Viajar y
conocer también es parte del proceso de formación, aventurarse a nuevos
contextos, en principio desconocidos, resulta en un gran aprendizaje. Una
plática con alguien de otro lugar, de otro estado o país, nos enriquece en
muchos aspectos. Ese intercambio de saberes, no necesariamente académicos,
termina por ampliar nuestra visión de las cosas, nuestra perspectiva del mundo.
Un viaje puede ser tan corto como unas cuantas horas o tan largo como una vida;
queda claro que no es lo mismo un viaje turístico que un viaje por trabajo o,
en lo que incumbe a este texto, por movilidad estudiantil.
No hay mejor
forma de entender una cultura que viviéndola. Viajar como estudiante por un
periodo relativamente largo, 6 meses aproximadamente, nos permite desarrollar
un hábito en el lugar en cuestión, durante estos meses, además de aprender de
la cultura local, aprendemos cosas básicas de vida pues para algunos que aplicamos
para movilidad estudiantil implica salir del lecho familiar y lo que ello conlleva;
valerse por uno mismo, experimentar la soledad y valorar aquellas ‘cosas’ que
pasan desapercibidas hasta que ya no están ahí, muchas de esas ‘cosas’ son las
comodidades de las que gozamos en casa y que muchas veces no valoramos. Vaya,
la movilidad estudiantil es una forma de salir de la zona de confort.
La
oportunidad de movilidad que brinda la UAM para los estudiantes es bastante
buena. No son pocas las escuelas del extranjero con las que se tiene convenio,
principalmente universidades de Latinoamérica. En territorio nacional,
prácticamente hay acuerdos con universidades de todo el país, además, las becas
que se ofrecen son lo suficientemente generosas para poder solventar los gastos
de un universitario con ansias de aprender, conocer y viajar.
Si durante la
estancia académica complementamos con el ejercicio profesional mediante un
voluntariado, servicio social o incluso laborando en algún taller o despacho que
permita poner en práctica lo que se ha aprendido en el trayecto de la cerrera, la
experiencia será por demás enriquecedora, de esta forma podremos decir que los
recursos invertidos han sido correctamente aprovechados. A final de cuentas, el
presupuesto destinado a becas y demás asuntos relacionados con la universidad
son recursos de la propia universidad, por ende, son recursos públicos, de
todos. No es imprudente decir que es una obligación gastarlos de la mejor
manera posible, y que mejor que en la correcta y más completa formación de
futuros profesionistas, pues, en un país como México lo único que abunda es la
necesidad.
Lamentablemente
no todo es tan sencillo en movilidad estudiantil. He de mencionar que los
trámites administrativos son verdaderamente fastidiosos. Llenar formularios,
buscar planes de estudio, atenerse al azar pues no está muy claro cómo es que
el sistema determina los lugares disponibles para los postulantes, y sobre todo,
a la burocracia de las instituciones que termina por complicar todo el proceso
administrativo.
Pese a lo
cansado del proceso administrativo para obtener un lugar para la movilidad
estudiantil no me canso de recomendar esta experiencia pues es en verdad una
gran oportunidad que difícilmente se volverá a repetir. El aprendizaje resulta
mayúsculo y las experiencias inolvidables. Sé de algunos casos en los que la
movilidad se ha extendido por bastante más tiempo que los 5 meses de clases o
de otros en los que la movilidad ha ayudado como un enlace con oficinas de
arquitectura que resulta en una oportunidad de trabajo, en ocasiones única.
A todos
aquellos compañeros que se encuentran o que piensan en aplicar para movilidad
estudiantil en la UAM les hago, a grandes rasgos, algunas recomendaciones
después de mi experiencia y la de algunos otros compañeros.
Elegir el país o estado
y la universidad
Ya tomada la
decisión de aplicar para movilidad estudiantil resulta importante elegir la
universidad, ello implica escoger la ciudad y país en el que se va a radicar,
en el caso nacional, el estado de destino. Es normal que el país más solicitado
sea España pues es el único país de Europa con el que compartimos idioma, y
bueno… ¿Quién no quiere viajar por Europa? Sobre todo sabiendo lo relativamente
fácil que es viajar por la Unión Europea. Lamentablemente los lugares para
España son escasos y se compite con estudiantes de las 5 unidades de la UAM,
casi que se necesita ayuda divina para obtener uno de esos lugares. La opción
de llegar a un país europeo se facilita si dominan otro idioma aparte del
español, dígase: italiano, francés, inglés, alemán, portugués, etc. Hablar uno
de estos idiomas y contar con un certificado que lo avale hace más fácil llegar
a países como Francia, Italia, Alemania, Portugal, entre otros. Incluso, no es
raro ver ‘lugares vacíos’ para estos países ya que son pocos los que postulan
para ellos por el requisito del idioma.
En el caso
nacional resulta más sencillo, la UAM prácticamente tiene convenio con
universidades de todo el país y obtener un lugar en alguna de ellas no implica
mayor dificultad.
Prepararse
económicamente
Si bien las
becas son lo bastante generosas para solventar los gastos durante la movilidad
es importante prepararse económicamente y no atenerse a la beca. Para empezar,
esta no se otorga a todos los que se van de movilidad, para obtener la beca
también hay que esperar una convocatoria y postular esperando ser seleccionado.
Otro aspecto a considerar, sobre todo en movilidad internacional, es el
transporte dígase viaje en avión, estos según el destino resultan de un costo
considerable, la UAM otorga un apoyo para el boleto pero en ocasiones no es
suficiente y hay que completar para poder pagar el costo total.
Ya en plena
movilidad hay que considerar que el primer mes será en el que más gastos se generen
pues hay que pagar la renta, en ocasiones con un depósito extra, y antes de
ello tal vez sea necesario pagar algún hotel u hostal. También hay que
considerar que la beca se otorga hasta por 5 meses y lo más común es que el
período de clases dure 5 o 6 meses, además de que la estancia se puede prologar
si se decide quedarse para viajar y conocer más de la cultura local, por lo que
es común que uno o más meses tengamos que arreglárnosla sin el apoyo económico
de la beca.
La burocracia…
Algo que hay
que tener presente de principio a fin de la movilidad, y aun después de esta,
son los engorrosos trámites burocráticos, para ellos no queda más que esmerarse
en cumplir con todos los requisitos y poner especial atención a la hora de
llenar los formatos necesarios. Una vez concluida la estancia de movilidad, es
recomendable intentar regresar con una copia de las calificaciones para
agilizar la homologación de calificaciones, pues el envío y traslado de estas
por parte de la universidad receptora puede tardar varios meses hasta llegar a
las oficinas de movilidad de la UAM.
A la vuelta
Ya de regreso
es importante estar al pendiente del papeleo necesario para la homologación de
calificaciones y la actualización del estatus académico en el SAE. Aquí hago
hincapié en los alumnos de arquitectura, pues los responsables de dicho proceso
parecen verse rebasados por otras actividades, o simplemente no prestan la
atención necesaria a los alumnos de movilidad, ya que no somos pocos los que
hemos tenido algún problema o dificultad en algún punto del proceso.
Lamentablemente los problemas ocasionados por estas negligencias, o por
descuidar alguna parte del trámite, pueden llegar a ser un simple disgusto por
repetir algún trámite, la perdida de alguna beca otorgada por la UAM, tener que
pasar un trimestre en recuperación por no aparecer en listas, o incluso, perder
un trimestre por no realizar la homologación a tiempo.
Al final,
insisto en que vale la pena aprovechar la oportunidad de salir de la UAM para
conocer otros horizontes. Y recordar a los que están o piensan salir de
movilidad, de mantenerse siempre al pendiente del proceso administrativo y no
descuidar el cumplir académicamente con la universidad que te recibe durante la
estancia, pues reprobar durante la movilidad no es algo deseable para el
historial académico. Esto, porque puede
resultar contraproducente para otros compañeros, al ser lógico que las
universidades receptoras disminuyan los lugares disponibles en el convenio con
la UAM, porque los alumnos que llegan a dichas instituciones terminan el ciclo
con una calificación no aprobatoria.
Es normal que
durante el proceso surjan una gran cantidad de dudas, para ello les recomiendo
acercarse a algún profesor de confianza o a su tutor. En cuestiones
administrativas pueden acudir con la secretaria María del Socorro Aquiahuatl -conocida
como ‘Coco’- de la oficina de Gestión Escolar, quien siempre está en la mejor
disposición de ayudar en la parte administrativa que a ella le compete. Por
supuesto, acercarse a compañeros que ya han vivido la movilidad estudiantil
para conocer su experiencia, disipara muchas dudas y servirá como motivación.
Octubre de 2016
Octubre de 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario