La
arquitectura como un hecho cultural es proclive a múltiples interpretaciones,
lecturas y aproximaciones, tantas como cada quien que decide dejar la patente
de su visión. Así, libros, revistas, artículos, blogs, conferencias o ponencias
dejan la huella de una posición respecto a obras, autores, tendencias y
características, donde quien escribe refleja su propia historia, su visión del
mundo y preferencias. En abril de 2014, escribí Arquine, una referencia (en El
Trazo Semanal) artículo en el que reconocía el papel significativo que había
tenido la revista y todo lo que ha generado en más de 17 años en la cultura
arquitectónica en México. Sin embargo, Fernanda Canales quien es parte del
consejo editorial del mismo medio, y Miquel Adrià su director, han hecho
declaraciones desafortunadas, y sobre todo inexactas, en entrevistas recientes.
Va mi reflexión a partir de ellas.
La
arquitecta Canales, y no historiadora como ella misma se define, fue
responsable de la exposición de gran éxito Arquitectura en México 1900-2010, la
construcción de la modernidad. Obras, diseño, arte y pensamiento, montada en el
Palacio de Iturbide a finales de 2013 y que se mantuvo por varios meses. La
muestra se convirtió al igual en una publicación de lujo, editada por Fomento
Cultural Banamex en el mismo 2013, en dos tomos. En la presentación de este
libro en la pasada Feria Internacional del Libro de Guadalajara en noviembre
último, aseveró que este esfuerzo era “el primero” en historiar el siglo XX, lo
cual reafirmó en entrevista que le hizo Anatxu Zabalbeascoa para el periódico
El País y su suplemento Babelia (10.01.15). De un plumazo, borró trabajos
serios que desde los años sesenta del siglo pasado hicieron autores como Israel
Katzman, Rafael López Rangel, Alberto González Pozo, Ramón Vargas, Carlos
González Lobo, Antonio Toca, Enrique X. de Anda, Gustavo López Padilla,
Humberto Ricalde, Víctor Jiménez, Alejandro Aguilera, Louise Noelle, Fernando
González Gortázar, Rodolfo Santa María, José Ángel Campos, Ernesto Alva,
Guillermo Boils, Enrique Ayala, Marco Tulio Peraza, Enrique Urzaiz, Dulce
García, Xavier Guzmán, Francisco H. Alfaro, Lourdes Cruz, Raquel Franklin,
Lourdes Díaz, Iván San Martín, Catherine R. Ettinger, Jesús Villar o Hans
Kabsch entre otros. Cabe decir que muchas de estas historias fueron más allá
que hablar de autores, obras o estilos porque han abordado diversos problemas
relacionados con la arquitectura, como la teoría, el urbanismo, la crítica o la
filosofía. Podemos estar o no de acuerdo con varias de ellas, no obstante son
parte de una historiografía que no se puede ignorar.
En el
caso de Miquel Adrià, en una entrevista reciente en el Noticiero de Canal 22,
en la promoción del próximo festival Mextrópoli, que organiza Arquine, comentó
que una de las estrellas del mismo será la presentación de su guía de
arquitectura de la Ciudad de México, “no realizada hasta ahora”. De nuevo, una
aseveración, por lo menos inexacta, que deja de lado guías realizadas desde los
años cincuenta, hasta la de 1999, ya agotada, editada por el Colegio de
Arquitectos de la Ciudad de México, el Gobierno de la Ciudad de México y la
Junta de Andalucía, coordinada por Ernesto Alva y con la participación de un
grupo amplio de autores. Qué bueno que surja una nueva guía, cuando ya no se
pueden conseguir ninguna de las anteriores, pero de eso a decir que es la
“primera” es una presunción inaceptable, para un grupo que aunque no venga del
mundo académico no puede afirmar públicamente tales aseveraciones.
Al
final, esperaría que el grupo Arquine no pretenda convertirse en la única voz
de la arquitectura en México, aunque su sed de expansión en el horizonte
cultural del país refleje lo contrario. Y consideraría que más bien, pueda ser
un referente respetable basado en su esfuerzo editorial y de difusión de la
arquitectura en México, al igual que otros existentes.
Enero 2015
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