CARTA ABIERTA. Por Jean Pierre Serna

Estimados amigos,
Seguramente notaron que, en estas últimas semanas, en Turquía ha habido algunas movilizaciones sociales. Movilizaciones que en cierta medida han puesto el país a la puerta de una revolución. En solidaridad con mis amigos turcos que están ahí manifestando y en el deseo de atizar nuestros debates, me propuse escribirles. Ades, pensé que si bien mis análisis no son de especialista, al menos pudieran dar un testimonio.

Hace casi dos años que vivo aquí. El ser testigo parcial de lo que aquí sucede ha definitivamente transformado mi manera de ver las cosas: en lo político, en lo social y en lo religioso. Digo parcial por dos razones: por un lado, pienso que e mi turco limitado me hace perder sutilezas que pudieran ser cruciales para construir un discurso; por otro, tengo aún trabajo por hacer para comprender la historia que constituye este país. Digo transformado mi manera de ver las cosas puesto que las manifestaciones  han  afirmado  ese  postulado  foucaultiano  que  exige  construir  un  discurso  fuera  de  ideas  preconcebidas recreando clasificaciones propias al objeto; alimentado esa convicción marxista (o bien Irigoyeana) de que la arquitectura no es estructural en la sociedad sino subordinada a lo potico, a lo económico y por tanto a lo ideológico; y finalmente la urgente necesidad Hesseliana de indignarse(me).



Es difícil analizar la complejidad de lo que aq sucede. Comencemos por el detonante: la arquitectura y el urbanismo. La decisión del gobierno de transformar Taksim, una plaza pública (el "Zócalo" de Estambul) en un centro comercial. Ecologistas fueron los primeros en reaccionar, la represión brutal de esta minoría despertó al pueblo que, harto de las decisiones poticas de los últimos años, se concentró en la calle para manifestar su indignación contra el gobierno y su solidaridad con si go mismo. Más allá de la construcción de proyectos megalómanos a una velocidad proporcionalmente asombrosa (al de Taksim podemos sumar muchos otros), la cuestión de lo urbano-arquitectónico es una metonimia y por tanto deja de ser estructural: el hastío nace del autoritarismo y de la pérdida sucesiva de la laicidad, símbolo de la Turquía contemporánea.

Me  permito  entonces  enumerar  algunos  hechos  histórico-contemporáneos.  Lo  que  hoy  conocemos  comoTurquía fue fundada por Atark (traducido: Padre de los turcos) quien a partir de la revolución de 1923 concibió, entre otras, una república laica (lo que hace que, por ejemplo, el velo sea prohibido en las escuelas y universidades o que las mujeres ha yan tenido primero el derecho al voto aquí antes que en Francia) construida bajo una visión occidental de desarrollo. A partir de la revolución, el país estuvo dirigido por una pseudodemocracia: un gobierno elegido por el sufragio, controlado por sucesivas dictaduras o golpes militares. Desde el 2002, Recep T. Erdogan, del partido de los hermanos musulmanes (que en Europa les dicen "Musulmanes moderados"), es elegido como Primer Ministro. En un inicio, Erdogan fue aplaudido por intelectuales y poticos nacionales e internacionalmente (puesto que puso en jaque el lugar político que ocupaban las fuerzas armadas y propulsó la economía del país). Sin embargo, durante la última década su gobierno, dinamizado por una ideología neoliberal, religioso- conservadora y no por menos megalómana, ha intentado destituir los símbolos de la identidad turca (Atatürk y el laicismo) para restituir otros (él mismo, la religión y los orígenes Otomanos).



Bajo esta lógica, las políticas de desarrollo territorial se han centralizado en Estambul, al margen de una crisis ambiental y social; también se han modificado leyes que en nombre de los derechos individuales han permitido a la religión penetrar en las escuelas. Por otro lado, el país vive una economía que, a pesar de sus cifras aparentemente dopadas, muestra uno de los mayores porcentajes de crecimiento a nivel mundial, con una deuda externa en 0. Por ello también muchos dicen (turcos o extranjeros): "no hay que quejarse, económicamente estamos (están) bien". Pero como recordaría Badiou, cuál es el precio de lo social por el crecimiento económico?...

Así podemos entender mejor lo que implica el hastío de los turcos. Que también es por la medida de fuerza y la forma en que se reprim una pequeña manifestación ecologista. Es así como el levantamiento tuvo una fuerte resonancia en todo  el  territorio.  Un  levantamiento  espontáneo  que  permitió  concentrar  bajo  una misma  consigna  grupos  de  diferente tradición, ideología o creencia. He aq uno de los hechos que más me han impactado: encuentras reunidos en un mismo lugar grupos ultranacionalistas, de extrema izquierda, minorías culturales (kurdos, alevís, LGBT), de diversa creencia o convicción Ateos y musulmanes)... Así, cuando te acercas a las manifestaciones puedes ver a la musulmana bebiendo de la botella de agua de un travesti, a laicos en short haciendo un círculo alrededor de musulmanes durante la oración para que puedan estos últimos tener un espacio sin ser interrumpidos, a personas de diferentes generaciones protestando (adolescentes, adultos e incluso ancianos), a la burguesa saliendo de su edificio para llevar el desayuno a los campistas...

De mi parte,  en lo que he podido seguir o acompañar, estoy bastante sorprendido por la manera en cómo los turcos se rnen y manifiestan en la calle. No imaginé que en tiempos tan turbulentos se pudiera la gente manejar con tal disciplina y fraternidad. La gente trabaja de día y protesta de noche; ves marchar una multitud en la calle sin que uno de él los se suba a la acera; los comerciantes protegen y apoyan a los protestantes; ves a los manifestantes, luego de cada concentración, organizarse en filas para recoger la basura; se organizan servicios gratuitos de veterinarios para los animales de la calle... El primer ministro dijo: "a las madres que están en sus casas, que por favor llamen a sus hijos de vuelta, que regresen para protegerse de los terroristas de la calle", entonces las madres se tomaron de manos y marcharon en cadenas en el espacio público; el primer ministro dijo: "no haremos caso a la gentuza alcohólica", entonces la gente camina por todos lados con una cerveza en la mano o hacen lluvia de alcohol desde sus balcones; ves a la burguesa caminar por la calle de la colonia Chic con una bandera y un cartel de consignas en el brazo mientras hace sus compras; ves la anciana lanzando piedras a los policías; testimonias un  fervor  por  lo  "turco",  la  gente  le  hacboicot  a bancos  cambiando  sus cuentas de  agencia  y  a cadenas internacionales, clausurando espontáneamente Starbucks, subways algunos renunciaron a sus empleos.



La génesis de estas manifestaciones puso en evidencia otro fenómeno de escándalo: el papel que han asumido los medios de comunicación para cubrir los hechos. Los primeros días, por ejemplo, mientras la policía atacaba con una fuerza despiadada a la gente en la calle, CNNTürk pasaba un documental de "pingüinos!"; también durante días no hacías la diferencia entre una noticia de un periódico a otro (todas a favor al gobierno). Los pocos medios que dijeron algo, por mínimo que fuera, están hoy multados por atentar contra la seguridad física y psicológica de los niños. Si no fuera por facebook o twitter, ya esto hubiera acabado hace mucho y ni siquiera nos hubiéramos enterado que comenzó. Es por ello que uno de los mecanismos de represión ha sido seguir los comentarios de la gente por Twiter para arrestarlos; la prisión en este caso vale por comentario s como "nos vemos al rato en el zócalo" o "no vayan a esa esquina porque a lo mejor hay polis"... Sin embargo, la fuerza del movimiento es tal, que esto no ha intimidado a los turcos.
Así, podría alargar este correo carta multiplicando eventos que te erizan la piel, no solo por el modo en cómo los turcos asumen la manifestación, sino también por cómo el gobierno los afronta. Es por ello que no hab de los más de 50abogados que fueron arrestados y sacados violentamente del palacio de justicia en Estambul, del escándalo de los médicos arrestados por haber atendido a los heridos de las manifestaciones o el adolescente muerto cuando le negaron la entrada al hospital pues debía antes registrarse en la policía..............

Como sea, bien lo dijo hace poco Serra Yilmaz, una actriz activista aquí matamos el miedo, como Mc Beth o bien Ahmet Insel, un intelectual turco: a pesar de todas las represiones, la libertad se ha podido respirar hoy en día durante estas manifestaciones"



Al día de hoy, las manifestaciones han poco a poco mermado. Esto, seguido a la prohibición de la construcción del centro comercial. Sin embargo, se siente como las personas llevan el movimiento a flor de piel. Hace unos días, por ejemplo, comenzó el ramadán (ritual de tradición musulmana en la que los creyentes ayunan durante un mes) y la gente se reunió a hacer un picnic masivo en la calle. Pienso que es difícil que el Primer ministro demisione. Sin embargo, la fuerza del movimiento ha permitido dar un registro histórico-simbólico que hará que bien Erdogan o los que vengan después de él, se manejen con mayor cautela; así como el pueblo se demostró a sí mismo cómo unido, no podrá ser vencido.



Como verán, qué difícil es no sentirse consternado! Un abrazo.

Estambul, junio 2013.


Septiembre, 2013 

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