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En la búsqueda de “lo patrimoniable”. Reflexiones personales.

En la búsqueda de “lo patrimoniable”. Reflexiones personales.

 

En la búsqueda de “lo patrimoniable”. Reflexiones personales.

 

Sandra López Villegas*

Estefanía Hernández Cerón**

 

Como ayudantes de investigación realizamos tareas que están ligadas a la docencia, además de apoyar en actividades que promuevan la difusión y preservación de la cultura. En el marco del Coloquio Internacional Dimensión Simbólica del Patrimonio III, que se realizó en noviembre pasado en nuestra unidad Xochimilco, se llevó a cabo el taller “Arte, ciudad y patrimonio” a cargo de la Dra. Liliana Fracasso, con apoyo de la Mtra. Lis Sánchez cuyo objetivo era que los talleristas identificaran en lo cotidiano de la ciudad, “lo patrimoniable”. Asimismo, representar por medio de palabras, sonidos o imágenes un relato subjetivo que hiciera referencia a lo identificado previamente.

 

Reflexionando acerca de los objetivos, pero sobre todo interpretando personalmente el entendido hasta ese momento de “lo patrimoniable” cada una identifico recuerdos que nos permitían realizar la actividad. Nuestras memorias y la narrativa que fluyó, nos impulsaron a decidir integrarnos a una actividad de la que solo estábamos encargadas de apoyar como parte del comité organizador. Casualmente coincidimos en que nuestro lugar de origen nos permitía entender el patrimonio. Por un lado, para Estefanía, la ciudad de Martínez de la Torre, Veracruz, es un lugar que representa los recuerdos de tradiciones que se realizaban en el quiosco de la ciudad, sitio que era un punto de encuentro para que hombres y mujeres se conocieran, actividad que en su momento se consideraba romántica. Partiendo de este recuerdo, que personas mayores de la comunidad le han contado, ella se visualizó en los momentos que pasaba sentada en el lugar, las actividades que realizaba, los momentos que vivió ahí, lo que significó para ella ese lugar y por medio de la observación realizó un análisis de cómo las tradiciones cambian generacionalmente dando un significado diferente a cada persona. En el relato subjetivo realizado, plasmó por medio de dibujos el quiosco de la ciudad y alrededor actividades que se realizan como reuniones de amigos y familiares, juegos, comercio, bailes y conciertos que le han dado un sentido distinto a cada persona que habita en la ciudad y que ha convertido el quiosco un lugar importante y patrimoniable.

 

Y por otro lado, Sandra identificó que Tepecoacuilco, Guerrero ha logrado construir el significado de patrimonio gracias al sentido de pertenencia que sus abuelos inculcaron en cada integrante de la familia. Este significado se representó a través de una secuencia de dibujos que cronológicamente contaban una historia. El escenario principal tenía elementos característicos de Tepecoa[1] como el cerro de las iguanas verdes, el puente vehicular que separa a la presa de agua del pueblo, los caminos repletos de personas esperando el paso de procesiones religiosas y el famoso quiosco en donde saborear una nieve de arroz puede ser el momento más relajante del día. A este contexto se sumaron los personajes, en el primer acto aparecía una numerosa familia que tenía como cabecillas a dos personas, a la llegada del próximo acto estaba ausente una de ellas junto con la disminución de algunos miembros, finalmente se marchaba la figura de la segunda cabecilla y con ello unos familiares más, al término de la secuencia el pase de lista se redujo a uno. Hay que entender que ese uno no representa a la autora sino a la memoria que se conserva tras pasar momentos distintos día a día en ese lugar, esa memoria que permanece y se describe distinto según quien cuente esta historia.

 

A partir de reflexionar colectivamente los productos grupales e individuales concluimos que “lo patrimoniable” es generado a través de la cotidianidad como menciona la Dra. Fracasso, además de apoyarse de elementos sociales, territoriales y sensoriales que identifican a un lugar, la memoria individual y colectiva que se genera a partir de las vivencias o tradiciones, y en nuestros casos, por medio de lo que las personas logran transmitir.


Momentos de la práctica 



Resultado del taller

 

*Planificadora territorial y ayudante de investigación, Departamento de Teoría y Análisis. UAM Xochimilco.

**Arquitecta y ayudante de investigación, Departamento de Teoría y Análisis, UAM Xochimilco.

 

Fotografías de las autoras.

 

Enero 2024



[1] Diminutivo utilizado por los residentes o conocedores del lugar

Taller “Derivas urbanas”, un comentario

   Taller “Derivas urbanas”, un comentario

 

Taller “Derivas urbanas”, un comentario

Kevin Eduardo Vázquez Arroyo*

 

La tercera entrega del Coloquio “Dimensión simbólica del patrimonio” realizado a fines de noviembre pasado en la UAM Xochimilco. consistió en la presentación de veinticinco ponencias y dos talleres, esta vez a una escala internacional al contar con la presencia de expositores provenientes de España, Italia y Colombia, así como de universidades de los estados de Oaxaca, Morelos, Guerrero, Yucatán y la propia institución anfitriona.

Uno de los dos talleres, “Derivas urbanas”, a cargo del Dr. Bernardino Líndez Vílchez miembro del departamento de arquitectura de la universidad de Granada, tuvo lugar en la sala de seminarios del edificio “R” de nuestra unidad los días 29 y 30 de noviembre. El Dr. Líndez presentó las dos premisas de su propuesta de una forma tan transparente como el título del mismo curso. Empezando por el concepto de “Deriva”, entendido en sentido estricto como un cambio de rumbo imprevisto, un efecto del azar sobre nuestro destino; y abordado desde el movimiento situacionista, como el cambio de rumbo deliberado que nos ayuda a reflexionar y mirar de otra forma lo que vivimos cotidianamente. Lo urbano como aquello que vivimos día a día en la ciudad.

Después de una reflexión grupal sobre el tema, por equipo se asignó una tarea muy clara: salir de nuestra cotidianeidad y registrar en video lo que nos parezca interesante, sin límites ni reglas. La única condición fue que se entregarán al día siguiente los resultados para comentarlos entre todos. De los dos equipos que se conformaron resultaron videos muy interesantes. Por un lado, el primer equipo documentó el trayecto a pie desde la UAM Xochimilco hasta el cruce con Av. Canal de Miramontes. Nos mostraron elementos culturales de lo cotidiano en la CDMX como el colorido de los comerciantes ambulantes, el sonido de las aves revoloteando en los árboles. Elementos tan surreales como un par de botines acomodados en la estructura de una cubierta como si se tratara de un encuadre premeditado, el arte urbano que muchas veces es visible solo para quiénes lo realizan donde un artista se sobrepone a los demás y así sucesivamente. Otro aspecto interesante fue que dejaron el audio y la imagen tal cual como la capturaron, dejándonos escuchar los sonidos de la calle, donde casi como una obra de arte urbano, se superponen unos a otros, pero al escuchar con cuidado pudimos notar lo significativos que eran algunos de ellos.

El otro por su parte, decidió documentar tres trayectos distintos, cada uno con un medio de transporte diferente. El primero, a bordo de un auto nos mostró lo lento y aburrido que puede ser un recorrido por el periférico sur debido al tránsito pesado, sin embargo, pudimos ver ciertas dinámicas comerciales que se dan en estos “no lugares” que son los bajo puentes y grandes avenidas. El segundo trayecto capturó el espacio compartido que tiene lugar a bordo de un microbús donde transcurren muchas cosas a la vez como la conversación entre dos personas, el comercio una vez más presente, los raperos cada vez más frecuentes y en contraste el paisaje cambiante que se aprecia desde la ventana. Por último, el tercer trayecto se dedicó a documentar el metro y sus dinámicas internas donde los usuarios parecen un reloj suizo sincronizado, todos saben a dónde van y marcan un ritmo al hacerlo, nos muestra las rarezas que le dan color al recorrido como una persona que transporta piñatas sobredimensionadas, así como los pasillos del vagón que se llenan y vacían en puntos específicos que nos dan una idea de los puntos clave para entender la ciudad, ejemplos hay muchísimos: la universidad, el zócalo, o la central de autobuses por mencionar algunos.

La reflexión final del grupo, derivada de la proyección de los dos vídeos, tocó temas como la memoria colectiva, el paisaje sonoro, el espacio público con sus diferentes escalas y formas, los no lugares, los ritmos de la cotidianeidad y lo más importante: aprender a mirar distinto y valorar lo que ignoramos día a día.

Este tipo de ejercicios resultan muy valiosos porque nos hacen darnos cuenta de que la ciudad nos presenta elementos culturales que nos unen y que se han formado nuestro ambiente urbano a través de los años, que no son pocos.

Así desde nuestra trinchera, la del diseño, podemos identificar los múltiples niveles de incidencia en los que participamos y en los cuales podemos mejorar la calidad de vida y el derecho a la ciudad.


*Estudiante de la Maestría en Reutilización y es en la Maestría en  Ciencias y Artes para el Diseño.                  UAM Xochimilco. 

Enero 2024







 

*Arquitecto y estudiante de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado. UAM-Xochinilco.

Patrimonio y realidad aumentada: Notre Dame y la crónica de su restauración

Patrimonio y realidad aumentada: Notre Dame y la crónica de su restauración

 

Patrimonio y realidad aumentada: Notre Dame y la crónica de su restauración

Aldo Alberto Ordaz Salas*

 

“But you have to think that Notre Dame will be gone one day…”

 

— Before Sunset (2004)

 

Mientras recorren el río Sena, Céline y Jesse tienen una plática sobre la historia de Notre Dame y como el tiempo había logrado preservarla a lo largo de los siglos y las guerras. Jesse le cuenta la historia de cómo al final de la Segunda Guerra Mundial los alemanes habían dejado la catedral llena de explosivos para demolerla una vez que se retiraran y entraran los ejércitos aliados a la ciudad, sin embargo, el soldado que había quedado encargado de comenzar la detonación no fue capaz de hacerlo por la belleza arquitectónica del edificio. Céline entonces le pregunta sobre la veracidad de esta historia, a lo cual Jesse responde que en realidad no lo sabe, pero que siempre le había gustado. Ella le da la razón diciéndole que era una gran historia, pero también le recalca el hecho de deber estar conscientes que Notre Dame algún día desaparecerá.

Este extracto de la película Before Sunset (2004) pareciera ser un presagio del incendio acontecido el 15 de abril de 2019 que conmocionó al mundo por el daño ocasionado a uno de los hitos arquitectónicos más importantes de Europa (Fig. 1). Después del siniestro, la recaudación millonaria de fondos y una infinidad de propuestas arquitectónicas para su restauración comenzaron los trabajos de consolidación de la Catedral parisina, los cuales podemos revisar cronológicamente en la exposición de realidad aumentada Notre-Dame en México. Visita Aumentada, traída a México por Grupo L’Oreal, Histovery, L’établissement public chargé de la conservation et de la restauration de la cathédrale Notre-Dame de Paris y el Museo Franz Mayer.

 

Al ingresar, la sala nos recibe con un vestíbulo en donde se nos proporcionan tabletas electrónicas llamadas Histopads que acompañan nuestra experiencia de realidad aumentada, al mismo tiempo que escuchamos el replicar de las campanas de la catedral y conocemos los 850 años de historia que la preceden. La curaduría ha sido organizada de tal manera que podemos dar saltos en el tiempo por medio de 20 módulos virtuales con código QR que nos explican las etapas más relevantes de Notre Dame y su contexto histórico. El primero de ellos comienza el 15 de abril de 2019, haciendo una cronología, hora por hora, del incendio, las acciones de salvamento ejecutadas por los cuerpos de emergencias, la evacuación de reliquias y los bienes muebles que se encontraban en riesgo durante el incendio.

Posteriormente en los siguientes 6 módulos podemos dar un salto temporal hasta 1163, año en el que se colocó la primera piedra de la catedral. Esta parte de la exposición resulta sin duda interesante ya que cada uno de los módulos tiene un propósito particular; algunos nos cuentan el proceso de financiamiento por parte de la monarquía y los señores feudales del medievo mientras que otros nos explican de forma clara y concisa, desde sus orígenes, los oficios de la madera, el hierro, la piedra y la cantería que acompañaron su fundación a lo largo de los siglos. El recorrido continúa con módulos enfocados en el proceso medieval, la implementación de vitrales como el rosetón occidental construido entre los siglos XII y XIII, las estatuas de los 25 reyes de Judea en la fachada oeste o la consolidación del coro y la nave principal, entre otros. (Fig. 2 y 3),



Más adelante, los seis módulos siguientes se enfocan en la Notre Dame del siglo XIX, las secuelas del abandono después de la revolución francesa, el proceso de coronación de Napoleón, su consecuente intervención por parte de Viollet le-Duc y todos los elementos implementados que se mantuvieron constituidos hasta 2019.  Finalmente, el recorrido nos regresa al presente explicándonos cómo han sido los trabajos de reforzamiento y restauración llevados a cabo desde 2020 (Fig. 4), las partes y metodologías involucradas en el proceso de restauración además de las acciones que se pretenden llevar a cabo de cara al 2024 cuando concluya la intervención y reabran las puertas de la catedral al público.

A lo largo del recorrido podemos encontrarnos con maquetas tanto de los talleres de herrería y carpintería de la época medieval, así como también de la desaparecida aguja implementada durante las intervenciones del siglo XIX (Fig. 5). De igual manera, podemos rescatar las fotografías en gran formato, los mapas e ilustraciones de Paris que nos permiten tener un amplio panorama de todo el contexto histórico de la catedral.

Como arquitectos, esta nueva mecánica de exposiciones puede ayudarnos a regenerar nuevos vínculos en los que podamos entablar un lenguaje con el patrimonio y su consecuente valoración por medio de las herramientas digitales, especialmente para las nuevas generaciones. Del mismo modo, resulta interesante observar durante la exposición cómo adultos y niños no necesariamente involucrados en la conservación del patrimonio viven su propia experiencia a partir de lo que puede permitir la realidad virtual.

Todas las nuevas herramientas digitales implementadas durante la exposición sin duda pueden significar un futuro referente para la difusión del asunto patrimonial al público en general. Notre-Dame en México. Visita Aumentada nos da la oportunidad de comprender la temporalidad de un edificio, su pasado, presente y futuro.

Los trabajos en Notre Dame van encaminados por su escala, fondos e importancia histórica a ser la restauración del siglo, sin embargo, como arquitecto surgen algunos cuestionamientos acerca de las decisiones tomadas y aplicadas para la reconstrucción de los elementos de madera en la cubierta. La Carta de Venecia nos indica que “los elementos que reemplacen partes inexistentes deben integrarse armoniosamente, pero distinguiéndose claramente de los originales, a fin de que no se falsifique el documento artístico o histórico”, sin embargo, para este proyecto se tomó la decisión de recrear prácticamente todos los elementos de la cubierta de madera a partir de cientos de troncos enterizos de roble. Este hecho primero que nada contradice puntos fundamentales de algunas teorías de conservación además de que contrasta con la situación ambiental actual a nivel mundial.

Norman Foster, por ejemplo, compartió en aquellos años su visión acerca de la decisión tomada a partir de abordar como ejemplo la historia de cambio y renovación de muchas catedrales a lo largo de los siglos, que, al ser deterioradas por diversas causas, se utilizó en la mayoría de los casos la tecnología de construcción de la época de restauración sin caer en replicar la original evitando así llegar al falso histórico. Sin embargo, este hecho de utilizar la tecnología actual no significa tampoco aplicar algunas de las tantas propuestas que caían en el absurdo por su complejidad y ruptura con la formalidad del edificio. A lo que trato de llegar es que la solución técnica se pudo haber encontrado en un punto medio, quizás si de utilizar madera, pero que esta tuviera un tratamiento actual que evitará la tala de tantos árboles en pro de la causa ambiental y de contrastar los nuevos elementos de los originales, exponiendo así la cronología de la catedral por medio materiales que se vuelven una cicatriz que cuenta la historia del edificio.

Es un hecho que la arquitectura tiene vigencia, que probablemente un día se cumpla el presagio de Céline y que Notre Dame, al igual que muchos edificios que hoy consideramos patrimoniales, desaparezcan eventualmente. Sin embargo, al difundir su importancia utilizando medios interactivos que atraigan al público en general, es probable que estemos dando un paso hacia adelante en la conservación y valoración del patrimonio edificado, buscando siempre el ideal colectivo de su resguardo y cuidado a partir de su relevancia arquitectónica, histórica y cultural para poder heredarlo a futuras generaciones.

La exposición estará abierta al público hasta febrero de 2024 y de manera paralela, a lo largo de estos meses, se llevarán a cabo ciclos de conferencias, charlas y talleres sobre la conservación del patrimonio en colaboración con la Escuela Nacional de Restauración y Museografía (ENCRyM).

 



















Diciembre 2023

 

*Arquitecto y estudiante de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado.UAM-Xochimilco.

























Centro SCOP, un hito de modernidad arquitectónica e integración plástica, entre una “recuperación” y pérdida definitiva.

Centro SCOP, un hito de modernidad arquitectónica e integración plástica, entre una “recuperación” y pérdida definitiva.

 

Centro SCOP, un hito de modernidad arquitectónica e integración plástica, entre una “recuperación” y pérdida definitiva.

Alejandro Ochoa Vega*

 

Hace casi setenta años, en 1954, se inauguraba el conjunto monumental de la Secretaria de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP) en la esquina de la entonces calzada del Niño Perdido y Xola, en la colonia Narvarte de la Ciudad de México. Proyecto de los arquitectos Augusto Pérez Palacios y Raúl Cacho, y con murales de Juan O´ Gorman, José Chávez Morado y varios de sus alumnos del taller de integración plástica. Contemporáneo a la Ciudad Universitaria de la UNAM, otro ícono del llamado movimiento de Integración Plástica en nuestro país, estas obras representaron un momento de afirmación nacionalista, a la par de la consolidación de arquitectura del Movimiento Moderno en México. Promovido por el arquitecto Carlos Lazo, entonces secretario de comunicaciones, el Centro SCOP, pasa por una atapa difícil, entre una posible recuperación de sus murales, ya muy afectados, y la perdida de su esencia como ejemplo relevante de la relación entre arquitectura, pintura y escultura.

Afectado significativamente por los sismos de 1985, cuando se eliminaron cinco pisos de sus edificios altos y partes de los murales, y el de 2017 cuando fue tan grave el daño estructural del conjunto, que de plano fue desalojado y desde entonces se inicia la discusión de qué hacer con él. El reto y complejidad que implicaría su rescate integral, como fue concebido originalmente, prácticamente se descartó, después de varios estudios y análisis técnicos, por lo que la salida tendría que ser otra, hasta llegar a la propuesta polémica actual de recuperarse como “Parque del Muralismo Mexicano”. Entre tanto, la sociedad y los académicos se han manifestado a través, por un lado, del grupo “Por el rescate del Centro SCOP”, integrado por residentes de la unidad habitacional contigua, especialistas, arquitectos y restauradores del INBAL y periodistas, y por el otro, por un seminario propuesto por el Dr. Renato González Mello en la UNAM, donde la Doctora Elisa Drago y alumnos del Posgrado de Historia del Arte de la Facultad de Filosofía y Letras, han realizado estudios que argumentan los valores urbano arquitectónicos, así como estéticos del SCOP, y que próximamente se publicaran en un libro. También habrá que decir que, el pasado 16 de octubre se logro la Declaratoria del Centro SCOP como patrimonio artístico de la Nación. Hecho positivo de entrada, pero paradójico, porque a la vez, se intensifico la demolición de los edificios y desmonte, sin los cuidados necesarios, de todos los murales.

Ante esto, habrá que asumir, la pérdida definitiva del Centro SCOP, como todavía lo veíamos hace algunos meses, y que el famoso proyecto del parque, donde estarían involucrados los arquitectos Enrique Norten y Víctor Márquez, aparentemente ya retirados del mismo, es toda una incógnita, porque desafortunadamente, no se involucró a nadie, ni a los especialistas, ni a los vecinos, y no se ha difundido de manera abierta y amplia. Tememos que, por los tiempos políticos de fin de sexenio y próximas elecciones, se terminara por hacer un remedo de parque, con los restos de murales rescatados, ya sin el entorno inicial que les daba sentido, y con una unidad habitacional contigua, excluida del proyecto. Una pena que las autoridades actuales, por lo menos en cuanto a la defensa y conservación del patrimonio cultural, no hayan sido distintos, como pregonaron, a las anteriores y de nuevo perdamos, un conjunto monumental, único en nuestro país. Pero esta telenovela no termina aquí, retomaremos los siguientes capítulos en un ensayo próximo.


*Arquitecto, profesor investigador de la UAM Xochimilco y editor de El Trazo Semanal.




Diciembre. 2023




 

 

 

Los 25 años del edificio 25 de la UAM Xochimilco

Los 25 años del edificio 25 de la UAM Xochimilco

 

Los 25 años del edificio 25 de la UAM Xochimilco

Roberto A. Padilla Sobrado*

 

El llamado edificio 25 o edificio “R” de la UAM Xochimilco, cumple 25 años de existencia, y se ha convertido, con el paso del tiempo, en uno de los más característicos de la Unidad. Desde su construcción obtuvo el reconocimiento nacional al ser premiado con la medalla de plata en la V bienal de Arquitectura Mexicana 1998.

 

Inaugurado por el entonces rector general de la UAM, el Dr. José Luis Gázquez Mateos, en seguimiento del plan rector de la institución, respondiendo a las necesidades de la población académica y estudiantil, y diseñado por los arquitectos Dulce García, Ricardo Pita, Rodolfo Santa María, y José Ángel Campos, profesores de la licenciatura en Arquitectura de la división de CyAD, fue construido para albergar a la licenciatura en Diseño de la Comunicación Gráfica, y no solo tener salones para dar clases, sino también talleres especializados característicos de su programa de estudios, como lo son los de grabado, serigrafía, offset, fotomecánica, cómputo y gráfica monumental. Además del laboratorio de fotografía analógica y el set de fotografía, las áreas de ilustración, medios audiovisuales, diseño editorial, así como el reconocido “Salón Princesa”, en dónde se enseña dibujo no solo a los alumnos de la licenciatura, sino al público en general en su taller vespertino.

El edificio tiene planta baja, primer y segundo piso, y alberga al auditorio “Jesús Virchez”, uno de los más característicos de la Unidad, la sala de seminarios y la nueva sala de proyecciones, y cuenta con dos espacios adaptados para montar exposiciones artísticas, la Galería “Ada Dewes”, en el vestíbulo del auditorio Virchez, y la “Galería del Pasillo”, que se encuentra en la planta baja del edificio, en el pasillo central. A decir del Dr. Gázquez,  “los edificios hay que llenarlos de vida académica, de actividades que permitan a la UAM consolidarse como un modelo importante del sistema de educación superior del país". Frase que ha resultado profética, ya que durante todo este tiempo, la licenciatura en diseño de la comunicación gráfica se ha constituido como una de las carreras de diseño más importantes de nuestro país, y que ha visto pasar por sus salones y talleres a decenas de alumnos que se han convertido en diseñadores líderes en su ramo.

Durante los últimos 25 años, el edificio ha vivido modificaciones y cambios que lo han adaptado a las necesidades académicas de la licenciatura. Algunas de sus paredes han sido intervenidas con murales pintados por los alumnos, producto de proyectos modulares del taller de gráfica monumental y del área de ilustración. Un ejemplo son los pintados en el año 2012, ubicados en el segundo piso del inmueble y que sirven como portadas que identifican los distintos talleres de la carrera, y los murales pintados en las escaleras que conectan los distintos niveles elaborados en el año 2019.

Los primeros murales dieron una gran promoción al edificio, ya que su proceso de realización fue registrado en el cortometraje “Cinco Murales”, dirigido por el maestro Roberto Padilla, profesor de la licenciatura en D.C.G, y que fue seleccionado en varios festivales de cine a nivel nacional e internacional, como el festival Italiano “ Afragola International Film Festival of Architecture and Design 2021”, especializado en proyectos de arquitectura y su relación con el diseño y proyectos audiovisuales, el festival estadounidense “NAFCo Winter film festival 2021”, en dónde ganó el premio del jurado al mejor documental animado, y el festival Internacional  “Shorts México 15”, entre otros. El cortometraje se puede ver a través de internet en la siguiente dirección: https://vimeo.com/301101059

En la pandemia ocasionada por el Covid, cuando la universidad se encontraba en pleno aislamiento dando clases virtuales, se hicieron modificaciones a sus espacios físicos para mejorar la labor docente al regreso a las actividades presenciales. Uno de los laboratorios de fotografía analógica, ya en desuso, se adaptó para albergar el ahora “Taller de cómputo 2”, y el llamado salón “La caverna”, por el eco que producía, se adaptó para crear la ahora “Sala de proyecciones”, y se abrieron ventanas en algunas aulas para poder laborar en las circunstancias creadas por la emergencia sanitaria.

El edificio ha sido testigo de grandes retos que la comunidad ha tenido que afrontar a través del tiempo, en dónde se incluyen huelgas, desalojos por amenazas de bomba, paros de alumnos, terremotos, y una pandemia mundial, que han obligado a reforzar su mantenimiento para que siga tan vigente como en sus inicios, albergando generación tras generación de futuros diseñadores, que le sigan dando vida ayudando a que la comunidad de diseño continúe creciendo y desarrollándose cada vez más.













Fuentes electrónicas consultadas:

https://www.youtube.com/watch?v=-FluwZOjz3w

https://biblioteca.xoc.uam.mx/40aniversario/docs/talleres_diseno.pdf

https://vimeo.com/301101059

 

*Diseñador de la Comunicación gráfica, Maestro en Ciencias y Artes para el Diseño y Jefe del Departamento de Síntesis Creativa de la UAM Xochimilco.

 

Noviembre 2023.

Rescate patrimonial y social: Academia Benning

   Rescate patrimonial y social: Academia Benning

 

Rescate patrimonial y social: Academia Benning

Aldo Alberto Ordaz Salas*

 

 

Una de las hipótesis más recurrentes que solemos plantear los que nos encontramos en el camino de la conservación es la de cuántas vidas puede tener un edificio. Al respecto, logramos presenciar la materialización de lo que significa reutilizar y dar una segunda oportunidad a un inmueble, en este caso, una edificación del siglo XIX en el Estado de Morelos. Como parte de las actividades del seminario de Crítica a los Proyectos de Reutilización, los alumnos de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado, Generación 2023-2025 de la UAM Xochimilco, acudimos a la visita de la Antigua Estación de Ferrocarril de Cuernavaca, un sitio que ha renacido después de un excelente proyecto arquitectónico, a cargo de los arquitectos Isidro Velázquez y Eduardo Heras, ahora convertida en la Academia Benning.

La Estación de Ferrocarril de Cuernavaca fue concluida en 1897 en una ruta que originalmente llegaría a Acapulco pero que finalmente solo llego a Iguala. El mismo presidente Porfirio Díaz acudió durante ese año a inaugurarla, haciendo un viaje desde la capital que por aquel entonces no era menor a 12 horas, en comparación con la hora y media que ahora se hace desde la terminal de autobuses de Taxqueña, al sur de la Ciudad de México. Como toda infraestructura federal, estas estaciones fueron construidas con tipologías que tendían a repetirse mecánicamente, y conforme a las necesidades que requiriera el sistema ferroviario nacional. Respecto a estaciones análogas a la de Cuernavaca, es posible encontrar su similar en una estación que se construyó en Colima durante fechas similares, constando ambas de una planta baja para salas de espera, talleres taquilla y los andenes, mientras que en la planta alta se encontraban habitaciones para un pequeño hotel.

Después de la Revolución Mexicana y prácticamente durante todo el siglo XX, la estación de Cuernavaca siguió conservando su actividad original, sin embargo, después del abandono ferroviario impulsado por el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, la estación fue cerrada y abandonada en 1997.

La crónica de una muerte anunciada era inminente: a principios de los 2000 sufrió un incendio que terminó de definir el destino de la vieja estación, culminando así con el saqueo de los elementos que todavía se consideraban valiosos (puertas, barandales, ventanas). En lo que fueron los patios de la estación se invadieron por asentamientos populares, con altos índices de marginación y delincuencia.

Durante la visita tuvimos la fortuna de contar con la presencia del arquitecto Velázquez, quien nos relató a modo de cronología, el proceso que siguieron para generar el proyecto de rescate, haciendo mucho énfasis del escenario de abandono que presenciaron él y su equipo de diseño al llegar al sitio. Para 2016, la estación solamente funcionaba como una cortina que dividía estratos sociales en Cuernavaca; los mechinales en muros daban una pista del planteamiento estructural original ya inexistente, y las ruinas de la antigua estación funcionaban ahora solamente como basurero.

El arquitecto Velázquez comentaba precisamente sobre la utilidad de la basura y escombros que encontraron, ya que se analizaron cuidadosamente con la intención de obtener cualquier información de la preexistencia, que permitiera definir criterios de intervención lo más fiel y respetuosamente posible. Además, también se realizaron calas para conocer las fábricas de lo que quedaba en pie.

A nivel proyectual se hicieron alteraciones mínimas a la disposición espacial original, anexando únicamente un vano en un muro de la planta baja, para permitir la libre circulación entre niveles por medio de una escalera. A la misma, le fue restituida unos barandales en base a la información de los planos originales que arrojó la investigación histórica, muy importante también en este tipo de proyectos. Con respecto a la acústica que resulta un factor clave para edificios con vocación musical, la Academia Benning logró satisfacer con creces los requerimientos de aislamiento de sonido y de reverberación a partir del sistema estructural y de paneles textiles diseñados por los asesores en acústica del arquitecto. Velázquez.

Tito Quiroz, director de la academia y miembro de la familia Benning, se dio la oportunidad de enseñarnos cada uno de los espacios, al mismo tiempo que nos contaba cómo surgió todo, a partir de la iniciativa de sus padres, para apoyar el talento de niños mexicanos en condición de pobreza. A pesar de que la construcción fue financiada por autoridades federales y estatales, y de privados, Tito nos contó que la gestión durante los siete años de vida de la Academia, han sido difíciles debido a que no existe un interés genuino por financiar la operación por parte de la iniciativa pública y privada. Intereses políticos, la falta de compromiso por parte de empresarios, además de amenazas directas del crimen organizado, han dificultado la gestión del proyecto. Sin embargo, esto no ha sido motivo para dejar de operar si no todo lo contrario.

La Academia Benning se ha convertido en un foco cultural para el estado. A partir del programa 2X1, cualquier persona en general tiene la oportunidad de pagar sus clases y al mismo tiempo financiar la de los niños que viven en las colonias vecinas. Además, la calidad de la educación es notable ya que los docentes que imparten aquí sus clases son músicos profesionales egresados de los mejores conservatorios del país. En cuanto a oportunidades, a los niños de escasos recursos se les brindan instrumentos profesionales que pueden utilizar y llevar a casa, además de que tienen eventualmente la posibilidad de continuar su formación en Europa y Canadá.

Visitar la Academia Benning deja claro que la reutilización de espacios es imprescindible para la conservación del patrimonio, sin embargo, no se debe dejar de lado la posibilidad de encontrar un enfoque comunitario que contribuya a mejorar el tejido social en donde se realice la propuesta. En nuestra condición de conservadores del patrimonio, es importante que logremos entender que por más entusiastas que podamos ser de la restauración, esta puede no ser suficiente ni sostenible: en la medida de las posibilidades formales, espáciales y materiales que podamos encontrar en un caso de estudio. Es indispensable que busquemos nuevos usos y actividades que permitan al edificio sostener esa segunda vida a la que se aspira.


Vestíbulo de la Academia Benning donde se puede encontrar la maqueta de la intervención. Arriba también se observa el CCTV donde podemos ver en tiempo real cada una de las aulas diseñadas | Fotografía: Aldo Ordaz


Primer nivel de la Academia Benning donde se reutilizaron antiguas habitaciones del hotel y que ahora funcionan como aulas para la enseñanza de piano, canto y demás instrumentos | Fotografía: Aldo Ordaz


 
Miembros de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado Generación 2023- 2025 acompañados del Dr. Alejandro Ochoa, el Arq. Isidro Velázquez y Tito Quiroz | Fotografía: Alitzel Villagrán




*Arquitecto y estudiante de la Maestría en Reutilización del Patrimonio Edificado, UAM Xochimilco.

 

Septiembre de 2023.

Casa-Estudio Luis Barragán. Por Irving Misael Frías Hernández.

Casa-Estudio Luis Barragán. Por Irving Misael Frías Hernández.
Recientemente escuché decir a Carlos González Lobo que la composición en la arquitectura no es otra cosa que una secuencia de significantes, esto es, una serie de elementos ordenados con un propósito tal que al recorrer los espacios en donde fueron dispuestos, generan al usuario un cumulo de experiencias y sentimientos únicos. Esta teoría de la composición nos habla de un factor que muchas veces no consideramos al momento de diseñar: la subjetividad, y es que para integrar nuestros diseños al contexto debemos por obligación incorporar nuestro espíritu creador, ordenar los espacios imaginando siempre que es lo que queremos transmitir.

En el arte, el creador siempre busca transmitir “algo” a través de su obra, entonces, si consideramos a la arquitectura como un arte, este debiera ser el propósito principal de nuestras obras, más que el de satisfacer solo necesidades primarias (que por supuesto están implícitas en los procesos de diseño, al menos en teoría).

Estas ideas abandonadas a principios del siglo XX gracias al surgimiento del movimiento funcionalista, fue reinterpretada y puesta en práctica muchas veces con éxito, otras no tanto; pero un arquitecto mexicano fue capaz de elevar al nivel más alto el sentido mismo de esta teoría: Luis Barragán.Ya se ha leído muchas veces y en varias publicaciones la exaltación del valor estético y emocional que generan los espacios propuestos por este arquitecto jalisciense, sin embargo no deja de admirarnos la manera en que concebía los espacios, y para muestra tenemos su proyecto más ambicioso: Los jardines del pedregal, aunque no es el propósito principal de este texto.


 Escalera de la biblioteca, casa - estudio de Luis Barragán
Fuente: www.casaluisbarragan.org

Al paso de la carrera de arquitectura y en general de la vida, existen momentos que te cambian los paradigmas, o los fortalecen; así, visitar y recorrer la Casa-Estudio Luis Barragán supone un parteaguas en la visión y en la experiencia kinestésica de todo ser sensible, y consciente del lugar en que está habitando, ese fue mi caso.

La experiencia que provoca recorrer un  espacio diseñado por Barragán es, como leer un buen libro: al principio lo compras por el título, pero su trama comienza a ser más interesante conforme se recorren las páginas, hasta que el clímax te invita a comenzar de nuevo. Así la casa de Luis Barragán te  envuelve en sus tonos rosados y amarillos matizados siempre en muros blancos, escaleras que hablan de intimidad y otras que te invitan a flotar, vanos que proponen diferentes sensaciones conforme juegas con sus aberturas. También, jarrones que expresan esa necesidad de sentirnos identificados con algún valor y nombrarlo nacional, muebles con dimensiones distintas a las convencionales que obligan a hacer reverencia a la casa, cada vez que intentas levantar algo de su superficie. Juegos de luz que lanzan un discurso en el que el protagonista siempre es el reflejo o el imite del haz, jardines que invitan a la comunión y a admirar la majestuosidad de la naturaleza, pinturas y objetos de carácter personal dispuestos de forma aparentemente circunstancial, que evocan a ese carácter de mimetización del entorno. Y es que se dice de Barragán que por su afán de ordenar cosas en los espacios era un escenógrafo, pero más que eso yo lo consideraría un poeta visual, ya que armoniza con esos elementos que pueden ser desde una pintura de Orozco hasta un Facistol, con el único fin de transmitir las sensaciones que el experimentó al crear cada espacio.

Es por eso que en este texto hablo más de lo que Barragán produjo en mí, que de lo que aparece en la página web de la casa:


“No miren lo que yo hice, miren lo que yo vi”
                                              Luis Barragán, discurso del premio Pritzker, 1980

Junio, 2014

La permanencia en el tiempo. La Biblioteca de México “José Vasconcelos”. Por Fernando Minaya Hernández

La permanencia en el tiempo. La Biblioteca de México “José Vasconcelos”. Por Fernando Minaya Hernández
La reutilización es un factor que la propia arquitectura patrimonial y  la ciudad requieren. Por un lado, la ausencia de predios en la ciudad para nuevos proyectos y, por el otro, la recuperación de edificios patrimoniales ha permitido que, desde finales de la década de 1980, se establezcan proyectos en edificios con características y propiedades de valor arquitectónico relevante por su historia. La intervención de edificios religiosos y del periodo colonial, en la actualidad, han sido determinantes para la consolidación de museos, bibliotecas, centro culturales, entre otros; y con ello se localicen en zonas de inmejorable ubicación para exponer a la cultura nacional e internacional. En la ciudad de México, el reutilizar un edifico es una necesidad, y la parte arquitectónica es sin duda la labor más difícil en la adopción del nuevo uso, y sobre todo, del encuentro de dos discursos arquitectónicos separados por el tiempo y forma de pensamiento, para así cumplir con otro objetivo: la conservación del patrimonio histórico tangible de la ciudad.

Biblioteca Pública de México, arq. Abraham Zabludovsky. 1988.
Fuente: “Integración del pasado y presente” (1989), en Obras, mayo, Expansión, México, pp. 11
29.
 Uno de los primeros ejemplos fue la Biblioteca de México, ubicada en La Plaza de la Ciudadela, fue un proyecto a cargo del arquitecto Abraham Zabludovsky, en el cual se respeto de manera integra el edificio proponiendo, en los cuatro patios del conjunto colonial, una techumbre para proteger las nuevas salas de lectura. La techumbre fue la mayor intervención del edificio, protegiendo así el valor patrimonial.   

Biblioteca Pública de México, Biblioteca Castro Leal, Arq. Bernardo Gómez Pimienta. 2012. Fuente: http://www.bgp.com.mx/
En el Presente, la biblioteca está recibiendo una transformación para su actualización y re-funcionalización de las instalaciones con nuevas tecnologías. También se encargaron diseños específicos para la creación de las bibliotecas personales de José Luis Martínez, Antonio Castro Leal, Jaime García Terrés, Alí Chumacero y Carlos Monsiváis. El proyecto maestro se desprende del programa “Ciudad de los libros, el cual pretende transformar a la biblioteca en un centro cultural y de servicios bibliotecarios. A la fecha se han retrasado los trabajos por falta de presupuesto, pero la primera etapa ya es una realidad, esperemos que en un futuro inmediato podamos disfrutar con su nueva cara, en pleno siglo XXI, de tan esplendido espacio arquitectónico y cultural de la Ciudad de México.

Octubre, 2013

Conjunto Manacar, un ícono que se esfuma. Por Francisco Haroldo Alfaro Salazar y Alejandro Ochoa Vega

Conjunto Manacar, un ícono que se esfuma. Por Francisco Haroldo Alfaro Salazar y Alejandro Ochoa Vega
En febrero de este 2013 iniciaron las obras de demolición del otrora conjunto urbano Manacar, construido entre 1963 y 1965 en la confluencia de las avenidas Insurgentes y Río Mixcoac, al sur de la Ciudad de México. El proyecto original fue realizado por los arquitectos Enrique Carral, Héctor Meza y Víctor Bayardo, mismo que a lo largo de casi 50 años se convirtió en referente urbano por su expresión elegante y moderna, a partir de un bloque horizontal que albergaba una plaza comercial, el volumen sólido de una sala cinematográfica, una equilibrada torre de cristal para oficinas, y complementado todo con un estacionamiento resuelto en sótano y azotea. El esquema funcional se resolvía con pasajes interiores que comunicaban la zona comercial, el cine y la torre de oficinas con la plaza de acceso y las calles vecinas. Al exterior, fueron parte de la imagen urbana por muchos años tanto el Banco de Industria y Comercio como el Sanborn’s y la Librería de Cristal.


Conjunto Manacar. Fuente: Archivo AOV y FHAS

Aun cuando el conjunto empezó a sufrir alteraciones se mantenía vigente en sus usos mixtos y seguía cubriendo las necesidades contemporáneas. Ya en los años noventa del siglo pasado las alteraciones fueron agresivas, al cambiar el giro del restaurante y agregar texturas y colores a la fachada, sin relación con la imagen restante del conjunto. Por otra parte, la planta baja de la torre, por años libre y transparente, sólo con el vestíbulo y circulaciones verticales para acceder a los niveles superiores, fue ocupada por un local comercial.

En cuanto a la sala cinematográfica, funcionó como sala única alrededor de 30 años, pero a finales de los noventa se fragmento en nueve salas para la cadena Cinemex. Dicha intervención radical al interior, mantuvo el amplio vestíbulo original así como la blanca fachada ciega hacia la avenida Insurgentes y la pequeña calle transversal. En esas condiciones, el conjunto se mantuvo durante la primera década del siglo XXI, pero paulatinamente se cerraron las salas de cine, el restaurante, los locales comerciales y las oficinas. En 2011, con el conjunto cerrado y en obras de remodelación, se anunciaban trabajos para convertir al cine en casino, sin embargo, la desarrolladora DAHRNOS adquiere el terreno y autorización para demoler y hacer un nuevo proyecto urbano multifuncional de gran escala, con la autoría del arquitecto Teodoro González de León.

Ante estos hechos contundentes, que se suman a varios otros de años recientes que han mandado a la picota a esos viejos recintos de exhibición cinematográfica (tan distintivos por varias décadas del siglo XX y para el goce de varias generaciones como el Latino, Teresa y Paris entre otros) no queda más que preguntarnos, ¿Cuál es el siguiente, de los pocos que aún nos quedan?, ¿el Opera o el Orfeón?, ambos en condiciones de abandono, sino es que de ruina total.

Con una piel totalmente acristalada en la torre, el cine era el contraste con su fachada ciega, recubierta con una cerámica blanca y el bloque de unión era la zona comercial, horizontal y transparente que servía para armar el conjunto que ligaba a los dos volúmenes extremos. Efectivamente, el cine Manacar representó muy bien la etapa final de la tipología de gran formato, que lejos de las grandilocuencias en fachadas e interiores de los viejos recintos de las décadas de los años treinta y cuarenta, ya en los sesentas no perdían monumentalidad pero agregaban ligereza y modernidad, a través de luces indirectas, espacios diáfanos y un arte plástico de carácter abstracto. Es así como en el Manacar fue famoso ese telón del artista guatemalteco Carlos Mérida, desaparecido desde la fragmentación de los años noventa.


Vestibulo del cine. Fuente: Archivo AOV y FHAS

El conjunto Manacar y su cine fueron referentes de vida urbana desde el último tercio del siglo XX. Agotadas sus posibilidades de permanencia en un mercado inmobiliario que descubre nuestras carencias para valorar, proteger, conservar y reutilizar el parque construido, el conjunto ha cedido ante los embates de la transformación. Dado el carácter de la esquina referida, seguramente el nuevo proyecto se alzará con las innovaciones propias del siglo XXI, y con la visión de un mundo nuevo que se abre paso ante el pasado, demoliéndolo y dejando huérfana a la cultura contemporánea. La modernidad del siglo XX tuvo un excelente ejemplo en el Manacar y su memoria solo quedará en los registros que harán comprensible su historia, y cuyo hecho tangible ahora se ha esfumado.


Agosto, 2013