La
diversidad en las manifestaciones artísticas ha creado un sin fin de mundos
paralelos que advierten formas diferentes de percibir y expresar temores,
traumas y obsesiones, dentro de un contexto que se rige por una estética que
cada vez más degrada nuestra condición humana. El arte se ha emancipado de la
armonía y belleza de la sociedad, a través de los monstruos que radican en
nuestra imaginación, los cuales nos ayudan a amplificar nuestra capacidad
perceptiva y creativa.
Los
monstruos habitan dentro del imaginario humano como una fantasía, de forma mítica y simbólica,
ha poblado el universo y la creación humana desde hace milenios. Su presencia ha impregnado la cultura
y la narrativa de todos los pueblos del mundo, desde las más
antiguas genealogías y leyendas de la creación del universo, hasta los
videojuegos más modernos y las expresiones más comunes de la cultura popular. Para
ejemplificar algunos de los monstruos que se han engendrado con el paso del
tiempo, tenemos a Medusa, que es una figura importante de la mitología griega
que siempre es descrita de la manera más espantosa, ha sido pintada por Peter
Paul Rubens y por Caravaggio, pulpos gigantes dentro de la novela Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne, o en
la actualidad, los graffitis de monstruos que se encuentran dentro de edificios
abandonados en la ciudad de Berlín, pintados por Kim Kwacz.
Pero
en esta ocasión, una serie de monstruos llega al Museo de arte Moderno de la
ciudad de México a través de 64 obras, que reúne pintura, escultura, gráfica,
fotografía y artes populares de creadores y artistas como Lourdes Grobet,
Xavier Esqueda, Graciela lturbide, David Alfaro Siqueiros, Julio Ruelas,
Leonora Carrington, Francisco Toledo, Germán Venegas, Henri Cartier-Bresson,
Rafael Coronel y Manuel Álvarez Bravo.
La
exposición que lleva por nombre “Monstruosismos” estará abierta al público
hasta el mes de abril del 2017. El eje temático de las obras es lo “anormal” o
lo “degradante” de ellas que desafían el patrón común de lo bello, lo verdadero
y lo justo. 44 de las obras pertenecen al acervo permanente del museo y el
resto a colecciones del lnstituto Nacional de Bellas Artes y privadas.
Monstruosismos
se divide en cuatro núcleos temáticos. El primero, Naturaleza, instinto y
disfraz, propicia, a través de máscaras rituales y de luchadores, el encuentro
con identidades ocultas, dando pauta a lo bestial en la naturaleza y las
culturas populares. En Metamorfosis: el animal y el ser humano, se observa que
toda deformidad es anunciada por un animal; aparecen seres duales, híbridos:
una cabra serpiente o un gato-pájaro. Religión, ritual y purificación, aborda
Ia manera en que Ia reunión se convierte en un acto atravesado por el
sacrificio, como si los propios animales se ofrecieran en un rito de
purificación. La última de las temáticas es el disloque, hay violencia y dolor;
Ia vida se oscurece, y las figuras explotan o se desdibujan, se desmarcan y se
fugan. Los cuerpos indican el mundo más allá de sí.
Enero, 2016
Fuente de imagen: http://www.timeoutmexico.mx/df/arte/monstruosismos |
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