Eduardo Souto de Moura. Premio Pritzker. Por Rodolfo Santa María González



El arquitecto portugués Eduardo Souto de Moura es el nuevo Premio Pritzker de Arquitectura 2011. Instituido en 1979 por Jay A. Pritzker y su esposa, es el reconocimiento más importante en el mundo de la arquitectura. Se otorga anualmente a un arquitecto o arquitecta vivo cuyo trabajo construido “demuestre una combinación de talento, visión y compromiso” y que “ha producido contribuciones consistentes y significativas a la humanidad y el entorno construido a través de la arquitectura”.

En esta ocasión el jurado estuvo integrado por Peter Garth Palumbo, Alejandro Aravena, Carlos Jiménez, Gleen Murcutt, Juhani Pallasmaa, Renzo Piano y Karen Stein. De entre las consideraciones del jurado destacamos esta: “A lo largo de tres décadas Eduardo Souto de Maoura ha producido un compendio de obras que pertenecen a nuestro tiempo pero que también llevan los ecos de la tradición”. Una razón poderosa en un mundo que tiende a la eliminación de las particularidades.

Un día después de que la noticia del premio se “filtrara” a través de un portal de arquitectura, en un artículo publicado por el diario español El País, Emilio Tuñón calificaba la obra de Souto de Moura como “una de las más emocionantes y líricas de la arquitectura contemporánea”. Otro atributo poco común en la arquitectura reciente.

Eduardo Souto de Moura nació en Oporto en 1952. Durante sus estudios y a lo largo de cinco años colaboró con Álvaro Siza; en 1980 se graduó como arquitecto e inicio su actividad profesional independiente y al año siguiente su labor docente en la facultad de Arquitectura de Oporto en donde colaboró hasta 1991. Como profesor invitado ha recorrido lugares como París, Harvard, Dublín, Navarra, Zurich y Lausana.

La obra de Souto es extensa y abarca lo mismo museos y hoteles, que estaciones de metro, un cine y un estadio. Entre la obra pública destaca muy especialmente, el Estadio Municipal de Braga (2003), una obra que combina una lectura cuidadosa del lugar y una enorme sabiduría en la colocación de las dos piezas (gradas) que conforman el estadio. Sin duda una lección de dialogo entre arquitectura y lugar. Entre 1989 y 1997, emprende la rehabilitación del Monasterio de Santa María de Bouro, un ejemplo de diálogo inteligente entre la preexistencia y las nuevas inserciones y referencia inevitable en el campo de la reutilización. Otra obra significativa en la obra de Souto es La Casa das Historias Paula Rego (2005-09) en Cascais. Un interesante y propositivo diálogo entre arquitectura y paisaje, entre modernidad y tradición. Sin embargo, podríamos afirmar que es en el tema de la casa en donde este arquitecto ha desarrollado una parte importante de sus búsquedas y logrado sus hallazgos. Esta es una invitación a conocer su obra.

Este premio más que merecido a Eduardo Souto de Moura es doblemente importante cuando lo sumamos al Pritzker otorgado en 1992 a ese otro gran maestro de la arquitectura Portuguesa que es Álvaro Siza. En hora buena por Souto y por Portugal en un momento tan difícil para este país hermano.

Abril, 2011

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