No ha sido raro en la historiografía de la arquitectura dar a conocer alguna información no suficientemente verificada o incluso equivocada, que al ser repetida por otras fuentes, al cabo de algún tiempo, toma apariencias de verdad. Durante mucho tiempo se dijo, por ejemplo, que las casas coloniales eran un remanso para sus habitantes del trajín del exterior; investigaciones relativamente recientes han demostrado que eran todo lo opuesto y que estaban llenas de la vitalidad, los sonidos y las diversas actividades que resultaba de la ocupación de las diversas familias, pertenecientes a todos los niveles sociales, que las habitaban.
En el siglo XX, mucho se ha dicho que el Centro Urbano Presidente Alemán (CUPA), mejor conocido como el “Multifamiliar Alemán”, fue la primera edificación habitacional de este tipo; ahora podemos saber que no fue así. Este equívoco se ha repetido mucha frecuencia, no solo de palabra, sino por escrito en publicaciones especializadas y aún los propios habitantes del conjunto lo celebran y lo anuncian en la página electrónica del multifamiliar. Las causas de esta afirmación deriva seguramente de en que en el momento de su inauguración, fue publicitada como la gran obra de un régimen preocupado por resolver el problema de la habitación de los trabajadores, cuando en realidad eran vivienda para burócratas y no para otros sectores de la población mayormente necesitados.
Antes de que el Gobierno Federal, a través de la Dirección de Pensiones Civiles, emprendiera la edificación de esa obra, otra institución vinculada al Departamento del Distrito Federal, se dio a la tarea de proporcionar habitación a diferente tipo de trabajadores, creando para ello, el Banco de Fomento de la Habitación (1945), a través del cual mantenía vigente una tradición como constructor de casas para trabajadores, que había iniciado en 1932, con la edificación de las célebres Casas Obreras de Balbuena, proyectadas por el arquitecto Juan Legarreta.
El Banco de Fomento, inició inmediatamente sus trabajos como constructor de vivienda y su primera obra fue la Colonia del Parque, en el rumbo de Balbuena, y cuando aún estaba ésta en obra, inició la construcción de la Unidad Esperanza, en la colonia Narvarte, que es realmente el primer multifamiliar construido en México, que fue proyectada por el arquitecto Antonio Serrato, autor de otros proyectos habitacionales, como la Residencia de Estudiantes en la Ciudad Universitaria, que no llegó a realizarse.
No obstante, la vida del Banco de Fomento fue corta, pues al iniciar el gobierno presidencial de Miguel Alemán, fue absorbido por el BANOUPSA, que era el banco encargado de financiar la obra pública y que, a partir de ese momento, sería también un organismo constructor de vivienda, sin perder por ello sus funciones originales. Así fue como este último banco le correspondió concluir la terminación de la Unidad Esperanza, que a causa de las incorporación de un banco a otro experimentó diversos cambios en sus proyecto, como en sus especificaciones técnicas, que retrazaron la obra que debió haber sido concluida en 1947.
La Unidad Esperanza, fue inaugurada el 15 de diciembre de 1949, junto con otras obras para la ciudad, entre las que hubo avenidas y mercados; mientras que el multifamiliar Alemán —diseñado por el arquitecto Mario Pani en 1948—, había sido inaugurado el 1º de septiembre de ese mismo año, con motivo del tercer informe de gobierno del presidente Miguel Alemán. El CUPA, era desde luego una obra mucho más lucidora, con más de 1000 viviendas, mientras que la Unidad Esperanza tenía un poco mas de 200, aunque también se ha omitido mencionar que las condiciones de habitabilidad —erany siguen siendo— mucho mayores en esta última, donde hay departamentos de una a tres recámaras de 16 m2, aproximadamente, que contrastan con las dos recámaras de los departamentos del multifamiliar Alemán, cercanas a 7 m2.
Quedan aquí estos datos, para contribuir a aclarar el mito del “primer multifamiliar” construido en nuestro país.
Febrero, 2012
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