El tequio, los comités y el sistema asambleario
son auténticas estructuras socioculturales y política de organización
comunitaria, en México, los indígenas las han usado para la autoconstrucción y
el mantenimiento de sus bienes comunales como en la gestión del territorio y sus
recursos, tanto en los asentamientos rurales como en las áreas urbanas
indígenas. Este sistema de organización comunal se sustenta de inicio, en la
propiedad comunal de la tierra, pero también de los servicios, los
equipamientos, las redes de infraestructura, etc. que les son propios. De igual
forma sus territorios y los recursos que estos contienen: sus bosques, ríos,
manantiales, pozos de agua, etc. El tequio es conocido también como mano vuelta,
faena o fajina. En lengua zapoteca se le conoce como GUNEDXI que significa el
diezmo o cuota del pueblo. Las ciudades en Mesoamérica, como México
Tenochtitlán, los tequios permitieron el levantar y mantener los templos, los
palacios, las calzadas, los acueductos de la metrópoli. Los colonizadores
españoles, utilizaron estos saberes colectivos para levantar conventos,
palacios, iglesias, cabildos, de las ciudades novohispanas. Muchas de estas
ciudades españolas se hicieron sobre viejos asentamientos prehispánicos, de su
destrucción, despojo y reciclaje. Actualmente, México cuenta con 62 grupos
étnicos. El Estado de Oaxaca concentra aproximadamente el 25% de municipios (570
municipios) del total nacional (2469 municipios) lo que significa que al menos
en la mitad de los municipios del país, se suceden diariamente algún tipo de
ayuda mutua para la gestión, el desarrollo de los territorios, pueblos y
ciudades indígenas. Sin embargo, en muchos casos como planificadores,
urbanistas, arquitectos e ingenieros hemos subestimado estos saberes. Los
pueblos originarios han resuelto sus problemas urbano-arquitectónicos,
territoriales, y hecho frente a los estigmas que sobre ellos pesan:
“atrasados”,·”pobres”, “negados al progreso, al desarrollo y a la
modernización”. El no reconocimiento al derecho consuetudinario de los pueblos,
ha llevado a una confrontación con el gobierno federal. Sus formas organizativas
han tenido que adecuarse muchas veces al poder hegemónico del Estado, a los
intereses corporativos y clientelares partidistas. Luis Echeverría Álvarez, como
muchos otros presidentes o gobernadores príistas, utilizaron el tequio para sus
campañas electorales. Caso emblemático fueron los programas de Solidaridad
durante el gobierno de Salinas de Gortari (con sus ramos 28 y 33) y su carácter
totalmente clientelar afectando los procesos asamblearios y de consenso
comunitarios en la gestión de obras públicas. La 4T ha intentado emularla en la
ciudad particularmente con tequios urbanos para algunos programas de acción
colectiva en la delegación Iztapalapa. Solo citamos algunos ejemplos, pero en
muchos sexenios, las comunidades indígenas han sido utilizadas como parte de la
propaganda política. Sí el proyecto nacionalista de sustitución de importaciones
fue muy hostil hacia las comunidades indígenas, el periodo neoliberal abre las
puertas a una guerra muy cruenta con las comunidades por sus políticas
privatizadoras y de despojo. El primer golpe de muerte a las formas
organizativas comunitarias sin duda fue el convertir la tierra en una mercancía
con las reformas a la propiedad social de la tierra en el artículo 27
constitucional. El segundo golpe fue el otorgar concesiones a corporaciones
internacionales. No es un secreto que las Corporaciones mineras canadienses y
sus filiales mexicanas han destruido, desplazado, asesinado a comunidades,
saqueado los recursos de sus territorios. Los megaproyectos privados del Estado,
por un lado, y, por otro lado, y los carteles de la droga son en la actualidad
dos grandes enemigos de los tejidos comunitarios y sus territorios. Es tiempo ya
de que en nuestras universidades públicas pongamos a la mesa estos temas con
nuestros alumnos, pero también buscar nuevas epistemologías y formas de hacer
investigación que permitan un reconocimiento de estos saberes de nuestros
pueblos originarios.
* Doctor en Estudios Urbanos y profesor de planeación
territorial y arquitectura en la UAM Xochimilco.
Julio/23
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