Una vez que se ha difundido
profusamente el resultado de la última premiación del Pritzker se ha generado
una cierta polémica sobre los merecimientos del arquitecto premiado y sobre la
arquitectura reconocida tras su autor, vinculando su activismo en diversos
ámbitos, incluyendo su participación en el jurado de Pritzker de 2009 a 2015,
con el último resultado de este reconocido premio.
Por lo anterior es necesario
acercarse con más detenimiento a su arquitectura y a su forma de trabajo, que
es particularmente interesante pues le permite alcanzar la materialización de
sus proyectos a pesar de las enormes dificultades que significan las
limitaciones burocráticas, económicas y políticas que están detrás de la
construcción arquitectónica. De acuerdo a una entrevista realizada a Aravena
por Antón García-Abril y publicada en la revista Arquitectura Viva (# 133,
2010) este arquitecto tiene la característica de ser “sintético y numérico”, es
decir, una capacidad para sintetizar los términos de los problemas que enfrenta
el arquitecto, ante a un contexto siempre muy complejo. Esto lo logra al
realizar una cuantificación de los aspectos involucrados en términos
paramétricos mesurables. El resultado de estas sencillas operaciones es el que
presenta a los agentes involucrados para lograr que se adhieran sus propuestas,
es decir, hace participar a los diferentes actores en el proceso de toma de
decisiones logrando con ello no sólo la aceptación de lo imaginado sino la
apropiación de los resultados. ¿Se trata de la recuperación de la añeja idea
del diseño participativo? Aún es temprano para reconocerlo, pero el camino
recorrido es el que han seguido otros autores de este tipo de procesos.
Aravena practica además reflexiones
pragmáticas, eficaces y responsables, dice Antón García en la entrevista
citada, y esto se combina además con una natural capacidad para comunicar sus
ideas a los diversos auditorios frente a los que se presenta. Se trata de un
muy buen orador y esta es una de las críticas que ahora se le hacen,
confundiendo esta capacidad con el ejercicio de una práctica publicitaria. Sin
embargo, los resultados están ahí, retando el tiempo en que los usuarios
valoren la arquitectura que ahora viven y en este aspecto ya se dan algunos
indicios: el mismo arquitecto ha reconocido que su propuesta de viviendas
llamada Quinta Monroy en Iquique, Chile (que se construyó en 2003 con el
sistema de financiamiento que se operaba en ese país para familias con
posibilidades de acceso a este tipo de préstamo) no es tan exitoso en el caso
de la sociedad chilena. ¿Por qué? Porque desde ese tiempo la sociedad chilena
fue logrando una prosperidad que les lleva a aspiraciones burguesas, de tal
modo que a pesar de que los usuarios participaron completando sus casas dentro
del marco de diseño que les dejó el arquitecto, hoy ven que de todos modos sus
casas se ven como casas de pobres y no de la clase social a la que ellos
aspiran.
Estos son los enormes
retos que enfrenta un arquitecto cuando quiere participar en la solución de un
problema tan complejo como el de la carencia de vivienda para los pobres. Sin
embargo, su participación se concreta en la propuesta de diseño, en una
conformación que de un modo o de otro es la interpretación de las necesidades
de los usuarios. Y para hacer la propuesta es preciso el más tradicional
dominio del oficio y Aravena evidentemente lo tiene. Él mismo lo señala cuando
dice que al proyectar cada decisión conlleva un conjunto operaciones y
estrategias, y la mejor manera de aprenderlas es colocándose sobre los pasos de
los que lo hicieron bien. Así que para nuestro ámbito tal vez lo mejor sea reflexionar
sobre una de las experiencias de este arquitecto que consistió en tomar un
cuaderno, un instrumento de medir y visitar el cuerpo disciplinar de la
arquitectura. Medir edificios es volver sobre una cadena de decisiones que es
finalmente proyectar. ¿Cómo se resuelve una esquina? ¿cómo toca el suelo un
edificio? ¿cómo es el techo? ¿qué materiales? ¿por dónde se entra? ¿cuáles son
los problemas al tipo de estructura utilizada? Estas son preguntas que Aravena
se hizo al salir de la escuela. No dejemos que nuestros alumnos se las hagan
hasta el final de sus estudios.
Fuente de imagen: alejandroaravena.com
Enero, 2016
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