2020. Continuar la vida

 


*Alejandro Ochoa Vega

 

Hace un año que cerrábamos el 2019, aunque ya escuchábamos sobre el nuevo coronavirus desde la lejana China y su inevitable expansión mundial, pocos vislumbrábamos como impactaría en nuestra vida cotidiana. Incluso diría que los primeros dos meses del año, nuestras rutinas fueron las de siempre, salir, ir al trabajo, ver amigos y familia, dar o asistir a clases, visitar museos, tomar el metro o cualquier transporte público, ir al cine, al teatro o a conciertos, ir a bibliotecas o archivos, es decir, hacíamos nuestra “vida normal”.  En marzo y abril tuvimos el primer “shock” o impacto, al obligarnos a permanecer en casa, todos los que podíamos hacerlo, porque desgraciadamente muchos no tenían de otra, más que salir por el pan de cada día. La ciudad se vació, los noticieros y redes se llenaron de conmovedoras escenas de cantantes o instrumentistas, ofreciendo conciertos espontáneos desde balcones o calles desiertas.

El enfático ¡quédate en casa! se convirtió en el lema con tal resonancia que nos sigue acompañando hasta nuestros días. Pero aún en esa primera mitad del año, aspirábamos a que el encierro aminorara los contagios y pudiéramos regresar poco a poco a la vida de antes. No ha sido así, desde junio estamos en la “nueva normalidad” que ha significado la apertura de ciertos negocios y lugares de entretenimiento, en aras de ayudar a la economía y la conservación de muchas fuentes de empleo. Y con todo y que se implementaron protocolos de seguridad sanitaria, el resultado es que buena parte de la población se confió y casi regreso a cotidianidad anterior, por lo que ahora pasamos por rebrotes, semáforos rojos y alertas. Un panorama negro, que por lo menos en la Ciudad de México, implicará probablemente el colapso de hospitales al inicio del 2021, ¡ojala no!

"Entre mas pesada la chamba, mas flaca la paga" Un trabajador de una obra en la Ciudad de México.
Fotografía: Daniel Lobato (@foto_lobato), Instgram, 2020


¿Qué hemos hecho mal?, ¿Quiénes son los culpables de que ya haya más de cien mil muertos?, seguro que las autoridades tienen una responsabilidad significativa, pero creo que el peso mayor, es de toda la gente que si tiene las condiciones para permanecer en casa, pero igual ha salido en los puentes de vacaciones, y ahora para Navidad se vuelca a los centros urbanos y comerciales, para hacer las compras de fin de año, como si estuviéramos en 2019, como si no pasara nada. Y hasta se anima a hacer posadas y fiestas, ir a bares y antros, sin cubrir las medidas mínimas de usar cubre bocas, gel antibacterial y una sana distancia, en la total inconsciencia.


"En esta pandemia, la comunidad no le dio prioridad a lo básico".
Fotografía: Humberto Aguilar García 


No obstante esta situación extrema, me parece vale la pena rescatar lo positivo de la experiencia límite en la que estamos todos. Múltiples eventos, gran parte de ellos gratuitos, como festivales de cine, ferias de libro, conferencias, mesas redondas, conciertos, exposiciones y obras de teatro han pasado a través de plataformas digitales, con una oferta que te permite acceder no solo a los de cada localidad o del país, sino de cualquier parte del mundo. Y no se diga series y películas, algunas de gran calidad, que aunque ya eran tendencia pre pandemia, en los últimos meses aumentaron su audiencia considerablemente. En la vida académica, en particular la universitaria que es la que conozco más, ha sido un reto importante, que aún con dificultades, creo tanto a docentes como a estudiantes ha sido una oportunidad de nuevos aprendizajes, tecnologías didácticas y posibilidades de comunicación. Sin dejar de reconocer que nunca va a ser lo mismo que lo presencial. Sin embargo, en lo particular que suelo hacer recorridos urbanos por distintas partes de la ciudad, como el Centro Histórico, Coyoacán, las colonias Santa María la Ribera, Hipódromo Condesa o Roma, los implemente de manera virtual con algunas ventajas. De manera presencial, que es lo ideal para apreciar directamente el espacio, a veces no se puede acceder a los interiores de todos los edificios, sin embargo, virtualmente en varios si es posible, se pueden hacer acercamientos para ver detalles, o vistas panorámicas con distintos ángulos, lo cual amplia la apreciación a una escala más urbana.

Y no puedo dejar de reconocer, que muchos estudiantes han estado en situaciones muy difíciles, por contagiarse ellos mismos o algún pariente cercano, y a pesar de eso han hecho un esfuerzo por mantenerse y cumplir sus tareas académicas. Desgraciadamente algunos si han desertado y colegas trabajadores de nuestra universidad, han sucumbido ante el virus.

Fotografía: Unsplash

Hemos tenido que transformar nuestras moradas en oficinas, salones de clase o gimnasios, además de las funciones intrínsecas, con la necesidad en muchos casos dependiendo de los integrantes de cada familia, de compartir espacios y equipos de cómputo, lo cual ha significado retos muy complejos. La convivencia familiar que antes era a ratos, en ciertas horas del día, ahora es permanente y no fácil de sortear, aunque en algunos casos, ha podido fortalecer lazos afectivos. Al final un cambio drástico en nuestra vida cotidiana, que parece no cambiara mucho en 2021, con todo y la esperanza de las vacunas. Un desafío para la humanidad, que desearía nos permitiera valorar lo que somos, y no regresar, tal cual, a la normalidad pre 2020.

"Este 19 de Diciembre del 2020 la Ciudad de México vuelve a semáforo rojo debido al elevado numero de contagios por COVID-19
Fotografía: Galo Cañas


Como editor de El Trazo Semanal, y en nombre de mis coeditores, les deseamos sinceramente a nuestros lectores lo mejor para este cierre de año, y que el 2021 nos depare salud y éxitos para todos.

 

*Profesor Investigador de la UAM Xochimilco

Diciembre 2020.

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