El
crecimiento de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) es resultado de
diferentes factores que han originado una configuración territorial heterogénea
con usos del suelo y actividades económicas diversificadas que han dado como
resultado una concentración (en 2010) de más de 20 millones de habitantes
distribuidos sobre más de 1500 km2 de área urbana, ésta última a su vez, se
desborda sobre 76 municipios y/o delegaciones tanto del Distrito Federal (DF:
16), Estado de México (EM: 59) e Hidalgo (1) que integran a la metrópoli
(CONAPO, 2010).
El
incremento y concentración de las
actividades socioeconómicas diversificadas (industria, comercio,
servicios, etc.); el aumento de asentamientos humanos, centros comerciales,
zonas residenciales; proyectos de vías de comunicación y transporte, la
especulación del suelo, han derivado en diversas problemáticas ambientales.
El
aumento descontrolado de asentamientos humanos se ha dado principalmente al
norte, oriente y sur de la ciudad,
resultado de procesos de migración del campo-ciudad, permisividad de
autoridades en materia de planeación para el asentamiento de poblaciones en
suelos no aptos (altamente salinos e inundables) como en zonas de
Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Ecatepec, Tecámac, Chalco, Ixtapaluca; o
riesgosos ubicados en barrancas, cañadas o sobre suelos blandos como en la
Sierra de Santa Catrina, Guadalupe o Las Cruces localizadas al oriente, norte y
poniente respectivamente, en donde las características orográficas (relieve
abrupto y sinuoso) ponen en riego a miles de habitantes que viven hacinados
sobre lo que es suelo de conservación decretado como tal en el año 2000 por el
Gobierno del Distrito Federal.
Por
otra parte, el desborde del área urbana de la ZMVM sobre otras entidades como
el Estado de México e Hidalgo viene a complicar la toma de decisiones, la
coordinación de los distintos gobiernos, las políticas de acción y desarrollo
en el territorio metropolitano, resultando en una nula, complicada y
sectorizada aplicación de la legislación urbana, del financiamiento
inequitativo para obras públicas (Garza y Damián, 1991). Esto a su vez, se
traduce en una desatención en las demandas y problemáticas sociales:
necesidades de suelo, servicios, infraestructuras, abasto, empleo, caos vial,
inseguridad, delincuencia, manejo de residuos sólidos, deterioro ambiental,
entre otras cuestiones.
Asentamientos
irregulares en Bordo de Xochiaca,
y
viviendas ubicadas en barrancas del poniente del D.F.
Fuente:
Archivo personal del autor.
Los
patrones de ocupación territorial en la ZMVM han respondido a condiciones
políticas, económicas, sociales, tecnológicas, naturales. Ante la falta de
disponibilidad de suelo en el centro de la ciudad, el fenómeno de la
conurbación que se da durante 1950, se ha magnificado a escalas inimaginables
en nuestros días, al grado de que las instituciones de cada entidad con la atribución de diseñar planes y
programas con miras a lograr una planeación del territorio simplemente se han
visto rebasadas ante un incremento desmedido de las actividades económicas
diversificadas, demanda de servicios e infraestructuras, mayor centralidad de
la gestión política y privada del presupuesto nacional, y un mayor deterioro
ambiental ocasionado por una planeación todavía sectorizada y permisiva, misma
que requiere el diseño de políticas a escala metropolitanas e incluso
megalopolitanas.
Referencias
Garza,
Gustavo y Araceli Damián (1991). “Ciudad de México. Etapas de crecimiento,
infraestructura
y equipamiento” en Schteingart Martha. (coord.), Espacio y vivienda en la
Ciudad de México. COLMEX, México, D.F.
Consejo
Nacional de Población, 2010. Delimitación de zonas metropolitanas en línea en
ver: http://www.conapo.gob.mx/en/CONAPO/Zonas_metropolitanas_2010
Junio, 2013.
No hay comentarios:
Publicar un comentario