodos y Sistemas, de ir todo el grupo en transporte de la Universidad hasta Monterrey. El viaje funciono para conocer esas obras ya emblemáticas en la ciudad regia contemporánea, pero también para visitar otras de gran interés, como el MARCO de Ricardo Legorreta, El Obispado y Catedral, de lo poco colonial que queda por allá, la Casa de Cultura, antigua estación de ferrocarril, el Paseo de Santa Lucia y la Macroplaza entre varias más. Lo mismo, la oportunidad para la mayoría que no conocía el lugar, de ubicar desarrollos urbanos regionales, en este caso de un enclave industrial importantísimo para el país.

En las siguientes semanas, se visitaron un par de obras más fuera del D.F., el centro cultural La Tallera en Cuernavaca de Frida Escobedo y la Plaza de la Concordia de Enrique Norten en Puebla, donde también se visito el Museo Amparo, con una reciente y polémica intervención del mismo autor. En la Ciudad de México, los casos analizados fueron los museos Soumaya, de Fernando Romero y Jumex de David Chipperfield, el anexo del Centro Cultural España de Javier Sánchez y la Cineteca Nacional y Mercado Roma de Michel Rodkind. En algunos casos hubo guías participantes en los procesos de obra, que complementados por lo investigado por los equipos y la reflexión colectiva final, permitió construir una experiencia viva de arquitectura. Todo esto a su vez se complemento con lecturas de crítica discutidas en clase, con autores como Josep María Montaner, Wayne Attoe y Gustavo López Padilla entre otros, y las charlas de conferencistas como Alberto González Pozo, Jorge Contreras, Dulce García y José Ángel Campos. También, durante el seminario los alumnos realizaron ensayos, reportes o reseñas de exposiciones y conferencias, o comentarios sobre textos de crítica, en la idea de ejercitar su exposición escrita.

Un evento alterno, donde casi la mitad del grupo participo, fue el montaje de Arquifarsa, espectáculo sobre el transito del estudiante de arquitectura en su escuela, que realice en Sinaloa en los años ochenta, y que aunque no era parte del seminario de crítica, permitió descubrir nuevos espacios de encuentro. Reponerla en la circunstancia actual de la UAM-X, fue la oportunidad de explorar otras experiencias extracurriculares, que posibilitan a los alumnos y profesores relacionarse de manera distinta, y pasar horas de convivencia y diversión creativa. Al final, solo queda por evaluar los ensayos críticos individuales, que cada alumno realizo sobre alguno de los casos visitados o no, mismos que no se pretendería fueran ejercicios afinados, pero si una aproximación a ese terreno complejo de los juicios de valor, donde es tan importante saber argumentar.


La Tallera / Frida Escobedo, Cuernavaca, México. Fuente: Rafael Gramo.

Julio 2014

Crítica e historia en la formación de los jóvenes arquitectos mexicanos. Por Edgar Fabián Martínez Castillo.

“Es necesario fomentar en ellos la lectura, el acercarse a las distintas expresiones de la cultura, el estudio comparado de las obras importantes previas que les han antecedido, la visita permanente a estas obras, entendiendo que la experiencia de la calle es la mejor escuela de arquitectura.  Invitarlos  a pensar,  discutir, escribir, formando grupos interdisciplinarios y a realizar sus proyectos desde luego, confiando en que lo más importante es el valor de sus propias ideas, asumiendo los riesgos de lo que esto implica, sin dejarse deslumbrar por lo que piensan los otros. Sin el ejercicio de la crítica, seria, constante, razonada, documentada, el futuro nos relega necesariamente a ocupar en el mejor de los casos,segundos planos en los lugares de la historia.”1

Me llama la atención la diferencia que existe entre la mentalidad actual de los arquitectos, y la idea que los maestros de crítica tienen del mundo, y sin ir más lejos, lo que asume estudiante de arquitectura. Es raro encontrar entre los estudiantes, alguno que realmente cumpla con lo que menciona Gustavo López Padilla.  Que tenga una pasión por la lectura, que realice visitas a obras, en pocas palabras que quiera pensar, vivir la arquitectura de otro modo que no sea por medio de lo más fácil y cercano para nuestra época, es decir, internet. Sin duda alguna, una arma muy valiosa e importante, pero peligrosa dependiendo al área que sea dirigida.

Como herramienta, el internet ahorra tiempo sin duda alguna, pero como próximos arquitectos, todo estudiante debe de hacer conciencia de lo importante que es vivir la arquitectura, lo importante que es tener las bases claras, saber cuál es el origen de las grandes ideas de aquellos que admiramos. De nuestros ídolos.

La página de internet, Navegando la arquitectura, creada por López Padilla la considero una interesante herramienta. Un complemento de gran valor, para tener en cuenta muchos aspectos ligados con la arquitectura que en el aula no se enseñan. Toda crítica considero que es importante para no cometer los errores que muchos han cometido, o para aspirar a logros que otros han realizado. Así, al aprovechar las ventajas de internet como un medio ágil para compartir ideas e información, López Padilla nos ofrece entre otros temas, conceptos de teoría de la arquitectura, con lo cual me pregunto; ¿ qué pasaría si los arquitectos que tanto admiramos, plasmaran en forma teórica, escrita, y porque no, hasta gráfica, el origen de sus diseños, de sus ideas, de sus teorías, las bases de todo su quehacer arquitectónico, y no sólo, el resultado final de su obra?, ¿Cambiaría nuestra mentalidad como futuros arquitectos? .

Muy positivo de este arquitecto, pensador y crítico, el aprovechar esta eficiente y poderosa plataforma, ligada con las redes sociales, que sabiéndolas utilizar, no resultan tan negativas al ofrecer una página electrónica con ideas, conocimiento y crítica, a prácticamente el mundo entero, o por lo menos el ligado a la arquitectura.

Sin duda alguna todo consiste en cómo se usa la herramienta, para saber dar el golpe. Más páginas como esta, más crítica, historia y teoría de la arquitectura, para volver a generar arquitectura, y no tan sólo moda.

En su publicación “Crítica e historia en la educación de los jóvenes arquitectos mexicanos” habla sobre la forma en que la crítica ha crecido en el mundo arquitectónico, sin embargo, se debe de tener en claro, que esta profesión principalmente es gráfica, que los arquitectos se entienden y expresan mejor de esta idea, son pocos los que se han detenido a escribir ideas, teoría, explicaciones, lo que lleva a que este problema sea muy amplio desde la vida como estudiante de arquitectura. Aunque hay muchas publicaciones de historia y crítica, una más que otra respectivamente, falta mucho por integrar al arquitecto una forma más de desarrollar, de hacer su tarea como arquitecto, y no solo por su obra construida, sino a través de la crítica, ya sea desarrollada para otra obra, o la llamada autocrítica, tema que se supone se va desarrollando a lo largo de la vida profesional y que como arquitectos debemos llevar un poco todos, según Gustavo López Padilla.

Renovación o mantenimiento. Deportivo Hermanos Galeana. Por Fernando Minaya Hernández

A principios del presente año, las autoridades delegacionales de Gustavo A. Madero cerraron, de manera total, las instalaciones del Deportivo Hermanos Galeana. El motivo fue claro: la rehabilitación y renovación del conjunto para actualizar su funcionamiento a las demandas actuales, así como la transformación de la parte recreativa con el objetivo de ofrecer un lugar “moderno, seguro y funcional, no solo para la ciudad sino de todo el país”, en palabras de la delegada Nora Arias Contreras. El pasado 24 de mayo, el deportivo fue reinaugurado por las autoridades de GDF, asistiendo el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera. La obras tuvieron un costo de 30 millones pesos, algo que democráticamente se consideraría aceptable cuando la población beneficiada es para algunos miles.

Al iniciar las primeras palabras de este ensayo, surgieron algunas reflexiones sobre el tema: ¿y el diseño?, ¿en dónde fue pensado?, ¿fue utilizado como un principio?, o en su caso ¿solo fue un acto político, al puro estilo de la vieja escuela priista?, o peor aún, un hecho que solo maquilla la ausencia de una verdadera política de los espacios públicos.  Si bien es cierto que después de haber sido inaugurado en 1964 por el presidente Adolfo López Mateos y el regente Ernesto Uruchurtu, como parte de una red de deportivos dirigidos a cumplir con la demanda de espacios de encuentro social y deportivo para sociedad capitalina, fue algo que contribuyó, de manera significativa, con diseño y planteamientos sociales a un género arquitectónico que se observó desarrollarse y consolidarse ampliamente durante las siguientes décadas. Por lo tanto, aquellas palabras de la vieja escuela partidista del PRI si tuvieron una época protagónica en la construcción de espacios públicos y de aportaciones significativas a la ciudad y la arquitectura mexicana.

Las décadas transcurrieron y el mantenimiento fue realmente nulo para instalación deportiva, algunas inversiones se realizaron, pero en lo general solo la capacidad material y del diseño original pudieron postergar la agonía de un espacio fundamental para la zona de Aragón en el norte de la Ciudad de México. Hasta la fecha, lo aportado por GDF para “actualizar” el deportivo es lo relevante de la noticia, ya que los trabajos realizados distan de lo planteado en el discurso político contemporáneo. Los trabajos solo se limitaron a darle una pintada al exterior de la cerca perimetral, por cierto solo en la parte exterior, la canchas de futbol solo se empastaron algunas, la gradas fueron reparadas, la alberca ya tiene agua caliente –lo cual resulta extraño ya que desde hace algunas décadas ya contaba con esta característica-, se renovó el gimnasio con aparatos nuevos y duela en el piso, además de pintar el pavimento para delimitar un andador, pista para corredores y ciclo pista en la calle principal del conjunto, entre otras acciones menores.

El punto de partida se establece entre el discurso político y la gran reinauguración de un objeto de diseño que dista mucho de ser algo que festejar, ya que solo se refleja un mantenimiento mayor y una ausencia del diseño por actualizar las instalaciones, en donde solo se efectuaron reparaciones del trabajo no realizado durante años, en cuanto a la preservación material y funcional del equipamiento urbano existente.

En la reflexión del quehacer político sobre lo hay que hacer en la ciudad y su pertinencia, podríamos comparar el actuar de una época sobresaliente de espacios para la comunidad, como lo sucedido en la década de 1960 cuando no existía el equipamiento e instaurarlo implicó un gran suceso político y social. En la actualidad, la realidad supera al presupuesto financiero y por supuesto al propio discurso que se orienta a “festejar” hasta el mantenimiento preventivo de una estructura existente que conforma la ciudad, sin duda los tiempos han cambiado y las metas son modestas, sin embargo el protagonismo de los actores es el mismo.

Reinauguración. Fuente: Excélsior

Propuesta a la calle interior. Fuente: Fernando Minaya 

Plaza principal, sin modificaciones. Fuente: Fernando Minaya

Julio 2014

Querer formar parte de la mafia (arquitectónica). Por V. Alfonso Maldonado Gómez

Escuchar la palabra mafia probablemente puede traer a mente alguna película en donde un grupo poderoso y sus matones tiene sometida y controlada a una ciudad, nada pasa sin que este lo sepa o se encuentre involucrado, son una red de crimen organizado. Esta situación puede no estar tan alejada de la realidad, parece ser cierto que la toma decisiones con respecto al desarrollo de la ciudad solo pertenece a unos cuantos. Ya sean obras de carácter público o privado casi siempre se adjudican a personas y empresas que suelen pertenecen a un privilegiado “clan”. 

Al ingresar a cualquier facultad de arquitectura se empieza a conocer el trabajo de ciertos arquitectos, ya sea que se inicie por estudiar la edad antigua y se finalice analizando la obra de los arquitectos de la época moderna y la nueva generación. Resulta un tanto raro que constantemente se repitan los mismos nombres; publicaciones, congresos, talleres y exposiciones todas mayormente enfocadas y dedicadas al trabajo y obra de los mismos de siempre; ¿por qué?, ¿podrían estos arquitectos ser parte de un predilecto sistema corrupto? o aun peor, ¿podría la arquitectura ser la mafia misma?

Si bien las escuelas de arquitectura son el lugar en donde se empieza a estudiar, fomentar y referenciar el trabajo de este distinguido circulo de arquitectos, son otro grupo de personas y medios los que se encargar de promoverlos y difundirlos, “unos”, los acogen y favorecen, “otros”, los premian y les aplauden, los colocan en un pedestal, se les convierte en iconos; y los alumnos empiezan a querer formar parte de todo ello. Se les admira, a veces pienso que de manera superficial, y quizás falsamente, todo estudiante conoce su trabajo, pero pocos saben en qué consiste, lo importante es que se quiere probar ese poder y gloria,  trabajar o colaborar con algún arquitecto o despacho reconocido.

Pero el problema de toda mafia, es que si se quiere ingresar habrá que pasar por una iniciación, pues existen los rangos y hay que estar dispuesto hacer el trabajo sucio y pesado, claro a veces sin ninguna paga, reconocimiento o escaso crédito, la excusa, es la de ser pasantes, más que formar parte de esa familia se actúa como un subordinado. Y es aquí donde la situación empieza a volverse un tanto contradictoria, ¿no parece algo cínico ver a estos arquitectos estrella hablando de educación, del perfil deseado en un egresado, de la importancia de tener iniciativa, de ser creativo, de seguir haciendo uso del boceto y de la maqueta o de dar mayores oportunidades a los jóvenes?, cuando también son ellos mismos los que parecen buscar, no colaboradores, sino dibujantes de autocad, editores de photoshop y  productores de renders, claro, con una experiencia profesional comprobada, de minino dos años. 

Para bien o mal, quizá puede o no existir una mafia arquitectónica, ingresar a ella seria decisión de cada uno, el conformarse y trabajar para alguien más o tratar de surgir independiente, ser autónomo y proactivo, generar su propio trabajo. La verdad es que, solo es hasta que se logra incorporar al mundo laboral en donde se consigue poner los pies sobre la tierra, se empieza a reflexionar y decidir bajo qué circunstancias se quiere crecer profesionalmente. Todo es parte de un forzoso y a veces decepcionante proceso de aprendizaje, por el cual debemos pasar si es que se quiere actuar en una ciudad gobernada por grupos que controlan todo, es decir, las mafias del poder.   

Junio, 2014

Casa-Estudio Luis Barragán. Por Irving Misael Frías Hernández.

Recientemente escuché decir a Carlos González Lobo que la composición en la arquitectura no es otra cosa que una secuencia de significantes, esto es, una serie de elementos ordenados con un propósito tal que al recorrer los espacios en donde fueron dispuestos, generan al usuario un cumulo de experiencias y sentimientos únicos. Esta teoría de la composición nos habla de un factor que muchas veces no consideramos al momento de diseñar: la subjetividad, y es que para integrar nuestros diseños al contexto debemos por obligación incorporar nuestro espíritu creador, ordenar los espacios imaginando siempre que es lo que queremos transmitir.

En el arte, el creador siempre busca transmitir “algo” a través de su obra, entonces, si consideramos a la arquitectura como un arte, este debiera ser el propósito principal de nuestras obras, más que el de satisfacer solo necesidades primarias (que por supuesto están implícitas en los procesos de diseño, al menos en teoría).

Estas ideas abandonadas a principios del siglo XX gracias al surgimiento del movimiento funcionalista, fue reinterpretada y puesta en práctica muchas veces con éxito, otras no tanto; pero un arquitecto mexicano fue capaz de elevar al nivel más alto el sentido mismo de esta teoría: Luis Barragán.Ya se ha leído muchas veces y en varias publicaciones la exaltación del valor estético y emocional que generan los espacios propuestos por este arquitecto jalisciense, sin embargo no deja de admirarnos la manera en que concebía los espacios, y para muestra tenemos su proyecto más ambicioso: Los jardines del pedregal, aunque no es el propósito principal de este texto.


 Escalera de la biblioteca, casa - estudio de Luis Barragán
Fuente: www.casaluisbarragan.org

Al paso de la carrera de arquitectura y en general de la vida, existen momentos que te cambian los paradigmas, o los fortalecen; así, visitar y recorrer la Casa-Estudio Luis Barragán supone un parteaguas en la visión y en la experiencia kinestésica de todo ser sensible, y consciente del lugar en que está habitando, ese fue mi caso.

La experiencia que provoca recorrer un  espacio diseñado por Barragán es, como leer un buen libro: al principio lo compras por el título, pero su trama comienza a ser más interesante conforme se recorren las páginas, hasta que el clímax te invita a comenzar de nuevo. Así la casa de Luis Barragán te  envuelve en sus tonos rosados y amarillos matizados siempre en muros blancos, escaleras que hablan de intimidad y otras que te invitan a flotar, vanos que proponen diferentes sensaciones conforme juegas con sus aberturas. También, jarrones que expresan esa necesidad de sentirnos identificados con algún valor y nombrarlo nacional, muebles con dimensiones distintas a las convencionales que obligan a hacer reverencia a la casa, cada vez que intentas levantar algo de su superficie. Juegos de luz que lanzan un discurso en el que el protagonista siempre es el reflejo o el imite del haz, jardines que invitan a la comunión y a admirar la majestuosidad de la naturaleza, pinturas y objetos de carácter personal dispuestos de forma aparentemente circunstancial, que evocan a ese carácter de mimetización del entorno. Y es que se dice de Barragán que por su afán de ordenar cosas en los espacios era un escenógrafo, pero más que eso yo lo consideraría un poeta visual, ya que armoniza con esos elementos que pueden ser desde una pintura de Orozco hasta un Facistol, con el único fin de transmitir las sensaciones que el experimentó al crear cada espacio.

Es por eso que en este texto hablo más de lo que Barragán produjo en mí, que de lo que aparece en la página web de la casa:


“No miren lo que yo hice, miren lo que yo vi”
                                              Luis Barragán, discurso del premio Pritzker, 1980

Junio, 2014