A
través de la historia, la producción de espacios arquitectónicos idóneos para
satisfacer las necesidades del hombre y su campo laboral del arquitecto se ha
transformado de acuerdo a las características de las formas de pensamiento del
poder, la tecnología, economía y, de sobre manera, a las necesidades de
espacios arquitectónicos de las sociedades. Actualmente, en las grandes
ciudades, el arquitecto se desarrolla en el diseño de espacios sobre la trama
urbana existente, resultado de décadas o hasta siglos pasados en aras de
continuar con el desarrollo de las ciudades. Temas urbanos como la
redensificación de las ciudades han llevado a algunos objetos arquitectónicos a
someterse a problemas de “actualización”, debido a la transformación,
desaparición y caducidad de géneros arquitectónicos.
El
pasado reciente en arquitectura, y en específico del movimiento moderno no hizo
grandes esfuerzos por observar el pasado, por el contrario impulsó
construcciones nuevas en zonas recién urbanizadas y en otros casos se construyó
sobre la ciudad histórica, para el caso de la Ciudad de México, cada espacio
liberado por la nuevas vialidades y el deterioro masivo de edificios que no
contenían valores vigentes para esa época se consideraban obsoletos, o en su
caso, impuso la radicalización ideológica de la modernidad, y por tanto fueron
demolidos para ampliar el abanico de posibilidades modernas. Pero en las
décadas finales al siglo XX el panorama cambio: el incremento de las crisis
económicas, derivadas de la dependencia del petróleo, y la imposibilidad de
extender más la ciudad, ello permitió voltear la mirada a aquellos edificios,
obsoletos y en muchos casos abandonados, y potencializó, de manera profesional
y amplia, una alternativa para replantear y transformar la ciudad.
En la
historia, los procesos de transformación de
las ciudades y de la sociedad siempre han repercutido a todo el entorno
inmediato, desde lo ambiental, natural, urbano hasta las formas del pensamiento
político, económico, social, tecnológico, arquitectónico, entre otros. Dicho
eso, la arquitectura y su contexto han formado parte de ese transitar durante
siglos, en cuyo caso la permanencia y memoria de las ciudades han estado
constituidas por edificios de diversos géneros y tipologías arquitectónicas con
el fin de satisfacer necesidades para cada sociedad de acuerdo con su época.
Sin embargo muchos de los objetos arquitectónicos han subsistido hasta nuestros
días, u otros tantos, tuvieron vigencias considerables que entablaron nuevos
usos en distintas épocas a la original cuando fueron proyectados.
La
idea de reutilizar una preexistencia no es tema nuevo y mucho menos algo que no
se hubiere considerado de esa manera, sin embargo la Ciudad de México,
principalmente se ha sometido a la dinámica del “rescate, preservación,
rehabilitación, entre otros” a recuperar espacios necesarios para las nuevas
dinámicas de la ciudad; tal es el caso de espacios para equipamientos urbanos,
necesarios para establecer una vigencia de los edificios y apropiarles de
manera adecuada nuevos usos correspondientes a nuestra contemporaneidad, y
también a las expectativas y planes gubernamentales sobre arquitectura social.
Para
saber sobre el tema, se cita la siguiente bibliografía para conocer ejemplos y
análisis sobre la reutilización de la Ciudad de México en las últimas décadas:
Minaya, Fernando (2014) “La reutilización: tendencia de la arquitectura
contemporánea en la Ciudad de México” en San Martín, Iván (editor) Academia
XXII, UNAM, Facultad de Arquitectura. México. pp. 121-136.
Febrero, 2015
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