“Live with friends”,
son las primeras palabras que se leen al entrar a la página de internet de The
Negev. Una apuesta en el negocio de la renta, puesta en marcha en tres ciudades
de Estados Unidos -Austin, San Francisco y Oakland- y que ha dado pie a una
novedosa manera de habitar, la cual pretende responder a las necesidades y carencias
de vivienda que enfrenta la llamada generación millenial.
Con 50
habitaciones dispuestas en 3 pisos, The Negev ofrece la experiencia de vivir
bajo la premisa de un hogar comunitario. Con comedor común, salas de estar y
fiestas los fines de semana, los habitantes de The Negev crean relaciones a la
par que cubren la necesidad de tener un lugar de residencia cercano a su lugar
de trabajo. Sus habitantes serán en su mayoría jóvenes empleados en empresas
tecnológicas quienes, al no poder costear una casa propia ni cubrir un crédito
hipotecario, -aunado a enfrentar la carencia de vivienda para renta, obviando
sus altos costos- habitarán temporalmente en este lugar.
La
idea de habitar un espacio junto a otras 50 personas se vuelve atractiva para
muchos jóvenes en busca nuevas experiencias, tanto sociales como laborales y
que no cuentan aún con un ingreso estable. Parecería una buena alternativa para
gente de países como Estados Unidos, sin embargo, este no es un problema que
atañe solamente a los países plenamente desarrollados. Actualmente en la Ciudad
de México, la demanda de vivienda temporal se ha vuelto excesiva, lo cual se ve
reflejado en un abrupto incremento de los precios de renta. Gran parte de esto,
tiene su origen en la inmigración por parte de jóvenes quienes -de haber
radicado en la periferia de la zona metropolitana y el interior del país- se
han visto en la necesidad de encontrar un lugar de residencia más próximo a su
lugar de estudio o de trabajo. Ya que ante la incertidumbre que genera el fluctuante
mercado laboral, se vuelve imposible para la mayoría de ellos sostener gastos
tan fuertes como el que implica pagar una casa o un crédito hipotecario. A esto
se suma la inmigración dentro del mismo territorio nacional con motivo de la crisis
de violencia e inseguridad que azota desde 2006 al país.
Francesco
Carreri nos hablaba en su libro Pasear
detenerse, sobre el proyecto de la Nueva Babilonia, el cual buscaba
unificar los conjuntos de viviendas informales que coexisten en la periferia de
Roma, habitados en su totalidad por inmigrantes de diversas regiones de Europa
y África. En dicha obra, Carreri rescata como los diversos grupos étnicos y
culturales daban forma a su hogar de acuerdo a sus costumbres y tradiciones autóctonas,
y de cómo estas interactuaban con la manera de vivir de los demás grupos, creando
inclusive su propio lenguaje, resultado de la mezcla de los idiomas que se
hablaban en la zona. Una valiosa lección a los teóricos “situacionistas”, sobre
como habitar el espacio ya en la realidad.
A
nivel urbano, cabe la comparación de lo que acontece en los países más desarrollados,
o que cuentan con una importante producción industrial, cuando estos reciben un
flujo descomunal de profesionistas y obreros, todos ellos de diversos orígenes
y culturas, los cuales deberán buscar un hogar donde es imposible proveerlo. Es
importante tomar en cuenta lo que nos dice un proyecto como The Negev, el cual
aprovecha la coyuntura rentando un hogar indiferente a los orígenes de sus
habitantes, ofertando la interacción de los mismos y la creación de relaciones
a través del habitar. Aunque, cuando estos no tengan la necesidad de convivir
en actividades presenciales como comer o racionar los enseres, pasarán la mayor
parte de su estancia inmersos en sus equipos y dispositivos electrónicos, un
tema del cual vale la pena reflexionar siguiendo la intención de contemplar las
diversas maneras de habitar el espacio.
En
México, se ha hecho un llamado a los inversionistas para que consideren la
renta de vivienda como una opción de negocio viable, puesto que ya se cuenta
con un mercado seguro. Empero, también habría que esperar cambios en el
desarrollo de la cultura financiera, aunado a la fluctuación laboral, económica
y a la centralización educativa e industrial del país. Al final del día, la
arquitectura sigue siendo reflejo inequívoco de su época, respondiendo
fielmente a los designios en los que reside su misma construcción.
Junio, 2017
Imagen: http://www.reuters.com/article/us-san-francisco-tech-images-idUSKBN16H2EE |
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