La edificación multifamiliar en los barrios populares de la Ciudad de México. Por Jorge Andrade Narváez

En años recientes se ha retomado  a nivel de autoridades de la ciudad de México una política de vivienda dirigida a la construcción de edificios multifamiliares de altura. El planteamiento no es nuevo y en diferentes momentos ha sido considerado.

Antes de establecer normas rígidas de densificación es necesario definir con claridad cuál es la intención de estas acciones,  a quien beneficiaran y que impactos ambientales, sociales y económicos pueden tener; en lugar de partir de una generalización de la normatividad en un contexto complejo y con marcadas variaciones y diferencias en la calidad y usos del suelo, la población afectada y a servir, el impacto en la vialidad en los servicios de agua, drenaje, etc.


En este ensayo se introducen dos casos concretos como experiencia de construcción de vivienda multifamiliar en barrios populares de la ciudad de México. En ambos la propuesta tiene como objetivo principal el de mejorar la calidad de vida de los habitantes del lugar,  e incrementar la oferta habitacional. El primer ejemplo parte de la reducción  de la población que se detectó en la colonia Guerrero en los años que el proyecto se realizó (1975-1978). El segundo surge como una actividad de emergencia después del sismo de 1985, para reconstruir vecindades en barrios populares de la ciudad de México. Aprovechando de esta manera en ambos los servicios y el equipamiento que dichos lugares ofrecían a sus pobladores.

Una característica importante de estos ejemplos es el de tener como agente principal en el proceso de producción de los edificios habitacionales al habitante,  claramente identificado desde un principio como usuario del lugar, e integrante activo de la estructura social y económica del mismo. En ambos, su localización en sectores populares de la ciudad, los ubica dentro del rango de bajos ingresos,  es decir no mayor de 4 salarios mínimos al mes, más o menos a 8,000 pesos mensuales en datos actuales.

También, cabe decir que se utilizaron para su desarrollo y construcción métodos y técnicas de planeación y diseño participativo. Este enfoque  se inserta en una experiencia mundial de más de cincuenta años que surgió como reacción a la producción masiva  de vivienda en altura que se realizó en Europa después de la segunda guerra mundial. En nuestro país y particularmente en la ciudad de México el Centro Operacional de Vivienda y Poblamiento mejor conocido por sus siglas como COPEVI, cumple 50 años de vida trabajando con métodos  de planeación y diseño participativo, y de esta manera participando como asesor en la producción de vivienda popular. En esta institución se dio la asesoría técnica del primer proyecto.

Al trabajar de manera conjunta con el poblador en el proceso de producción de vivienda, surge la necesidad de  conocer y estudiar con dicho actor formas de vida, proceso histórico, la imagen urbana, la tipología edificada existente, etc. Con el fin de elaborar un diagnóstico que conduzca desde una visión crítica integral a las propuestas de regeneración urbana del lugar y en los casos particulares de construcción de nueva vivienda.

El primer caso de la colonia Guerrero, realizado entre 1975-1978 es el proyecto de Unidad Habitacional Cohuatlan, sobre la calle de Zarco de dicha colonia. El conjunto esta integrado por tres edificios, dos de ellos  de cuatro niveles  y el tercero de seis delimitando un patio central. En total el conjunto tiene 60 departamentos y su particularidad principal es que los edificios están  mezclando de manera estratégica, seis tipos de departamentos que van de 32 m² a 74 m² en planta,  con opciones múltiples de acabados y organización espacial interna. El método de diseño participativo aplicado en aquel momento fue el de los soportes propuesto en los años 60s por John Habraken y desarrollado primero en Holanda por el Stichting Architecten Research (SAR) y posteriormente en el mundo con el nombre de Open Building (edificios abiertos).

El diagnóstico de la vivienda en la colonia guerrero mostró con datos contundentes el alto nivel de deterioro que en aquel entonces tenían las vecindades del lugar. Años después, el sismo del 1985 en México  descubrió ante las miradas del mundo y de las autoridades del lugar, la misma situación  en las más de 40 mil viviendas  que  cayeron y tuvieron que ser reconstruidas con nuevos proyectos en un  periodo de 2 años.

En este tiempo tuvimos la oportunidad de trabajar profesores y alumnos de la carrera de arquitectura del CYAD en un programa de servicio social que dio origen a la formalización del taller de vivienda (TAVI) actualmente ubicado  dentro del área de investigación “La vivienda popular y su entorno”.
Durante un lapso de dos años a partir de febrero del 86  el TAVI participó en la construcción de 16 nuevas vecindades con un promedio de 20 viviendas por vecindad, las normas establecidas por el programa de reconstrucción en aquel momento no permitían construir viviendas de más de 40 m² e impidieron su futuro crecimiento. El argumento que sustentaba estas limitaciones era que el cuarto redondo  de vecindad antes del sismo tenía en promedio 20 m². Y por otro lado que al tener que construir en un lugar de alto riesgo sísmico convenía evitar crecimientos posteriores. Para tal efecto el programa de reconstrucción diseño prototipos que fueron repetidos en la mayor parte de las 40 mil nuevas viviendas construidas.

El taller de vivienda conjuntamente con grupos similares  de la UNAM, IPN y ONG´s, decidimos trabajar directamente con los pobladores y desarrollar sus proyectos habitacionales de acuerdo con las condicionantes particulares de cada lugar.

Parte de estas experiencias fueron documentadas en el libro Alternativas de vivienda en Barrios populares, el cual presentaba algunos de los proyectos desarrollados por estos grupos y una propuesta de sistematización,  mostrando las variaciones por las fuertes limitaciones que estableció el Programa de Renovación Habitacional del Gobierno Federal.


Retomando el tema de la construcción de edificios multifamiliares en altura en la ciudad de México, es recomendable hacer un recuento histórico de experiencias positivas y negativas, antes de proponer de manera  unilateral y unidimensional normas que nos dejen ver con claridad quien es el beneficiario  de estas nuevas políticas; ¿la industria de la construcción? ¿los grupos económicos de ingresos medios altos?¿la ciudad? ¿el habitante del lugar?.

Perspectiva de los edificios de soportes de la Unidad habitacional Cohuatlan
Vista suroeste de la Unidad habitacional Cohuatlan, Fuente: J. Andrade.


Bibliografía

ANDRADE, Jorge Iván, Alternativas de vivienda en barrios populares (1988), Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, México.
- Pensar el futuro de México, La vivienda popular en México. Retos para el siglo XXI (2011), Colección conmemorativa de las revoluciones centenarias, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, México.

Abril, 2015.

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