La odisea de movilidad estudiantil . Por Irving Sánchez García

Viajar y conocer también es parte del proceso de formación, aventurarse a nuevos contextos, en principio desconocidos, resulta en un gran aprendizaje. Una plática con alguien de otro lugar, de otro estado o país, nos enriquece en muchos aspectos. Ese intercambio de saberes, no necesariamente académicos, termina por ampliar nuestra visión de las cosas, nuestra perspectiva del mundo. Un viaje puede ser tan corto como unas cuantas horas o tan largo como una vida; queda claro que no es lo mismo un viaje turístico que un viaje por trabajo o, en lo que incumbe a este texto, por movilidad estudiantil.

No hay mejor forma de entender una cultura que viviéndola. Viajar como estudiante por un periodo relativamente largo, 6 meses aproximadamente, nos permite desarrollar un hábito en el lugar en cuestión, durante estos meses, además de aprender de la cultura local, aprendemos cosas básicas de vida pues para algunos que aplicamos para movilidad estudiantil implica salir del lecho familiar y lo que ello conlleva; valerse por uno mismo, experimentar la soledad y valorar aquellas ‘cosas’ que pasan desapercibidas hasta que ya no están ahí, muchas de esas ‘cosas’ son las comodidades de las que gozamos en casa y que muchas veces no valoramos. Vaya, la movilidad estudiantil es una forma de salir de la zona de confort.

La oportunidad de movilidad que brinda la UAM para los estudiantes es bastante buena. No son pocas las escuelas del extranjero con las que se tiene convenio, principalmente universidades de Latinoamérica. En territorio nacional, prácticamente hay acuerdos con universidades de todo el país, además, las becas que se ofrecen son lo suficientemente generosas para poder solventar los gastos de un universitario con ansias de aprender, conocer y viajar.

Si durante la estancia académica complementamos con el ejercicio profesional mediante un voluntariado, servicio social o incluso laborando en algún taller o despacho que permita poner en práctica lo que se ha aprendido en el trayecto de la cerrera, la experiencia será por demás enriquecedora, de esta forma podremos decir que los recursos invertidos han sido correctamente aprovechados. A final de cuentas, el presupuesto destinado a becas y demás asuntos relacionados con la universidad son recursos de la propia universidad, por ende, son recursos públicos, de todos. No es imprudente decir que es una obligación gastarlos de la mejor manera posible, y que mejor que en la correcta y más completa formación de futuros profesionistas, pues, en un país como México lo único que abunda es la necesidad.

Lamentablemente no todo es tan sencillo en movilidad estudiantil. He de mencionar que los trámites administrativos son verdaderamente fastidiosos. Llenar formularios, buscar planes de estudio, atenerse al azar pues no está muy claro cómo es que el sistema determina los lugares disponibles para los postulantes, y sobre todo, a la burocracia de las instituciones que termina por complicar todo el proceso administrativo.

Pese a lo cansado del proceso administrativo para obtener un lugar para la movilidad estudiantil no me canso de recomendar esta experiencia pues es en verdad una gran oportunidad que difícilmente se volverá a repetir. El aprendizaje resulta mayúsculo y las experiencias inolvidables. Sé de algunos casos en los que la movilidad se ha extendido por bastante más tiempo que los 5 meses de clases o de otros en los que la movilidad ha ayudado como un enlace con oficinas de arquitectura que resulta en una oportunidad de trabajo, en ocasiones única.

A todos aquellos compañeros que se encuentran o que piensan en aplicar para movilidad estudiantil en la UAM les hago, a grandes rasgos, algunas recomendaciones después de mi experiencia y la de algunos otros compañeros.

Elegir el país o estado y la universidad

Ya tomada la decisión de aplicar para movilidad estudiantil resulta importante elegir la universidad, ello implica escoger la ciudad y país en el que se va a radicar, en el caso nacional, el estado de destino. Es normal que el país más solicitado sea España pues es el único país de Europa con el que compartimos idioma, y bueno… ¿Quién no quiere viajar por Europa? Sobre todo sabiendo lo relativamente fácil que es viajar por la Unión Europea. Lamentablemente los lugares para España son escasos y se compite con estudiantes de las 5 unidades de la UAM, casi que se necesita ayuda divina para obtener uno de esos lugares. La opción de llegar a un país europeo se facilita si dominan otro idioma aparte del español, dígase: italiano, francés, inglés, alemán, portugués, etc. Hablar uno de estos idiomas y contar con un certificado que lo avale hace más fácil llegar a países como Francia, Italia, Alemania, Portugal, entre otros. Incluso, no es raro ver ‘lugares vacíos’ para estos países ya que son pocos los que postulan para ellos por el requisito del idioma.
En el caso nacional resulta más sencillo, la UAM prácticamente tiene convenio con universidades de todo el país y obtener un lugar en alguna de ellas no implica mayor dificultad.

Prepararse económicamente

Si bien las becas son lo bastante generosas para solventar los gastos durante la movilidad es importante prepararse económicamente y no atenerse a la beca. Para empezar, esta no se otorga a todos los que se van de movilidad, para obtener la beca también hay que esperar una convocatoria y postular esperando ser seleccionado. Otro aspecto a considerar, sobre todo en movilidad internacional, es el transporte dígase viaje en avión, estos según el destino resultan de un costo considerable, la UAM otorga un apoyo para el boleto pero en ocasiones no es suficiente y hay que completar para poder pagar el costo total.

Ya en plena movilidad hay que considerar que el primer mes será en el que más gastos se generen pues hay que pagar la renta, en ocasiones con un depósito extra, y antes de ello tal vez sea necesario pagar algún hotel u hostal. También hay que considerar que la beca se otorga hasta por 5 meses y lo más común es que el período de clases dure 5 o 6 meses, además de que la estancia se puede prologar si se decide quedarse para viajar y conocer más de la cultura local, por lo que es común que uno o más meses tengamos que arreglárnosla sin el apoyo económico de la beca.

La burocracia…

Algo que hay que tener presente de principio a fin de la movilidad, y aun después de esta, son los engorrosos trámites burocráticos, para ellos no queda más que esmerarse en cumplir con todos los requisitos y poner especial atención a la hora de llenar los formatos necesarios. Una vez concluida la estancia de movilidad, es recomendable intentar regresar con una copia de las calificaciones para agilizar la homologación de calificaciones, pues el envío y traslado de estas por parte de la universidad receptora puede tardar varios meses hasta llegar a las oficinas de movilidad de la UAM.

A la vuelta

Ya de regreso es importante estar al pendiente del papeleo necesario para la homologación de calificaciones y la actualización del estatus académico en el SAE. Aquí hago hincapié en los alumnos de arquitectura, pues los responsables de dicho proceso parecen verse rebasados por otras actividades, o simplemente no prestan la atención necesaria a los alumnos de movilidad, ya que no somos pocos los que hemos tenido algún problema o dificultad en algún punto del proceso. Lamentablemente los problemas ocasionados por estas negligencias, o por descuidar alguna parte del trámite, pueden llegar a ser un simple disgusto por repetir algún trámite, la perdida de alguna beca otorgada por la UAM, tener que pasar un trimestre en recuperación por no aparecer en listas, o incluso, perder un trimestre por no realizar la homologación a tiempo.

Al final, insisto en que vale la pena aprovechar la oportunidad de salir de la UAM para conocer otros horizontes. Y recordar a los que están o piensan salir de movilidad, de mantenerse siempre al pendiente del proceso administrativo y no descuidar el cumplir académicamente con la universidad que te recibe durante la estancia, pues reprobar durante la movilidad no es algo deseable para el historial académico. Esto, porque  puede resultar contraproducente para otros compañeros, al ser lógico que las universidades receptoras disminuyan los lugares disponibles en el convenio con la UAM, porque los alumnos que llegan a dichas instituciones terminan el ciclo con una calificación no aprobatoria.

Es normal que durante el proceso surjan una gran cantidad de dudas, para ello les recomiendo acercarse a algún profesor de confianza o a su tutor. En cuestiones administrativas pueden acudir con la secretaria María del Socorro Aquiahuatl -conocida como ‘Coco’- de la oficina de Gestión Escolar, quien siempre está en la mejor disposición de ayudar en la parte administrativa que a ella le compete. Por supuesto, acercarse a compañeros que ya han vivido la movilidad estudiantil para conocer su experiencia, disipara muchas dudas y servirá como motivación.

Octubre de 2016

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