Pedro Ramírez Vázquez: una vida, varias obras. Por Fernando Minaya

En la década de 1920, el arquitecto Pedro Ramírez le ayudaba a su padre a colocar libros en la banqueta para venderlos, al norte del centro de la Ciudad de México, ese fue el medio de manutención de la familia. Posteriormente estudia y se recibe de arquitecto en 1943; Profesionista joven y entusiasta que vislumbraba un futuro prometedor. Los primeros trabajos fueron para el CAPFCE, a través del proyecto de escuelas prefabricas para llegar a un número record de 35 mil aulas en todo el territorio.
Más tarde es colaborador en la construcción de la Facultad de Medicina de la UNAM, y es nombrado presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de 1968, celebrados en México. Para principios de la década de 1970 es participe fundador y rector de nuestra casa abierta al tiempo, de ahí que la UAM le tenga un profundo agradecimiento, y por tanto haya realizado su homenaje en la Rectoría General a principios del presente año.
El arquitecto es uno de los participes en la construcción de una arquitectura moderna mexicana, a través de sus obras, ha ocupado puestos en el gobierno federal y fue uno de los  beneficiados a quien le encomendaron la construcción de varios edificios institucionales. Obras como el Museo de Arte Moderno en 1964, el antiguo edificio de la Secretaria de Relaciones Exteriores, el Estadio Azteca en 1965, la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe en 1975, el Congreso de la Unión en 1981, y una de sus obras más representativas, el Museo de Antropología e Historia, el cual está en proceso de ser declarado Monumento Artístico de la Nación.
El pasado 16 de abril Pedro Ramírez Vázquez cumplió 90 años de vida, y ya ha recibido varios homenajes, además de impartir una conferencia en el museo Soumaya, en donde dejo en claro que la principal actividad del arquitecto es servir a la gente, y sobre todo que se pueda generar una experiencia de vida al interior de los inmuebles.
El despacho Ramírez Vázquez sigue funcionando con la mano del arquitecto como guía, junto con su equipo de colaboradores, proyectos tanto en México como en el extranjero siguen en pie. También es importante mencionar la actividad en conjunto que realizó con otros colegas connotados, como son los casos de Abraham Zabludovsky, Teodoro González de León y Augusto Álvarez, entre otros.
Sin lugar a dudas, por mucho tiempo más estaremos escuchando noticias sobre la labor profesional de Pedro Ramírez Vázquez, ya que su incansable deseo de seguir contribuyendo con sus diseños a la sociedad es distinción de dedicación y pasión por su oficio.

Mayo, 2009.

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