…existe
un campo quizá demasiado poco explorado por los arquitectos actuales, que se
puede definir en términos generales como la crítica. Esta actividad, que en
general pertenece más a las humanidades que a las artes, se expresa
principalmente mediante la palabra, de modo oral o escrito. Pero no toda la
crítica se expresa a través del discurso, también el lenguaje visual y la
experiencia corporal del espacio son capaces de transmitir conceptos críticos,
las obras arquitectónicas pueden expresar críticas por sí mismas, mediante los
ambientes creados por los arquitectos. El arquitecto que problematiza el propio
proyecto desde sus fundamentos estará seguramente en el camino de expresar su
crítica, reflejándola en los espacios que produzca; es ahí donde confluyen las
ideas y las obras. Los proyectos de arquitectura son los que consiguen expresar
la inminencia del concepto crítico a través de la forma construida.
Estas palabras de Lorenzo Rocha tomadas de la introducción de su libro Arquitectura Crítica. Proyectos con espíritu inconformista me aclaran que la publicación si tiene que ver con la crítica arquitectónica, aunque ampliada a su dimensión física. En la misma introducción retomo otro fragmento que me parece clave para entender lo que Lorenzo define como arquitectura crítica:
Sería
importante seguir buscando actitudes críticas en quienes diseñan y construyen
en la actualidad. Si es posible identificar estos arquitectos, no por las
características formales de sus obras, sino por su postura frente a los
problemas que les son planteados, quizá puedan aportar ideas o claves para
mitigar la creciente y aguda crisis por la que atraviesa la arquitectura,
mediante sus trabajos y reflexiones, e incluso a través de sus ocasionales
omisiones, sin el riesgo de caer en un nuevo estilo arquitectónico o moda
pasajera. En tanto la arquitectura crítica no se reduzca a una imagen formal específica o una lista de
características taxonómicas estará a salvo de convertirse en un nuevo “ismo”.
El carácter crítico de arquitectos de tiempos y procedencias también distintos
ha dado resultados formales muy diferentes. Por lo tanto, se debe buscar el
espíritu crítico de la obra en el pensamiento de su autor, no en sus volúmenes,
colores, formas, ni espacios.
Esto de alguna manera
explica que la columna de Milenio,
Rocha excepcionalmente aborde la crítica de algún edificio, y más bien
reflexione sobre diversos temas y problemáticas de la arquitectura, la ciudad y
la filosofía.
Los siguientes capítulos
tienen que ver con los creadores que nuestro autor define como los “arquitectos
críticos”, el primero de ellos nada menos que Le Corbusier. Personaje referente
en toda la arquitectura producida en los últimos cien años y quien enfrento
críticamente los valores de la sociedad europea de entreguerras, periodo cuando
produjo múltiples proyectos y textos. Rocha asienta las paradojas y
contradicciones de este maestro del Movimiento Moderno, que de cuestionar ferozmente
a la arquitectura académica historicista, paso a establecer nuevos cánones
puristas y racionalistas de pretensiones universales y sin considerar, tanto
las características regionales, como las aspiraciones concretas de los
usuarios. Posición que ampliada a las repercusiones e influencias de Le
Corbusier en todo el mundo, llevo a una crisis significativa después de la
segunda poseguerra, a pesar de haber puesto por primera vez a la arquitectura
como un bien social.
El siguiente arquitecto
crítico sería precisamente alguien que cuestionaría estos valores y efectos del
estilo internacional, el italiano Giancarlo de Carlo. Perteneciente al famoso
grupo del Team X, que desde el seno de los últimos CIAM se atrevió a criticar
los postulados universales que Le Corbusier en persona, todavía defendía en los
años cincuenta. De Carlo se incorporaría desde los años sesenta en diversos
proyectos de diseño participativo, método que buscaba sustituir al
“autoritario”, como él lo definía y que se realizaba sin considerar en los
proyectos públicos, el parecer de los futuros usuarios, a quienes mediante
asambleas involucraban en todo el proceso de concepción y definición de los
proyectos. Experiencias muy importantes en esas épocas de cambio, donde muchas
escuelas de arquitectura reformularon sus objetivos, a través de un compromiso
social desde proyectos académicos reales, identificados en las ciudades y sus
periferias.
Anne Lacaton y Jean-Philippe
Vassal es la otra pareja que Rocha identifica como arquitectos críticos, y que
tienen que ver ya con nuestra época actual. Lejanos a las modas y a la
arquitectura espectáculo, estos arquitectos plantean una libertad estructural,
eficiencia económica y un control climático ambiental. En sus proyectos como el
Palais de Tokyo, un antiguo pabellón ferial de 1937 y abandonado por décadas,
en su adaptación como espacio para el arte contemporáneo, se despojaron de
todos los muros y adiciones posteriores, para dejar un esqueleto de concreto,
flexible para las diversas manifestaciones artísticas. Otro proyecto importante
de esta pareja es la Escuela de Arquitectura de Nantes, donde a pesar de ser
una estructura nueva, da la impresión de ser una reutilización, ficción asumida
por ellos y donde a través de una estructura de concreto, se resolvieron
espacios holgados y flexibles, para las diversas actividades de la institución.
El último arquitecto crítico
que propone Lorenzo Rocha en su libro, es el chileno Alejandro Aravena.
Arquitecto de la escasez, por sus propias raíces y posición en aras de resolver
proyectos para comunidades pobres, lo cual a sus tempranos 49 años lo llevaría
a recibir el Premio Pritzker y curar la Bienal de Arquitectura de Venecia.
Creador del concepto de “vivienda incremental”, es decir una especie de pie de
casa, que de acuerdo a las posibilidades de cada familia puede crecer. Idea
interesante que por un lado da libertad a los usuarios de resolver su
ampliación de acuerdo a sus gustos, pero a la vez controla ese incremento de la
casa.
Al final, un libro que
invita a cualquier arquitecto a ser crítico con su propia obra…
Octubre de 2018.
Octubre de 2018.
No hay comentarios:
Publicar un comentario