En el transcurso del último mes y de manera
simultánea al desarrollo del XX Campeonato Mundial de Fútbol Brasil 2014,
nuestros representantes populares –políticos y gobernantes, locales y
federales- han tenido bajo su responsabilidad la discusión y aprobación de reformas
estructurales en materia energética, en telecomunicaciones y de relevantes
proyectos en el sector de transportes, sin embargo esto se ha realizado de
forma selectiva y discrecional ante la sociedad.
Porque convenientemente esta toma de
decisiones ocurre en un momento en el cual la atención pública se concentra más
en las expresiones, acciones, héroes y tragedias del estadio que en su trascendencia;
ya que se soslayan los alcances y efectos que tales cambios pueden traer a
nuestra sociedad. En este sentido el historiador Lorenzo Meyer señala: “…esta
situación lo que muestra es lo contrario a la alta política, están haciendo la
política más baja posible, una política indigna, indigna incluso de ellos
mismos –de los políticos– ya no del país, que desde luego es indigna para
nosotros…”.1
Y debido a que en los medios de comunicación
aún prevalecen las noticias derivadas de la justa mundialista, se ha
comunicado, de manera discreta, la
puesta en marcha de algunos proyectos de infraestructura que tendrán gran
trascendencia para nuestra ciudad, entre ellos, el nuevo aeropuerto de la
Ciudad de México, la ampliación de la Línea 12 del STCM y el Tren Interurbano
México-Toluca. Por ello es importante retomarlos en este espacio para
conocerlos, difundirlos y contribuir a su debate. En esta oportunidad me
refiero al proyecto del “nuevo” Aeropuerto de la Ciudad de México.
Desde el nueve de febrero de 2014 se anunció
a la opinión pública el proyecto de inversión para la creación del nuevo
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) 2 , su ubicación ha sido pensada
en la zona Texcoco y la escala del proyecto depende de la negociación de
terrenos, sin embargo se pretende que para el año 2018 la nueva terminal inicie
operaciones y cuente con 4 pistas y una terminal para dar servicio a 30
millones de pasajeros 3. El plan también señala que para el año 2060 el nuevo
aeropuerto crecerá a seis pistas y dos terminales para atender 60 millones de
pasajeros, garantizando así una viabilidad de más de 40 años.
En primera instancia, se anunció para la
primera etapa, una inversión de al menos 50,000 millones de pesos, incluyendo
los costos de las vialidades y de la infraestructura secundaria necesaria para
ponerlo en marcha, y en una segunda etapa se invertirán otros 20,000 millones
de pesos. Sin embargo, el Secretario de Comunicaciones y Transportes ha señalado
que el costo de esta obra rebasará los 120 mil millones de pesos, y que formará
parte de los 340 proyectos estratégicos planteados en el Programa Nacional de
Infraestructura (PNI 2014-2018) 4.
Actualmente el proyecto está en etapa de
revisión por el despacho de consultoría en ingeniería ARUP en coordinación con
la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y con la Presidencia de la República,
se espera que el dictamen final de las propuestas se dé a conocer durante el
segundo semestre del 2014, muy posiblemente en este mes de julio.
Las propuestas de diseño están integradas por
equipos de arquitectos mexicanos y extranjeros con experiencia en diseño y
construcción aeroportuaria, entre ellos, Fernando Romero – Foster &
Partenrs; Legorreta + Legorreta – Rogers Stirk Harbour & Partners; Serrano Arquitectos
– Zaha Hadid Architects; TEN Arquitectos de Enrique Norten – Skidmore, Owings
& Merrill (SOM); Teodoro González de León – TAX de Alberto Kalach; Grupo Sordo Madaleno;
Francisco López Guerra – Pascall &Whatson; y por último Bernardo Gómez Pimienta
– Gensler.
No se cuenta con mucha información de los
proyectos debido a que los despachos participantes firmaron un acuerdo que les
impide divulgar información durante 12 años, sin embargo han trascendido en diversos
medios impresos algunas imágenes de los proyectos presentados por Fernando
Romero – Foster & Partners y de TEN Arquitectos – SOM.
En tiempos como en el que actualmente se
viven, donde la toma de decisiones es acompañada de una fuerte carga política,
¿No sería deseable conocer toda la información y alcances de las propuestas
para esta nueva infraestructura, en aras de mayor transparencia?, ¿Cuáles son
las medidas de impacto ambiental y planeación urbana que eviten un mayor
deterioro de esta zona del lago de Texcoco?, ¿Qué consideraciones se están
tomando para evitar nuevos conflictos sociales que impidan de nueva cuenta la
realización de una obra de estas características?, ¿Qué fin tendrán las
instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito
Juárez, una vez que haya concluido su ciclo de servicio en el 2018?.
Esperemos que una vez terminado el sueño mundialista y de vuelta a la
realidad mexicana, este y otros cambios en materia de comunicaciones y
transportes arrojen cosas positivas para nuestra ciudad y no sólo sea el
banquete de unos cuantos.
Propuesta pare el Aeropuerto de la Ciudad de
México de TEN Arquitectos y Skidmore, Owings & Merrill (SOM). Fuente:
Diario Excélsior, Sección Nacional.
Julio 2014
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