Orquideorama. Por Susana Ezeta



En la actualidad todo es construible por las enormes posibilidades de las técnicas constructivas, de los nuevos materiales y métodos de cálculo, a pesar de ello, es más difícil la creación de formas. Ahora el lema atribuido a Louis Sullivan “la forma sigue a la función” ha sido sustituido por “la forma sigue a la imagen” y la imagen en movimiento.
El teórico Jean Louis Durand señalaba que la forma es el resultado de la combinación de diferentes elementos como la simetría, la regularidad y la simplicidad, con estos valores formales era posible obtener una construcción económica, además, todo proyecto debía tener una utilidad pública y privada para dar dicha a los individuos, a la familia y a la sociedad.

En la naturaleza se encuentran estos elementos usados por muchos arquitectos a lo largo de la historia de la arquitectura. Tal es el caso del grupo de arquitectos conformado por Felipe Mesa, Alejandro Bernal, Camilo Restrepo y Paul Restrepo quienes en 2005 resultaron ganadores para la construcción del Orquideorama emplazado al interior del Jardín botánico “Joaquín Antonio Uribe” en Medellín, Colombia.

El Orquideorama es  un proyecto producto de las ideas de jóvenes arquitectos que atendieron las condiciones del programa arquitectónico del concurso: una estructura flexible, que sirva para exponer orquídeas - flor nacional de Colombia- además de otras flores nativas, que el espacio estuviera cubierto con la posibilidad de adecuarse a eventos variados como conciertos, festivales, exposiciones o desfiles de moda.

El espacio construido establece una clara relación entre la arquitectura y los elementos vivos, enlaza lo natural y lo artificial utilizando la geometría de un hexágono para crear módulos que ellos denominan flor-árbol.

Este módulo se repite creando una configuración que parece incompleta y que es susceptible de seguir creciendo como un amplio bosque que restituyendo el follaje faltante en donde existía, antes de esta intervención, un complejo industrial.

Las estructuras que nombran flor-árbol se compone por siete hexágonos, uno central que sirve como tronco hueco del cual se desprenden seis hexágonos para formar la cubierta en forma de panal semejando a la configuración de una colmena.

Desde la biblia y el mundo clásico las dos fuentes del pensamiento occidental, están plagados de alusiones a la colmena llegando a considerarla como la forma utópica de pe de una sociedad perfecta, solidaria y laboriosa.

Esto se logra con claridad en el Orquideorama, en donde ningún elemento compite con el otro, al contrario trabajan en conjunto creando patios que permiten ejercer un control moderado de la temperatura, la humedad y la recolección de agua.

La flor-árbol, inicia con seis columnas esbeltas de sección circular que rematan en las aristas de un hexágono que semeja el cáliz de una flor que se abre en forma helicoidal para dar paso a los pétalos que forman la cubierta que va creciendo al lado de la otra. Más que una cubierta, se construye una superficie superior con las cualidades lumínicas y ambientales de los follajes.

Esta obra refleja una configuración en constante movimiento y transformación, creando ecosistemas por medio de la sabia utilización de la geometría, los materiales y la estructura alusiva a la colmena. 

Julio, 2011

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