Recientemente se ha generado una controversia por la construcción de los segundos pisos, los cuales generan molestias y caos vial en su tiempo de construcción y son considerados poco funcionales, además de fomentar el uso del automóvil. Según vecinos y autoridades delegacionales, el segundo piso en el tramo del Periférico, de San Antonio al Toreo y la Supervía del Poniente, que recién anunció su construcción el gobierno capitalino, no son la solución al problema vial. Como es el caso del jefe delegacional de la Miguel Hidalgo Demetrio Sodi, quien opina que las vialidades de estas características no han resuelto el problema del tránsito.
Además no cuentan con el presupuesto para terminar las obras como es el caso del distribuidor vial Centenario que se construye entre los límites de la delegación Gustavo A. Madero y Tlalnepantla, Estado de México. Fernando Aboitiz titular de la dependencia capitalina, analiza la contratación de una segunda empresa para reforzar los trabajos y concluir la obra que tiene dos años y medio de haber iniciado, aunque los vecinos estén en desacuerdo en vender parte de sus terrenos y dar paso a la obra del lado mexiquense, aunado a las afectaciones viales que se registran en ésta demarcación.
En una nota publicada el 15 de noviembre de 2009 en el periódico El Universal, la periodista Johana Robles comentaba sobre el distribuidor que va desde avenida Centenario hacia la Vía Morelos, que tiene conexión con la avenida Insurgentes rumbo a la autopista México-Pachuca, y que desde un recorrido por la zona observó que los trabajos estaban abandonados. Una parte del puente era usada como estacionamiento, e incluso que una base de peseros se había instalado en la zona. Otro obstáculo más en este tipo de vías es el uso de un chip de acceso como en el caso del Viaducto Elevado Bicentenario, dónde los usuarios que realizaron su pago, se encontraron con la sorpresa de que el chip no activó las plumas de acceso.
Por último, quiero pensar que los puentes fueron construidos para permitir llegar en menor tiempo a su destino a la población, y así aminorar el tráfico vehicular. Pero eso no necesariamente implica pagar una cuota, por ello tanto las Cámaras de Diputados, Senadores, autoridades delegacionales, los gobiernos del Estado de México y del Distrito Federal, deberían lograr acuerdos en los que beneficien a todas las partes.
Enero, 2010
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