Los jóvenes arquitectos. Comentario postelectoral. Por Juan Eduardo Bárcena Barrios

Ahora que el país concluye otro proceso electoral, (con un importantísimo trasfondo histórico) es de suma importancia tener presentes las connotantes, así como el impacto de transformaciones pasadas, que dieron por resultado el sistema que hoy más que otras veces, pareciera agonizar.

Son pocos los expertos en temas de política que se atreverían a negar el hecho de que, hoy por hoy, somos testigos de grandes, y numerosos cambios en nuestros sistemas, instituciones, y sociedad. Por mencionar algunos de los más notables (considerando que ocupan de manera recurrente las primeras planas de medios internacionales) se encuentra la incertidumbre de la que son objeto los acuerdos comerciales entre naciones (que anteriormente gozaran de un grado importante de consolidación), encontrando buena parte de su lectura en la practicidad con la que los intereses geopolíticos y de producción cambian en estos tiempos. Así mismo, las luchas sociales que eran sujeto de apatía, indiferencia y un generalizado pesimismo por lo predecible de sus posibles desenlaces, hoy cobran una gran relevancia en el campo de las transformaciones sociales, en un moderado pero persistente ritmo hacia el beneficio e igualdad por los derechos de las minorías. A la par de ello, las doctrinas, cerrando filas, empiezan a transformarse, renovarse y nutrirse de nuevos enfoques metodológicos en la necesidad de adaptarse a la reciente, aunque bien pronosticada coyuntura.

Sin embargo, como es bien sabido, las problemáticas en los países en desarrollo en materia de justicia e igualdad social sigan persistiendo, así como recrudeciéndose. Todo esto a pesar de los supuestos avances alcanzados en los rubros que, según lo visto, tienen su raíz en las múltiples contradicciones que devienen de una buena multitud de intereses. De la mano del ritmo desmesurado con el que fluye la información, se van haciendo cada vez más evidentes las carencias y los obstáculos a vencer en la búsqueda por un futuro más humano que incluya a todos.

Es recomendable considerar esta coyuntura no como una manifestación más de algo que nos ha de acompañar hasta el final de la historia, sino como una invitación a no solo ser testigos, sino actores de cambio. Después de todo estamos sujetos a ser protagonistas de la historia.

Está cada vez más cerca el momento para la llamada generación Millenial de tomar la estafeta, no solo en la divulgación mediante el uso de medios digitales o creación de patentes con fines lucrativos (que al parecer se nos da muy bien), sino como la generación que heredará las problemáticas dadas las políticas actuales y que tendrá que escribir su propio destino. Por ello mismo, deberemos estar en disposición de encaminar nuestros servicios, conocimientos y técnica a entender los trasfondos de nuestra situación, para estar en posibilidad de solventar las carencias que vivimos actualmente (y las que vengan).
El espectro para nosotros los arquitectos ya es enorme, pues tendremos que articular criterios de desarrollo y sustentabilidad (no solo la que deviene de las ecotecnias) con el habitar. Aprovechar los diagnósticos existentes y actualizando los que haya que actualizar. Al final de cuentas esto, además de ser un ejercicio de criterio profesional, se apunta a ser un ejercicio de ética, por lo que habrá que considerar hacia donde están encaminados nuestros propios intereses.

Habría que replantearnos a nosotros mismos, a nuestra profesión y buscar el conocimiento para participar activamente de estos cambios, propiciarlos en búsqueda de un futuro mejor para todos. No solo con optimismo y esperanza, sino con certidumbre en las condicionantes que podemos cambiar, para lo que habrá que estar informados, ser críticos e imparciales.

Estén quienes estén, en representación de nuestras instituciones, la labor sigue, y seguirá.

Julio de 2018

Santa Fe, Ciudad de México. Johnny Miller 
http://www.bbc.com/mundo/noticias-44231048

No hay comentarios:

Publicar un comentario