Guadalajara está de plácemes, el próximo viernes 14 de octubre inaugura los XVI Juegos Panamericanos para los cuales se han realizado diversas obras con la participación de múltiples instancias, públicas y privadas. 23 nuevos recintos y estadios para los deportes en competencia, como los complejos de tenis, gimnasia, ciclismo, beisbol, natación y clavados, voleibol, raquetbol, lucha grecorromana, básquet y tenis de mesa, además de la villa panamericana, conforman equipamientos que después de la contienda, quedaran en la ciudad para el beneficio de su población. Además, el flamante Estadio Omnilife, del equipo de futbol “Chivas”, inaugurado hace poco más de un año, será la sede tanto de la inauguración como de la clausura, y de los encuentros de futbol varonil y femenil. Así, parece que la mesa esta puesta para una justa memorable, en una ciudad que invierte para poner su nombre en el historial del deporte mundial, y deja para sí, instalaciones de vanguardia. No obstante, no todo es tan positivo, veamos algunos problemas.
El estadio de atletismo, se terminaría días antes de la inauguración de los juegos, las dificultades para la construcción de la Villa Panamericana fueron enormes, de una idea de ubicación en el centro de la ciudad, alrededor del Parque Morelos, un tanto descabellada y al final utópica, a donde finalmente se hizo, en Zapopan cerca del Estadio de las Chivas, y donde todavía hay problemas con el uso del suelo. Explotación política del evento por parte del gobernador, en sus pretensiones para ser candidato a la presidencia de la república, finalmente frustradas, y algunas dudas de la eficiencia en la operación de los juegos, por diferencias entre las distintas autoridades deportivas nacionales. En fin, ojalá los problemas técnicos y políticos, no empañen un esfuerzo gigante donde podemos salir bien librados, como país y ciudad organizadora, con nuestros deportistas que pueden crecer en su desarrollo y regalarnos un buen número de medallas, y con nuevos equipamientos deportivos y de recreación, para la Guadalajara de estas primeras décadas del siglo XXI.
Al final, una reflexión sobre Estadio Omnilife de las Chivas, el equipo de mis amores. La relación del dueño, Jorge Vergara, del Club Deportivo Guadalajara con su afición, desde 2002 que llego, ha sido tormentosa en muchos sentidos, de amor y odio, sus cambios de humor y entrenadores a lo largo del tiempo, su actitud pretensiosa y empresarial respecto a la marca “Chivas”, su exiguo logro de un campeonato en 9 años, contrastan con el desarrollo positivo de las fuerzas básicas, que ha permitido exportar a la Liga Premier de Inglaterra a Javier Hernández el “Chicharito”, y sobre todo por haber construido el nuevo estadio. Justo la revista Obras, recién nombró al Estadio de las Chivas, como la obra del año 2011, reconocimiento que coincidimos por ser una propuesta arquitectónica eficiente, flexible en usos, atractiva formal y espacialmente y con un impacto social innegable.
Faltan algunos aspectos por resolver, como una serie de obras viales para mejorar los desahogos y más rutas de transporte público, pero sin duda, este nuevo recinto para el espectáculo, concebido por los arquitectos franceses Jean-Marie Massaud y Daniel Pouzet, y materializado por los ingenieros españoles Luis Bozzo Estructuras y Proyectos, y los arquitectos mexicanos VFO, representa lo mejor de la arquitectura mexicana en la primera década del siglo XXI.
Octubre, 2011.
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