El
trabajo del arquitecto Gustavo López Padilla desarrollado por más de
veinticinco años, como difusor y crítico de la arquitectura reciente en México,
se inicia con sus columnas en los periódicos Excélsior y El Financiero desde
finales de los años ochenta del siglo pasado, compiladas en buena medida en su
libro, Arquitectura Mexicana Contemporánea, crítica y reflexiones de 2008. Tres
años después publicaría otro de mayor aliento, Nueva Arquitectura Mexicana,
tendencias entre siglos, para cerrar con El relevo generacional, Arquitectura
mexicana contemporánea en 2014, todos editados por Designio. Este último texto,
surgido de la exposición, 21 jóvenes arquitectos mexicanos, relevo
generacional, montada originalmente en la Facultad de Arquitectura de la UNAM
en 2012, en diversos sitios de la república y que cierra su itinerario en el
Museo Nacional de Arquitectura donde todavía se puede visitar.
Esta
trilogía de publicaciones ofrece un panorama de la arquitectura reciente en
México, que ningún otro medio, espacio editorial o autor pueden aportar, lo que
hace muy relevante la constancia reflexiva del arquitecto López Padilla. Desde
su segundo libro, Nueva Arquitectura Mexicana… había apostado no sólo por el
análisis aislado de ciertas obras y arquitectos, sino de ofrecer una
interpretación traducida en tendencias, misma que retoma en 21 jóvenes… pero
ahora centradas en la producción de una generación emergente. Las tendencias
son, Propuestas racionalistas, donde entre otros esta la obra de Javier
Sánchez, Racionalismo Expresionista, con Derek Dellekamp como ejemplo,
Posibilidades Minimalistas, con Mauricio Rocha como representante, Tecnología y
Arquitectura, con la obra de Honorato Carrasco Mahr, Arquitectura de formas
complejas y el protagonismo de la obra de Michel Rojkind, y por último,
Acercamientos regionalistas, con Muro Rojo y su arquitectura hotelera.
Esta
propuesta de tendencias, es generalmente la aportación de un historiador o
crítico, aunque puede interpretarse muchas veces como excesos de subjetividad,
que si no están bien sustentadas, pueden verse como superficiales, en aras de
identificar estilos, tendencias o corrientes arquitectónicas. Sin embargo, para
cualquiera que se enfrenta a la lectura de la arquitectura en la historia o su
momento actual, difícilmente puede eludir la necesidad de agrupar las obras
para identificar ciertas características y diferencias entre sí. Este riesgo,
parece asumirlo López Padilla y en lo general estaría de acuerdo con su
propuesta, Quizás en este encuadre para identificar los autores de las
tendencias, como suele suceder, podrían estar unos no incluidos, y fuera otros
que si se consideraron. También, respecto a la ubicación de unos arquitectos en
una tendencia, que pueda verse un tanto forzado. Sin embargo, asumiría que
López Padilla no pretende con esta interpretación, decir la última palabra, ni
los que lo leemos sumarnos a su lectura como la definitiva.
Lo
que pudiéramos decir por ahora, respecto a la obra de los autores, rebasa la
extensión de este ensayo, y solo apuntaría lo que el mismo crítico y curador de
exposición apunta, podrán estar unos u otros, cuestionarse su inserción, pero
al final, en todos los casos, hay calidad arquitectónica, que nos es poca cosa
por cierto.
mayo, 2015.
mayo, 2015.
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