Una
idea nace y lo primero por hacer es darle vida a través de un croquis o un
dibujo. Ésta es la primera etapa de un proceso donde intentamos dar solución a
una problemática y quizá de las más importantes, porque es cuando
proporcionamos el concepto o la idea general que regirá nuestro proyecto. Desde
tiempos antiguos el humano ha buscado distintas formas de comunicarse, incluso
antes de que existiera el lenguaje, las primeras expresiones fueron a través
del dibujo y diversos estudios prehistóricos pueden avalar esto.
¿Qué es lo valioso de poder
comunicarse a través del dibujo? En primera, la versatilidad, porque solo
necesitamos dos elementos: lápiz y papel (en su ausencia cualquier otro material
que se encuentre a la mano). Pero principalmente, fomentar la imaginación. Como
arquitectos podemos imaginar un espacio completo y adentrarnos en él para tener
idea de los elementos que le conformarían, cuáles son los acertados y cuáles no
lo serán. En general, la visualización del espacio la podemos lograr si de
nuestra mente al papel somos capaces de abarcar un todo y comunicarlo.
El dibujo es una extensión de
nuestra mente, cada vez que queremos expresar algo podemos utilizar distintos
medios para comunicarlo y dentro de nuestro proceso, la transmisión de esta
información va directamente a lo visual, justo en el momento en que pensamos,
dibujamos. Existe esa relación directa de nuestro cerebro y nuestra mano, de
manera en que las ideas se vuelven algo visual, y es precisamente este
acercamiento lo principal que me he encontrado para llegar a una solución de un
proyecto. Al tener plasmado un primer acercamiento es posible darse cuenta de
lo acertado y equivocado de cada parte, para posteriormente hacer las
modificaciones y llevar a cabo todo el proceso de diseño, que nos lleva al
resultado donde finalmente exponemos un producto útil y la solución que
planteamos.
El valor y la práctica del dibujo a
mano se han ido perdiendo poco a poco en un mundo donde la tecnología avanza
rápidamente para evolucionar y facilitar nuestra vida, cada vez es menor el uso
de los croquis o dibujos. Tenemos herramientas variadas para tener una imagen
previa de un diseño, basta con colocar los elementos necesarios en un programa
y veremos una realidad virtual de nuestra idea. Puede ser una práctica más
difícil de lo que parece porque no se trata simplemente de tomar un lápiz y
realizarlo. Hay distintos aspectos que debemos considerar para lograr que
nuestro trazo sea el adecuado, como la perspectiva o la proporción; pero todo
lo que podemos expresar en él es muy gratificante, por lo que vale la pena
dedicar todo el tiempo necesario y seguir haciendo dibujos, pues mediante ellos
podemos lograr una mejor expresión, dar a conocer un concepto e incluso
sensaciones importantes en el espacio.
El proceso de diseño es amplio para
poder dar soluciones, y siempre es posible poner en práctica la habilidad de
comunicarnos y hacer cambios mediante los croquis. No se puede ir contra el
avance tecnológico, es una gran ventaja contar con la variedad de programas
dedicados al diseño; pero tampoco es conveniente dejar que absorban todo el
trabajo, ni que el dibujo se pierda como una herramienta que continúe
desarrollando nuestra creatividad y la capacidad de comunicarnos.
Fuente de imagen: http://totalcreativo.com/wp-content/uploads/2012/08/dibujo-memoria-ny-autismo-2.jpg |
Junio de 2016
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