Me
parece que es una percepción compartida por muchos profesores de CyAD que el
ambiente académico se ha venido deteriorando continuamente desde hace ya varios
años en nuestra división. En los últimos tiempos ha imperado una racionalidad
que poco tiene que ver con lo académico; se han privilegiado la
incondicionalidad y el amiguismo, los grupos en el poder académico administrativo
han preferido nombrar personas más preparadas en seguir la línea dictada por
las autoridades que contar con personas competentes y críticas.
¿Qué
esperamos de la nueva gestión de CyAD? Hace muchos años oí decir al coordinador
de una maestría que es muy importante que las cosas básicas funcionen bien; que
los pizarrones sirvan adecuadamente, que las aulas estén limpias y bien
iluminadas, que los horarios y días de clase se cumplan cabalmente, que los
baños estén limpios, entre otras. En aquél momento me pareció un comentario
trivial, pero, tristemente, con los años he podido comprobar la necesidad de
garantizar estas cosas básicas, ya que no suelen cumplirse a cabalidad.
Así,
esperamos que la nueva gestión promueva una cultura del trabajo en la que
estudiantes y docentes concurran a sus actividades regular y puntualmente (que
la ausencia sea la excepción y no la regla) y encuentren condiciones adecuadas
para desempeñar su labor. Parece poco, pero haría una gran diferencia. Entre
los aspectos básicos se encuentra también el desempeño eficiente de las labores
netamente administrativas. Desde luego, como en todo, existen claro obscuros,
hay instancias y programas que funcionan mejor que otros.
El
director es el máximo responsable de la docencia en la división. La actividad
docente no debe entenderse como una mera práctica reproductiva, en la que el
docente transmite conocimientos; el modelo educativo de la UAM-X implica el
reconocimiento de que se trata de una práctica que es problemática y que es
necesario reflexionar continuamente sobre ella. Así, es necesario que el nuevo
director, o directora, cuente con coordinadores capaces de encabezar –y para
ello es necesario que cuenten con el reconocimiento de sus colegas- un proceso
continuo de reflexión y ¿por qué no decirlo?, de investigación educativa que a
la vez que produzca conocimientos en esta importante área de la actividad
académica, la educación, contribuya al mejoramiento de la práctica docente. Es
necesario que, continuamente, evaluemos nuestra actividad y no me refiero al
cúmulo de indicadores, que alguna utilidad pueden tener, pero que en el mejor
de los casos no dan cuenta ni de todo ni de lo más importante de dicha
actividad; profesores, estudiantes y autoridades, especialmente los
coordinadores, pero también los jefes de departamento, debe acordar qué y cómo
evaluar.
Es
importante también procurar la integración de los diferentes programas, las
licenciaturas y los posgrados, por ejemplo organizando presentaciones de los
trabajos de investigación realizados en el posgrado ante los estudiantes de
licenciatura. Sería conveniente, también, buscar la colaboración con otras
escuelas de diseño; las tecnologías de la información y la comunicación
posibilitan el desarrollo de proyectos colaborativos, por ejemplo con CyAD-A,
pero también con otras instituciones.
Habría
que buscar también una mayor eficiencia de algunos de los espacios académicos
de la división, por ejemplo, el laboratorio de materiales o de construcción (ha
sido tan abandonado que ni siquiera estoy seguro de cuál es su nombre y la gran
mayoría de los docentes ignora su existencia). Es un espacio que debería
contribuir lo mismo a la formación de los estudiantes de licenciatura como a
apoyar el trabajo de investigación de los posgrados o el mismo trabajo
investigativo de docentes.
Hay
tanto por hacer en nuestra división…
Marzo, 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario