Con una monumental
estructura montada en la primera sección de la sala, al momento de acceder, los
vestigios de lo que fue un palacio chino de hace 400 años, rescatado y
restaurado para tener una fácil movilización e instalación, transporta
automáticamente a lo que algún día estuvo en pie en la antigua China. Los elementos de madera, figuras de piedras y
objetos decorativos rescatados, complementan ese sentimiento de nostalgia que
se genera al recorrer la estructura.
Más adelante, al fondo de la
sala, se encuentra un mural con los retratos de los 43 estudiantes de la Normal
Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014, por fuerzas policiacas y militares
del Estado de Guerrero. Así lo describe la línea de tiempo montada en parte
inferior del mural, rodeando casi en su totalidad los muros de la segunda
sección de la sala, que a la vez denota lo extenso e inconcluso del caso. Sin
duda, los recuerdos de enojo y tristeza se apoderan de este espectador desde el
primer momento; he de decir de la excelente recopilación de información por Ai
Weiwei sobre el tema, inclusive hay videos con audio donde se observa al
artista con los padres de las víctimas. Da la impresión de que conoce más el
caso que la gran mayoría de la población mexicana. También esta línea funciona
como una manifestación/protesta al Gobierno del sexenio anterior, por el
fracaso que tuvieron como autoridad, junto con el cinismo y la manipulación de
la información con tal de querer dar borrón y cuenta nueva. La intervención muestra un perfecto panorama
de lo sucedido, en ese drama de nuestra historia reciente.
Una tercera parte de la
exposición, muestra una línea del tiempo acerca de la vida de Ai Weiwei en
China. Un recorrido de conflictos sociales, políticos y artísticos por los que
atravesó el artista, nos muestra un país que aún impone censura y represión,
siendo Ai Weiwei el claro ejemplo de ello, porque debido a sus protestas y
obras, ha ido a parar a la cárcel. Han borrado su nombre en exposiciones y libros, e incluso su estudio fue
derrumbado por tal de no generar nada en contra del gobierno; no muy diferente a
lo que ha pasado en México en los
sexenios pasados.
“Restablecer memorias” por
Ai Weiwei, sin duda, es una exposición enriquecedora y recomendable, nos
muestra lo muy parecidos que son China y México al ser países que reprimen y censuran a quienes se
atreven a protestar; las intervenciones físicas de los murales y la estructura
de lo que fue un palacio, generan distintas reacciones a los visitantes, que al
salir del museo, el sentimiento de dolor
y tristeza es inevitable.
Septiembre de 2019.
Septiembre de 2019.
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