La
exposición que se encuentra en el MUAC, Diseño como segunda naturaleza… es la primera muestra en
Latinoamérica sobre los proyectos de la arquitecta Zaha Hadid. Con maquetas, materiales
audiovisuales, pinturas y fotografías, se aborda el proceso creativo de su
práctica, y evidencia la importancia y complejidad del diseño como eje
articulador de formas y procesos constructivos en su obra. Arquitectura,
paisaje y geología, han sido las bases de su trabajo, siempre con un
personalísimo enfoque en el que el empleo de las nuevas tecnologías en muchos
de sus proyectos ha derivado en inesperadas y dinámicas formas arquitectónicas.
"Los edificios
deben implicar, integrar y adaptar procesos complejos, de modo que asimilen los
aspectos de trabajo, educación, ocio, habitabilidad y transporte",
dice la arquitecta.
Dada las condiciones de vida de Zaha Hadid, el entorno
principal de sus diseños, el capital con que se contó para la realización de
sus proyectos, y sobre todo, tomando en cuenta que el principal eje conductor o
alma de sus obras se encuentra en las formas orgánicas y por ende en los
materiales. Se puede plantear la pregunta: ¿puede la arquitectura de Zaha Hadid
contribuir directamente a los diseños de vivienda, urbanización y mobiliario en
países subdesarrollados?, ¿en específico de México?
En sus primeros trabajos, Zaha Hadid visualizó sus proyectos a través de pinturas de
apariencia modernista abstracta. Ella manifestaba que “hay 360 grados, así que
¿por qué quedarse con uno?”. Dentro de la sala de exposición se puede percibir
la esencia del diseño orgánico, tanto en algunas de las estructuras de la sala
como en los recorridos. Se muestra en un inicio una introducción a su
pensamiento de diseño, así como la base fundamental de su pensamiento. Existen
también prototipos y bocetos de proyectos que no se llegaron a realizar.
La exposición incluye algunas de las primeras pinturas
de Hadid, como Malevich’s Tektonik (1976-1977),
las cuales, además de evidenciar la influencia del constructivismo y el
suprematismo rusos en su plástica, se presentan como herramienta de exploración
para el diseño arquitectónico y como entes autónomos. Hay también piezas de
diferentes disciplinas: objetos y prendas ejemplos de su voluntad por difuminar
fronteras en su práctica.
Para Zaha Hadid Architects (ZHA), el diseño debe ser,
más allá de su función práctica, un proceso de innovación de materiales y
estructuras. El estudio ha concebido el parametricismo, una herramienta digital
inspirada en la simulación científica y la animación fílmica, con la que busca
incrementar las capacidades creativas y las posibilidades de la lógica del
diseño, y hacerlo expresivo e imaginativo, evocador del dinamismo de la vida
urbana contemporánea. Además, hay una sección dedicada a los proyectos
arquitectónicos que el estudio desarrolló para Latinoamérica, como la propuesta
para el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, en colaboración con el estudio
de Francisco Serrano, o el centro JVC en Guadalajara.
En su afán de experimentación, el laboratorio ZHCode
Research ha realizado investigaciones sobre membranas y estudios de curvas y
conchas, también incluidos en esta muestra. En paralelo, el patio del MUAC
alberga una pieza hecha ex profeso por este
laboratorio en colaboración con Block Research Group, ETH Zurich
(BRG) y Architecture Extrapolated (R-Ex). El museo también alberga una estructura experimental
que rinde homenaje al arquitecto e ingeniero mexicano Félix Candela. En la cual
muestran algunas similitudes en cuanto al uso de formas orgánicas y una breve
explicación del proceso constructivo que el arquitecto utilizo en algunas de
sus construcciones, destacando principalmente el restaurante Los Manantiales
ubicado en medio de los canales de Xochimilco.
Las obras de ZHA están pensadas dentro de un diseño
urbano complejo, en su mayoría en países desarrollados, salvo algunos de los
proyectos realizados en América Latina. El diseño bioclimático natural queda
descartado en la mayoría de sus obras, ya que los mismos materiales y
tecnologías nuevas permiten que los interiores de los edificios gocen de una
temperatura y luz adecuadas.
Más allá de las diferentes tipologías de edificios, la
exposición pretende mostrar las sinergias de trabajo de ZHA, sus propuestas
para habitar un mundo común y el vínculo de la naturaleza con los procesos
creativos que configuran un diseño orgánico para el futuro. Creo que si algo
puede aportar la arquitectura de ZHA a la arquitectura Mexicana y de América
Latina, es el privilegio sobre todo del espacio. Aunque podemos utilizar otros
sistemas constructivos y diseños más económicos, su legado de espacio es la
mejor premisa de diseño que podemos destacar de su trabajo.
Enero de 2019.
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