La comunicación gráfica
es el lenguaje principal con el que los arquitectos se entienden y expresan.
Sin duda las innovaciones tecnológicas y los medios digitales han contribuido a
ampliar los recursos en uso para concebir, registrar, representar, incluso presentar
la arquitectura y de paso, aumentar la posibilidad de acceder a nuevas
experiencias espaciales y visuales.
En el escenario actual,
la mayoría de publicaciones dedicadas a difundir arquitectura sean digitales o
impresas, presentan en evidente protagonismo a las fotografías. Los proyectos,
son la mayor de las veces presentados con estructuras básicas: Fotos y/o
“renders”, planos, además de una breve descripción y ficha técnica en algunos
casos. Si bien su función puede ser solo informativa, el contenido queda
amputado y carente de un análisis más profundo y fundamentado.
Aunado a esto
reconsideremos que una imagen, cual sea, es una representación y la fotografía
en general no capta la realidad sino un punto de vista sobre ella, a veces
distorsionado, depende de cómo es capturada la imagen, de lo que se revele, de
lo que se oculte.
Es aquí donde radica su
compleja relación con la documentación de arquitectura, si bien ayuda a la
construcción de los discursos visuales y estéticos, no es más que un elemento
de la estructura de los medios de comunicación, en donde el fin práctico de
estas representaciones es la de legitimar el trabajo del arquitecto y funcionar
como atractivo publicitario.
Esas erosiones en la
comunicación tienden a un “proceso de estetización” [1], a homogeneizar y (como
sugiere Beatriz Colomina sobre la imagen en la Arquitectura moderna [2])
engrandecer las arquitecturas sin habitantes, vacías y sólo gratas a la vista,
presentadas como un objeto material, representando un espacio de la manera más
idealizada posible, disimulando sus carencias. Es decir, el deseo de
suplantación de lo real por lo ideal.
Por otro lado, si bien
existen metodologías para analizar el espacio por sus intenciones, virtudes
funcionales, estéticas y materiales; Creo que hay una generalizada falta de
preocupación por saber cómo los usuarios participan e interactúan, moldeando y
manipulando el espacio. O quizá la negación a un enfrentamiento abierto con una
obra terminada y su relación activa con el otro, recordando el texto de Jeremy
Till
”Architecture depends” [3] , una relación íntima entre obra y vida. De registrar ese verdadero
instante en que comienza la vida propia del objeto arquitectónico.
El objetivo de esto es
incitar al lector a cuestionar la inmediatez de las publicaciones, replantearse
las estrategias de comunicar arquitectura, hallar las claves de su
interpretación, abandonar la tradicional posición de observador pasivo. A estar
cada vez menos conectado digitalmente y más conectado emocionalmente.
Pero aún más importante,
visitar arquitecturas. El espacio es construido a partir experiencias y éstas
están relacionadas con todos nuestros sentidos; no se entenderá completamente
sin percibir los cambios de luz, las atmósferas, murmullos, ruidos, olores,
temperaturas, sensaciones táctiles, la relación física que tenemos con la
materia de la que están constituidos, de su paso a través del tiempo, del lugar
en sí mismo y su gente. Ser capaz de beneficiarse con experiencias vividas y
sentimientos únicos, es decir, de habitar. Quizá entonces quede fuera de
competencia este culto a la imagen.
Notas
[1]. Según Gerard Vilar:
“El proceso por el que la dimensión estética de algo, especialmente de las
imágenes, adquiere un sobrepeso o prioridad frente a sus otras dimensiones
(normativa, cognitiva, etc.), esto es, un fenómeno de recomposición de las
dimensiones integradas en el objeto”.
Vilar Gerard, “La
estetización de la imagen violenta en el arte contemporáneo”, p. 9.
[2]. “Las inmaculadas
superficies vacías de la arquitectura moderna comenzaron inmediatamente a
descomponerse, revelando sus propias imperfecciones con claridad manifiesta.
Pero las superficies inmaculadas perviven para siempre en las fotografías,
mostrando un optimismo infinito, el sueño utópico del arquitecto”
Colomina, Beatriz. “Los
medios de comunicación como arquitectura moderna”, en: Revista EXIT n° 37,
p.122.
[3]. Till, Jeremy.
”Architecture depends” MIT Press, 2009, 232 pp.
Febrero 2015
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