El nuevo
Sistema de Transporte Público en Culiacán. ¿Ahora sí?*
Juan Carlos Rojo Carrascal**
Otra vez sale el transporte público a escena. Materializar
un sistema integral de transporte público en Culiacán no es una novedad. Ha
sido una multipostergada inversión para la ciudad que siempre termina cediendo
los recursos a obras para los automóviles.
Desde que el Implan comenzó a operar en Culiacán, en 2005,
se puso en la mesa esta urgente necesidad. Era sencilla la propuesta, pero
complejo el proceso. Se trataba de convertir el modelo hombre camión (que hasta
ahora permanece) a un modelo empresarial de rutas integradas.
Trataré de aclarar esto último. Actualmente todas las rutas
de transporte público en Culiacán tienen diferente número de unidades donde una
sola persona es dueña de uno o más camiones y se dedica a mantener en el mejor
estado posible esa unidad, a contratar operadores y a cubrir un itinerario de
recorrido. Varios dueños de unidades forman una ruta y ellos se ponen de
acuerdo para distribuir los horarios y tratar de dar el mejor servicio posible.
En este esquema incluso ya se genera una competencia entre propietarios de una
misma ruta o entre rutas diferentes. Aquí también aflora la demanda contra el
servicio. Muchas rutas no operan en horarios nocturnos porque no es costeable,
sobre todo si esto implica riesgos a choferes o usuarios.
Este esquema termina generando un modelo que intenta ofrecer
un buen servicio a las personas, aunque termina siendo insuficiente para sus
necesidades y hace que continuamente añoren no depender de él. El sistema
empresarial hace a todos los propietarios socios de una ruta y se enfocan más a
ofrecer un servicio que solo a mantener su unidad.
Fue durante el gobierno de Jesús Aguilar Padilla que se
propuso un nuevo sistema de transporte público para Culiacán. A nivel nacional
la capital sinaloense parecía ser una de las primeras que lograría esta
transformación. La ciudad de León había dado el primer paso con su sistema
Optibús, luego la ciudad de México con el Metrobús y Guadalajara con el
Macrobús. Todas ellas inspiradas en los eficientes sistemas de transporte de la
ciudad de Curitiba, Brasil y el entonces naciente Transmilenio en Bogotá, Colombia.
A partir de entonces, muchas ciudades medias pusieron el
foco en la inminente necesidad de transformar el sistema de transporte público
para que éste fuera más incluyente, funcional, accesible y, sobre todo, seguro.
Culiacán se fue quedando atrás y el proyecto no prosperó, solo hubo un cambio
de imagen (Red Plus) y nada más. En el gobierno de Quirino Ordaz no sólo no
cambió, sino que se adquirieron más unidades del mismo tipo que ya son
obsoletas por ser tan excluyentes.
Una unidad de transporte público se considera inclusiva
cuando cualquier persona puede acceder a ella sin problema. Una de las
principales barreras de los autobuses es cuando para acceder se requiere subir
varios escalones. Las nuevas unidades de piso bajo están prácticamente a la
altura de las banquetas y eso facilita la entrada de personas mayores, con
bastones, sillas de ruedas, carriolas, patinetas e incluso bicicletas. Este
tipo de autobuses aun no existen en Culiacán.
Otro factor adicional que ya debiésemos considerar para que
el transporte sea completamente inclusivo son los trayectos peatonales previos
al abordaje. Generalmente es una limitante para el uso del transporte público.
Siempre debemos tomar en cuenta que el transporte público sigue siendo el
principal medio de transporte de la población en la mayoría de las ciudades
mexicanas.
Recientemente, Jesús Estrada Ferreiro refrescó el tema.
Aunque no es competencia del Municipio, lo promovió como algo que le hacía
falta a Culiacán. Se refirió al sistema llamándolo Metrobús (como se llama el
sistema de la Ciudad de México) con la intención de ponerlo en la mesa como
urgente necesidad. La idea estaba, el proyecto no.
Recientemente, el Gobernador Rubén Rocha Moya anunció un
paquete de proyectos de los cuales destaco la intención de transformar el
sistema de transporte en Culiacán, que le siguen llamando Metrobús. Espero que
pronto veamos algo más que el trazo de dos rutas y ya se pueda hablar de nuevos
vehículos que ofrezcan seguridad y eficiencia.
En otras ocasiones he mencionado el sistema Vayven de la
ciudad de Mérida. En dos años la capital yucateca inauguró decenas de rutas por
toda la ciudad (incluso a poblados cercanos) con nuevas unidades, de las más
modernas y eficientes en Latinoamérica. Este nuevo sistema de transporte
incluye vehículos totalmente eléctricos como el Ietram y una importante
flotilla de unidades híbridas. Todos ellos equipados con accesibilidad
universal (sillas de ruedas, carriolas, bicicletas), aire acondicionado, wifi,
asientos preferenciales, pago con tarjeta, etcétera. Una clave importante en
Mérida fue que la inversión puso el foco en las nuevas unidades, antes que
invertir en puentes, dobles pisos, túneles o incluso libramientos viales.
Simplemente se priorizó en el principal medio de transporte de los meridanos.
El resto de las obras anunciadas para Culiacán deja claro
que se sigue confundiendo gravemente dos términos: movilidad y tráfico vial.
Mientras no se piense en la gente que camina, la que se mueve en bicicleta, los
niños, las personas mayores, las mujeres; no se está pensando en movilidad,
solo se intenta resolver problemas de tráfico vial.
“Estos proyectos de movilidad urbana resolverán problemas de
tráfico en las cinco principales ciudades”, dijo el Gobernador.
No debo ser el único convencido de que esto no sucederá así,
por lo menos, mientras se siga intentado resolver el problema a quienes no
tienen la mínima intención de disminuir sus viajes en automóvil.
Para las ciudades del futuro, las ciclovías, las áreas
peatonales, y un buen sistema de transporte público, favorecerán a más gente y
principalmente a la población más excluida. Hacer más calles y puentes
equivaldrá a más tráfico y automóviles y beneficiará, temporalmente, a un
selecto sector ciudadano que siempre ha tenido privilegios en la ciudad. Es
tiempo de cambiar. La fórmula es simple.
**Arquitecto, Maestro en Arquitectura, Doctor en Geografía y
profesor de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Septiembre 2024
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