A principios del presente año, las
autoridades delegacionales de Gustavo A. Madero cerraron, de manera total, las
instalaciones del Deportivo Hermanos Galeana. El motivo fue claro: la
rehabilitación y renovación del conjunto para actualizar su funcionamiento a
las demandas actuales, así como la transformación de la parte recreativa con el
objetivo de ofrecer un lugar “moderno, seguro y funcional, no solo para la ciudad
sino de todo el país”, en palabras de la delegada Nora Arias Contreras. El
pasado 24 de mayo, el deportivo fue reinaugurado por las autoridades de GDF,
asistiendo el jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera. La obras tuvieron un
costo de 30 millones pesos, algo que democráticamente se consideraría aceptable
cuando la población beneficiada es para algunos miles.
Al iniciar las primeras palabras de este
ensayo, surgieron algunas reflexiones sobre el tema: ¿y el diseño?, ¿en dónde fue
pensado?, ¿fue utilizado como un principio?, o en su caso ¿solo fue un acto
político, al puro estilo de la vieja escuela priista?, o peor aún, un hecho que
solo maquilla la ausencia de una verdadera política de los espacios
públicos. Si bien es cierto que después
de haber sido inaugurado en 1964 por el presidente Adolfo López Mateos y el
regente Ernesto Uruchurtu, como parte de una red de deportivos dirigidos a
cumplir con la demanda de espacios de encuentro social y deportivo para
sociedad capitalina, fue algo que contribuyó, de manera significativa, con
diseño y planteamientos sociales a un género arquitectónico que se observó desarrollarse
y consolidarse ampliamente durante las siguientes décadas. Por lo tanto,
aquellas palabras de la vieja escuela partidista del PRI si tuvieron una época protagónica
en la construcción de espacios públicos y de aportaciones significativas a la
ciudad y la arquitectura mexicana.
Las décadas transcurrieron y el mantenimiento
fue realmente nulo para instalación deportiva, algunas inversiones se
realizaron, pero en lo general solo la capacidad material y del diseño original
pudieron postergar la agonía de un espacio fundamental para la zona de Aragón
en el norte de la Ciudad de México. Hasta la fecha, lo aportado por GDF para “actualizar”
el deportivo es lo relevante de la noticia, ya que los trabajos realizados
distan de lo planteado en el discurso político contemporáneo. Los trabajos solo
se limitaron a darle una pintada al exterior de la cerca perimetral, por cierto
solo en la parte exterior, la canchas de futbol solo se empastaron algunas, la
gradas fueron reparadas, la alberca ya tiene agua caliente –lo cual resulta
extraño ya que desde hace algunas décadas ya contaba con esta característica-,
se renovó el gimnasio con aparatos nuevos y duela en el piso, además de pintar
el pavimento para delimitar un andador, pista para corredores y ciclo pista en
la calle principal del conjunto, entre otras acciones menores.
El punto de partida se establece entre el
discurso político y la gran reinauguración de un objeto de diseño que dista
mucho de ser algo que festejar, ya que solo se refleja un mantenimiento mayor y
una ausencia del diseño por actualizar las instalaciones, en donde solo se
efectuaron reparaciones del trabajo no realizado durante años, en cuanto a la
preservación material y funcional del equipamiento urbano existente.
En la reflexión del quehacer político sobre
lo hay que hacer en la ciudad y su pertinencia, podríamos comparar el actuar de
una época sobresaliente de espacios para la comunidad, como lo sucedido en la
década de 1960 cuando no existía el equipamiento e instaurarlo implicó un gran suceso
político y social. En la actualidad, la realidad supera al presupuesto financiero
y por supuesto al propio discurso que se orienta a “festejar” hasta el
mantenimiento preventivo de una estructura existente que conforma la ciudad,
sin duda los tiempos han cambiado y las metas son modestas, sin embargo el
protagonismo de los actores es el mismo.
Reinauguración.
Fuente: Excélsior
Propuesta a la calle interior. Fuente: Fernando Minaya
Plaza principal, sin modificaciones. Fuente: Fernando Minaya
Julio 2014
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