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La ciudad neorrealista. Roma, Madrid, Ciudad de México: Entre cine y arquitectura. Dr. Federico Colella. Un comentario

 La ciudad neorrealista. Roma, Madrid, Ciudad de México: Entre cine y arquitectura. Dr. Federico Colella. Un comentario

 


La ciudad neorrealista. Roma, Madrid, Ciudad de México: Entre cine y arquitectura. Dr. Federico Colella. Un comentario.

 

Kevin Eduardo Vázquez Arroyo*

 

Como parte del seminario del área de investigación, Procesos Históricos y Diseño de la UAM Xochimilco, el pasado 24 de agosto el Dr. Federico Colella de origen italiano y docente del Tecnológico de Monterrey y de la Universidad Anáhuac, presentó vía remota una muy breve, pero no menos interesante, muestra de su tesis doctoral “La ciudad neorrealista. Territorio, iconografía y mapas de Madrid y Roma”. Su trabajo parte de un movimiento cinematográfico de mitad del siglo XX, el neorrealismo italiano, que surgió como respuesta a la narrativa grandilocuente que era la constante en el cine durante el fascismo de Mussolini. El neorrealismo muestra la realidad italiana de la posguerra, con los problemas de los derrotados las guerras: dolor, pobreza y desorganización.

El análisis de Federico Colella nos muestra cómo un movimiento artístico profundiza en la exploración urbana, mostrándonos las entrañas de la ciudad romana fuera de la monumentalidad a la que estamos acostumbrados. Las películas neorrealistas ven a las periferias de la ciudad como motor de inspiración artística, porque las historias que ahí se desarrollan son muy diferentes a las del centro, podemos ver desde inmuebles afectados por la guerra, la delincuencia y la crisis de la vivienda en esa época. En estas historias estaba permitido no tener un final feliz porque sencillamente, casi como documental, así era la vida en ese momento.

Los paisajes entrópicos que se presentan en el neorrealismo traen consigo la esencia de dos eras, la de un supuesto progreso fascista mostrando elementos constantes en las obras como andamios y estructuras desnudas de lo que pudo ser, proyectos frustrados. Por otro lado, la crudeza de la destrucción y sus ruinas. Si bien el movimiento artístico nace en Italia, Colella identifica las relaciones entre el cine italiano de la posguerra y el cine español que entra al fascismo. En esta comparación ubica los paralelismos cinematográficos de ambos movimientos llegando a un punto común.

Es valioso comentar la metodología aplicada en el análisis, con cartografía de Roma y Madrid nos muestra el mapeo de las escenas con los recorridos realizados por los actores, esto nos da una idea de cómo el espacio urbano es clave en la representación de su realidad, y donde podemos ver, en un segundo plano, el movimiento de las actividades reales de la gente. En ese sentido, también es importante mencionar el conteo métrico de los desplazamientos ayudando una vez más a notar cómo cambia y se desarrolla el plano a lo largo de las escenas.

Sin duda un trabajo que nos recuerda la riqueza artística que aporta el cine a la vida, y mejor aún, a la arquitectura y el urbanismo siendo un medio de reflexión y análisis de los espacios que habitamos en momentos determinados.

 





Agosto de 2023

 

*Arquitecto y estudiante de la Maestría en Ciencias y Artes para el Diseño. UAM Xochimilco.

 

El papel de las mujeres en la consolidación del cine mudo en México

Aura Mariana García Morales*

 

 

La intervención de las mujeres en el cine mexicano ha sido constante —como camarógrafas, productoras, compositoras, guionistas y directoras—; no obstante, la historia que repasa el génesis del cine en México se ha encargado de otorgar mayor peso a otros nombres. Este breve artículo tiene como objetivo hacer una retrospectiva de las cineastas que participaron en la consolidación del cine mudo en México.

Las hermanas Ehlers, Adriana y Dolores, trabajaron juntas durante toda su carrera y son consideradas pioneras en distintas áreas del quehacer cinematográfico [1]. Fundadoras de Casa Ehlers, su trabajo consistió principalmente en filmar documentales, pero también trabajaron en laboratorios fotográficos, comerciaron con cámaras y proyectores y publicaron la Revistas Ehlers donde semanalmente recapitulaban noticias recientes. Por desgracia, la mayoría de su trabajo fílmico se quemó en el incendio de la Cineteca Nacional (1982).

Cándida Beltrán Rendón dirigió El secreto de la abuela, en 1928. Esta sería su única película, pero pese a no tener experiencia previa en el cine o en el teatro, Cándida no solo fungió como directora sino también como productora, escenógrafa y actriz [2].

Carmen Toscano, quien dedicó su juventud a la poesía y literatura, incursionó en el cine en 1941 cuando fue guionista, productora y editora del documental Memorias de un mexicano (1950) [3]. En1959, René Cardona adaptó su guion de “La Llorona” y en 1976, dirigió el semi-documental Ronda revolucionaria —escrito por Matilde Landeta—. Carmen, una de las figuras representativa del movimiento de difusión y preservación del cine mudo, dedicó la mayor parte de su vida a su obra y a la de su padre, Salvador Toscano Barragán.

Adela Sequeyro, quien comenzó su carrera como periodista, dirigió Más allá de la muerte (1935) y La mujer de nadie (1937), que consolidaron su importancia dentro de los primeros años del cine mexicano. Posteriormente, dirigió Diablillos de arrabal (1938) y, tras haber hecho una gran producción, la crisis económica la llevó a perder los derechos de su obra por lo que su nombre fue destituido. Después de este incidente, dedico el resto de su vida al periodismo [4].

Herminia Pérez de León, o Mimí Derba, fue una cantante que logró saltar del teatro al cine mudo con éxito [5]. En 1917, junto con Enrique Rosas, estableció Azteca Films donde escribió y codirigió La tigresa (1917); y tras producir cinco filmes, Azteca Film se declarará en bancarrota. Esta desilusión la llevó a alejarse temporalmente del cine, pero finalmente actuó en la primera película sonora Santa (1931).

Elena Sánchez Valenzuela, fundadora del primer archivo cinematográfico en México [6], fue una periodista, actriz y documentalista. Durante la época del cine mudo, actuó en distintos filmes, pero su rol como directora comenzó en 1936 cuando dirigió y filmó Michoacán, que formaba parte de Brigadas cinematográficas, un proyecto comisionado por el presidente Lázaro Cárdenas.

No obstante, otras mujeres también contribuyeron a la consolidación del cine mudo en México bajo diferentes títulos. Cube Bonifant [7], una de las primeras críticas de cine en publicar su trabajo, y Adelina Barraza [8], una de las primeras mujeres en ser propietarias de un espacio de proyección cinematográfica; también fueron figuras destacadas de los primeros años del cine nacional.

 

Adriana y Dolores Ehlers. Fuente: Instituto Mexicano de Cinematografía.


Elena Sánchez Valenzuela​. 

Fuente: 

[1] http://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia%3A261708

[2] https://wfpp.columbia.edu/pioneer/ccp-candida-beltran-rendon/

[3] https://literatura.inba.gob.mx/ciudad-de-mexico/3998-toscano-carmen.html

[4] http://correcamara.com/inicio/int.php?mod=perfiles_detalle&id_perfil=20555

[5] http://www.elem.mx/autor/datos/131618

[6] https://wfpp.columbia.edu/pioneer/ccp-elena-sanchez-valenzuela/

[7] http://www.elem.mx/autor/datos/108275

 

 

 * DCG y estudiante de la Maestría en Ciencias y Artes para el Diseño. UAM Xochimilco.

Noviembre 2022