“Hay
vidas que vale la pena compartir” anuncia una lona impresa de poco más de un
metro cuadrado, acompañada del retrato de una familia encabezada por Oscar y
Doris y una fila de varios metros de largo conformada, en su mayoría, por
estudiantes de arquitectura y diseño industrial. Es inusual ver en la UAM-X tal
aglutinamiento en conferencias o proyecciones, a menos claro, que se trate de
un “acarreo” de alumnos llevados por sus profesores. Sin embargo, esta no es la
ocasión, puedo asegurar que la mayoría de los estudiantes que forman aquella fila
estaban ahí por decisión propia, ninguna obligación, ¿el motivo? la proyección
de El patio de mi casa.
La película ha sido
proyectada en distintos festivales de cine y arquitectura así como en varias
universidades de México y la UAM-X no fue excepción. El filme fue proyectado en
el auditorio Tania Larrauri el día jueves 28 de enero del 2016 en el inicio del
ciclo de conferencias del seminario Vórtices
y Bifurcaciones. Caminos Alternativos del Diseño, anteriormente Seminario de Diseño Innovación y Sustentabilidad,
contando con la presencia del director e hijo de Oscar y Doris, Carlos
Hagerman.
La película fue recibida con
“casa llena” pues el cariño de la comunidad estudiantil hacia Doris y Oscar se
ha forjado desde las anteriores visitas de esta gran pareja a la UAM. En esta
ocasión era el turno de Carlos de estar al frente de los estudiantes para, al
igual que sus padres, compartir su trabajo: un filme con toque
documental-biográfico en el cual muestra de forma particular la vida de sus
padres y la influencia de esta en las personas que los rodean.
La película comienza con un cuestionamiento:
¿Cómo se prepara uno para la muerte de sus padres? Esta pregunta desencadena un
recuento biográfico de la vida de la familia Hagerman, para posteriormente
mostrar el trabajo que realizan desde hace más de 30 años y ver en la vida de Enedino
e Isabel, uno de los tantos ejemplos en que Oscar y Doris han ayudado. Estando
en plena madures actualmente Oscar y Doris se encuentran trabajando con el
mismo ímpetu de su juventud, pero con la sabiduría que los años brindan y
encarando, en pareja, las dificultades físicas de la vejez y el cansancio
acumulado en años de trabajo.
Fue un encuentro en todo
momento emotivo. Los estudiantes y profesores a la espera de poder entrar y con
la incertidumbre de saber si Oscar y Doris estarían presentes en el evento,
acto que desafortunadamente no se concretó. Tras la proyección los comentarios
y preguntas no se hicieron esperar, una muy emotiva sesión de intercambio de
ideas y emociones, dejo ver el cariño que existe hacia Doris y Oscar, tanto de
jóvenes que se entusiasman con el trabajo realizado en las comunidades
indígenas, como de viejos amigos de la pareja que recuerdan vivencias de la
juventud.
En tiempos en que la
arquitectura social está tomando un gran auge mediático, basta con leer las
noticias sobre la Bienal de Venecia 2016 o el nuevo premio Pritzker, de ver en
redes sociales la cantidad de talleres y proyectos de arquitectura
participativa, sostenible, natural, etc. Que están cerca de convertir a la
disciplina y su enfoque social en una moda. Es imprescindible contar con
ejemplos como los de Oscar y Doris una pareja que lleva más de 30 años de
trabajo en comunidades indígenas y más de 40 años casados y viviendo juntos
lejos, hasta ahora, de los reflectores, de las portadas de revistas y páginas
web de arquitectura. Por ahora queda esperar el estreno del filme en cines el
próximo 1ro de abril.
Al final, El patio de mi casa nos enseña que el
camino de la buena arquitectura está acompañado del compromiso y respeto hacia
los demás, que junto al trabajo se pueden desarrollar amistades, que la
humildad y las ganas de aprender y compartir siempre van por delante, ahí,
entre el corazón y la razón.
Fuente de imagen: https://www.facebook.com/SeminarioDisenoInnovacionYSustentabilidad |
Febrero, 2016
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