Al
pueblo de México.
A las autoridades de la nación.
A las y los compañeros ombudsperson.
Como Defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de
Oaxaca, de la manera más enérgica manifiesto mi condena al asesinato del
presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Baja California Sur, Silvestre
de la Toba Camacho y su hijo Fernando de la Toba Lucero, y exijo a las
autoridades de los tres niveles de gobierno encontrar sin demora, en buen
estado de salud, al asistente de la Cuarta Visitaduría de la Comisión de los
Derechos Humanos de Jalisco, secuestrado el día de hoy cuando estaba por
ingresar a su centro de labores..
Como ha señalado el representante del Alto Comisionado
para los derechos humanos de las Naciones Unidas en México, Jan Jarab, las
y los servidores públicos que trabajan en órganos autónomos de derechos
humanos en el país, son defensores de esas garantías y requieren protección
especial por lo sensible de su trabajo. Sin embargo, el Mecanismo Nacional para
la Protección de Personas Defensoras y Periodistas se niega a proporcionar
dicha protección a quienes colaboran en esos órganos autónomos públicos.
Por eso, porque nadie les dio protección, el compañero
defensor Silvestre de la Toba y su hijo Fernando están muertos. Y la esposa de
Silvestre, la madre de Fernando, Silvia Lucero, y la hija de Silvestre, la
hermana de Fernando, Silvia Miriam, están hoy ambas heridas y de luto por el
esposo, el hijo, el padre, el hermano, asesinados.
Ahora, con estas muertes, y con la desaparición de
nuestro compañero defensor, forzada por no sabemos qué poder siniestro, hacemos
nuestro trabajo en el horror. Nuestra palabra ha entrado en el horror, surge
desde el horror, y sin embargo, reclama dignidad, justicia; reclama que las y
los compañeros defensores puedan mantener su integridad en el desempeño de sus
tareas.
Estos crímenes que agravian a toda la sociedad, no deben
ser olvidados ni perdonados. Castigo ejemplar para los asesinos, libertad para
el compañero que hoy padece cautiverio ilegal, y que las autoridades y el
Estado Mexicano se hagan cargo de su responsabilidad por la extrema violencia e
inseguridad que agobia a nuestro pueblo.
Unimos nuestro dolor al de la familia de la Toba Lucero,
exigimos justicia por las muertes de Silvestre y Fernando de la Toba,
reparación y restablecimiento para su esposa Silvia y para su hija Miriam, y la
presentación con vida del compañero de la Comisión de los Derechos Humanos de
Jalisco.
Estas condiciones son el mínimo fundamento desde el cual
podemos continuar nuestra labor en paz, con dignidad y convicción, quienes
dedicamos nuestro esfuerzo cotidiano a la defensa de los derechos fundamentales
de las y los mexicanos, en el Estado de Derecho que debe regirnos.
Si la impunidad y la inseguridad persisten, tendremos que
asumir nuestra tarea como labor dentro de un estado fallido, lo cual la hará
más ardua, pero no por eso la abandonaremos. Entonces, deberemos clamar a la
comunidad internacional que intervenga, para que nuestro Estado de Derechos
pueda restablecerse, y nunca más vuelvan a darse crímenes como los que hoy
enlutan a la sociedad bajacaliforniana y siembran el terror en la comunidad jalisciense.
Es una hora negra para la nación cuando las personas que
se dedican a defender los derechos humanos caen asesinadas juntos con sus
hijos, o cuando estas mismas personas pueden ser secuestradas a plena luz del
día, a la vista y paciencia de las autoridades.
Tenemos dos caminos, como escribió Robert Kennedy, cuando
su nación afrontó situaciones igualmente dolorosas: podemos llenarnos de
amargura, de odio y deseos de venganza, o podemos hacer un esfuerzo por
comprender, y reemplazar esa violencia, esas manchas de sangre que se extienden
sobre nuestra sociedad, con un esfuerzo por lograr la compasión y la armonía,
pero también la justicia y la sanción para los crímenes imperdonables.
Desde la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de
Oaxaca reclamo que las investigaciones sobre estos agravios arrojen resultados:
sanción para los culpables justicia para las víctimas y y reparación del daño
para sus deudos y la sociedad. Reclamo justicia y dignidad para todas y todos
los defensores de derechos humanos en México.
Arturo
Peimbert Calvo
Defensor de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca
Oaxaca de Juárez, Oax., 24 de noviembre de 2017
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