
Cuando Hilla
Rebay escribió a Frank Lloyd Right era porque sabía que él era un guerrero, un
sibarita. Ella, curadora encargada de la colección “no objetiva” de Solomon
Guggenheim, solicitó en 1943, a través de una carta a
Frank Lloyd Wright que diseñara un museo para albergar las obras de arte. En la
carta y en sus propias palabras escribió "necesito a un guerrero, alguien
que ame el espacio, a un creador, un evaluador y a un hombre sabio (...) quiero
un templo del espíritu, !un monumento!”