Doceava Bienal de Arquitectura de Venecia. “ People meet in Architecture”. Por Paula Reséndiz Amador.




« I love to be a place for reading » declara, con una suave voz femenina, el edificio del Centro de Estudios Rolex, en Suiza. “If buildings could talk” es el título del filme en tercera dimensión que el cineasta alemán Wim Wenders realizó al aceptar la invitación de la arquitecta japonesa Kazuyo Sejima y de su colega Ryue Nishizawa, autores de la emblemática construcción de la Escuela Politécnica de Lausanne y ganadores del premio Pritzker 2010. Presentada en première mundial como introducción a la doceava Bienal de Venecia, la cinta de seis minutos porta una mirada emotiva del edificio vivo sobre las personas que lo habitan y que construyen, con su presencia y el uso diario, el espacio. Por medio de las reflexiones en voz alta del edificio -sin duda femenino por las curvas de sus volúmenes-, el tema de la Bienal establecido por Kazuyo Sejima cobra todo su sentido: “ People meet in Architecture”.

En una sociedad post-ideológica, donde los ciudadanos están conectados entre sí como nunca antes, las relaciones se establecen por comunicación virtual, indirecta. Empero, los arquitectos consideramos que los espacios reales aún poseen la fuerza de esclarecer los valores de la cultura contemporánea y de expresar las nuevas maneras de vivir, de soñar y de ser libres. Bajo estas premisas, descritas por Kazuyo Sejima en el libreto de la Bienal, cada expositor –arquitecto, ingeniero o artista- presentó su punto de vista sobre el lazo que existe entre la arquitectura (el espacio) y las personas (las relaciones humanas).

 A lo largo de las diecisiete salas del antiguo Arsenal de Venecia y de las cuatro exposiciones en el Palazzo delle Esposizioni, se descubren las posibilidades sensoriales que ofrece la arquitectura contemporánea. Después de visitar algunos de los “Eventos Colaterales” en la ciudad y en el Palazzo Ducale, de pasear por los pabellones del Giardini y de visitar la sede permanente de la Bienal, Ca’ Giustinian, puedo destacar que, dentro del edificio del Arsenal, el “cloudscape” del arquitecto japonés Tetsuo Kondo fue la instalación artística más hermosa que vi, por inmaterial y atemporal:

En términos generales, un “cloudscape” es la representación gráfica de un paisaje con nubes.  Si bien los pintores y fotógrafos han plasmado las nubes con diferentes técnicas para transmitir diferentes emociones, pocas han sido las ocasiones en las que se puede percibir la nube desde el centro de su condensación. Tal es el caso de la experiencia realizada en colaboración con la empresa alemana TRANSSOLAR. Al centro de una de las inmensas salas del Arsenal, reina una rampa helicoidal de acero de cuatro metros de altura. Hundida en una nube artificial, la rampa permite al visitante un recorrido por ese fragmento de cielo que se ha acercado a la tierra. El espectador, atónito, recorre este espacio etéreo que cambia, no sólo de visibilidad sino también, de temperatura. Los límites de la sala desaparecen según se esté por encima o por debajo de la nube. La percepción hacia el otro cambia, sobre todo cuando se constata que uno mismo desaparece para quien nos observa. La capacidad de asombro con el fenómeno más elemental de nuestro planeta es puesto a prueba en este inicio del recorrido de la Bienal.
El extraordinario artista danés-islandés Olafur Eliasson también sorprendió a los visitantes con su instalación kinética,  “Your split second house”, que pone a prueba las capacidades sensoriales de cada quien.

Destacan también las maquetas escala 1:100 del proceso constructivo de la ópera Metropolitana de Taichung, en Taiwan, del despacho japonés Toyo Ito & Asociados (donde Kazuyo Sejima inició su carrera arquitectónica antes de fundar SANAA).  Destaca la escultura de granito y cedro perfumado del arquitecto chileno  Smiljan Radic -quién presentó su obra en el pasado Congreso Arquine-. “El niño escondido en un pez” evoca la seguridad que aporta un refugio, haciendo referencia al terremoto que afectó Santiago de Chile en 2010-. Destacan las monumentales vigas de granito del español Antón García-Abril (“Balancing Act”) que caracterizan su obra por los juegos de gravedad y equilibrio.

Resulta imposible reseñar el conjunto de las obras destacadas en una sola nota. Basta mirar el plano de Venecia para comprender que la Bienal de Arquitectura no es una exposición puntual ni convencional. Es la presentación a escala urbana de una serie de investigaciones, de procesos, de conclusiones temporales y también, de auto-promoción a escala internacional. Más allá de concentrarse en las obras de vanguardia, cualquier visitante debe primero vivir la experiencia de perderse en Venecia.  La ciudad, como todas las ciudades, amerita paseos sin rumbo en sus barrios circundantes. Wim Wenders precisa que los edificios tienen mucho qué decirnos. La mejor manera de dialogar con ellos y con nosotros mismos es, sin duda, penetrando en sus espacios.

Junio, 2011

1 comentario:

  1. Trazo Semanal está mejor cada vez. Es ameno y comentarios pertinentes de actualidad. Le hacen falta fotos.

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