Las autopistas urbanas ¿Una opción de movilidad? Por Fernando Minaya Hernández

En años recientes, la construcción de autopistas urbanas dentro y en los alrededores al Distrito Federal ha permitido una mejoría en la movilidad de los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México, pero ello ha conllevado costos de uso y de otras opciones de transportes.

En el D. F. se inauguro, a finales de 2012, el primer tramo de la Autopista Urbana Norte que va desde Cuatro Caminos hasta San Antonio, el cual se complementa con el tramo, construido años atrás, en el Estado de México, Cuatro Caminos hasta la autopista México-Querétaro. A partir de estas obras se han erigido más autopistas urbanas en tiempo record, ya que son financiadas desde su diseño hasta la operación por títulos de concesión a empresas privadas; en este sentido, el peaje es uno de los principales objetos de crítica para la movilidad del siglo XXI, además de los problemas de incorporación con las vías existentes de la ciudad y un aumento en el uso del automóvil.

Autopistas como Ecatepec-Naucalpan,  San Antonio-Cuemanco, Santa Fe-San Jerónimo son parte de proyectos integrales de mejora vial en tiempos de recorrido, reducción de contaminantes, ampliación de la red de transporte, entre otros. Estas obras pretenden liberar zonas de la ciudad que se encontraban con congestionamientos de transporte de carga y desviar la circulación vehicular de los centros de ciudad. Estos esfuerzos, en general poco ayudan a la ciudad en el largo plazo, ya que por un lado el cobro permite la elección de rutas sin costo, además de la privatización de la vialidad ante los problemas de deficiencia y ausencia de transportes públicos masivos como los sería los autobuses articulados, el Metro o nuevos sistemas ferroviarios para desincentivar el uso del automóvil.

En los problemas de la ciudad, y en específico de la movilidad, los países de orientales como Japón o Hong Kong han optado por autopistas con sistemas paralelos de transporte público masivo, para resolver de una manera más equitativa para quien tiene auto, y en su caso para los que prefieren los sistemas ferroviarios de transporte. En cuanto Europa, las soluciones se han encaminado a reforzar y mejorar las vías de trenes existentes con nuevos sistemas de alta velocidad para la conexión las zonas conurbadas de sus metrópolis. Otro fenómeno importante es la imagen urbana de los segundos pisos, ya que al no existir espacio en la traza, se sobre pone la autopista en trazos de arterias existentes, creando así problemas de diseño entre los edificios y las partes bajas de las nuevas vialidades.


Autopista Urbana Sur.  Fuente: http://www.obras.df.gob.mx

Si bien las autopistas urbanas son una opción, esta no debería ser la única, el planteamiento está condicionado a que fuese un plan integral, que contemple a todas los estratos sociales y las diversas posibilidades de transporte para una ciudad con millones de habitantes desplazándose de diferentes formas y en horarios diversos.

Enero, 2014

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