Ciudad y arquitectura en Sinaloa


 

Katia Soledad Aguilar Sánchez*

Dr. Alejandro Ochoa Vega**

 

El pasado 4 de Febrero se llevó a cabo la conferencia, “Visión Urbana y Arquitectónica en Sinaloa, Realidades y expectativas” a cargo de los arquitectos Jaime Juárez, Jorge Guillermo Ruiz, Jacobo Sevilla y el  doctor Jorge Aviña. Evento del ciclo de conferencias virtuales 2021 de la Academia Nacional de Arquitectura, en este caso con la presentación de integrantes del Capítulo Sinaloa.

La primera intervención  fue de los arquitectos Juárez y Ruíz, con el tema “Culiacán 70 años de provincia a metrópoli”, refiriendo que en 1804,  la villa de Culiacán tenía más de 250 años de fundada y estaba formada por pocas manzanas, a lo largo de la ribera izquierda del Río Tamazula. En 1902 la villa seguía creciendo, en esta época se construye el Puente Cañedo, y el Puente Negro, ambos en funcionamiento hasta ahora y el segundo verdadero símbolo de la ciudad.

Ruiz resaltó lo que para él era la arquitectura sobresaliente de la ciudad que comenzó en el siglo XIX y la primera parte del siglo XX, como la Plaza Álvaro Obregón (que es la principal de Culiacán) donde está la Catedral. Comentó que  el desarrollo agroindustrial a partir de los años cuarenta del siglo pasado generó una mejor economía, no obstante la ciudad creció sin planeación, a pesar de que Mario Pani propuso un plan regulador, que desgraciadamente no se aplicó.


 

Una de la obras representativas de ese periodo de la modernidad arquitectónica de Culiacán que resalto el arquitecto Ruiz, fue el Centro Cívico Constitución, del arquitecto Jaime Sevilla, ubicado a la orilla del rio Tamazula, y que cuenta con biblioteca pública, museo, zoológico y áreas deportivas. Un proyecto de equipamiento urbano de carácter social y recreativo que marcó a la ciudad en su etapa de modernización.

Previamente en los años cuarenta, un edificio había marcado los primeros pasos de la modernidad, el Casino Culiacán de rasgos Art Deco, y ya en los sesentas otro caso refleja la consolidación, El Santuario de Guadalupe de La Lomita, con una estructura de cascarones paraboloides hiperbólicos. Recurso tecnológico que ya se anunciaba desde años atrás con el templo del Carmen inspirado en La Purísima en Monterrey del arquitecto Enrique de la Mora.


El arquitecto Juárez agregó que en la década de los sesentas y setentas ya existía un plano regulador, que surgieron asentamientos a lo largo de los tres ríos que atraviesan la ciudad y se integraron algunas áreas verdes, como el Parque Revolución con su gimnasio, sede de encuentros deportivos, sociales y políticos. El centro de la ciudad, se fue transformando paulatinamente, a través de menos viviendas y más oficinas y comercios, y a fines de los setentas se crean dos grandes proyectos, la Unidad Administrativa adonde se desplazarían los palacios de Gobierno y de Justicia y  el Centro Cultural Genaro Estrada. Este último, un complejo que dio un giro radical para la cultura regional, al incluir un teatro con todos requerimientos técnicos para grandes espectáculos, biblioteca pública, escuela de arte, salas para exposiciones, un cine y cafetería. Para el arquitecto Ruiz esta edificación, junto con el Hotel Ejecutivo (hoy Wyndham) y el edificio de usos mixtos El Dorado, fueron un parte aguas para la arquitectura de Culiacán, al inaugurar una modernidad con elevadores, cafeterías, restaurantes, estacionamientos y otros servicios.



 

A finales de la década de los ochenta se crearon algunos parques como el Culiacán 87, ubicado en una zona popular de la ciudad, con áreas deportivas, lago artificial, albercas y un gran teatro al aire libre, y el Jardín Botánico fundado por el  ingeniero  Carlos Murillo, que se convierte en un icono de la ciudad, rediseñado después del año 2000 con edificios de Tatiana Bilbao y obras de arte de grandes artistas. Estos proyectos de espacio público y de recreación han favorecido la cohesión social en la ciudad y una excelente opción para la población de Culiacán.


Estanque del Jardín botánico

En la década de los noventa se construyó el nuevo Palacio Legislativo, el aeropuerto se amplió y modernizo, ya en el nuevo siglo, en 2004 se elaboró un nuevo plan regulador, planteando un crecimiento deseable hacía el sur de la ciudad. También en esos años surgió un desarrollo muy ambicioso de prácticamente una ciudad nueva, con lago artificial y de acceso exclusivo a los habitantes del lugar, tal como viene sucediendo en todas nuestras ciudades en los últimos años, La Primavera. En este proyecto, los arquitectos de paisaje consideraron el control de la temperatura y humedad en la vegetación, buscando contrarrestar las altas temperaturas del verano sinaloense y lograr vistas agradables para los habitantes.  


El Proyecto Tres Ríos Culiacán implementado a partir de inicios de los noventas ha detonado un Culiacán en desarrollo constante, derivando entre otros proyectos el Parque las Riberas, diversos puentes peatonales, multimodales, la renovación del Estadio de Béisbol de los Tomateros de Culiacán,  hoteles de gran turismo y centros comerciales, todo con la idea de construir un Culiacán más atractivo para propios y extraños.


Llegó el turno del arquitecto Jacobo Sevilla que presentó su proyecto de  “Isla Cortés”, el cual nació en los años noventa, cuando un grupo de ejidatarios lo buscaron para que realizara una granja de camarón, sin embargo al analizar las características del sitio, un brazo de tierra (o sea más una península que una isla) frente a la playa tradicional de Altata por un lado, y el Mar de Cortes por el otro, les propuso mejor realizar un desarrollo turístico, tomando en cuenta que Culiacán está a 50 minutos.  En 5 años lograron que el predio se volviera propiedad privada, comenzaron a trabajar y algo que el arquitecto resaltó fue la variedad de flora y fauna, como atractivos del sitio. El plan maestro se diseñó para que un 80% existiera movilidad náutica, 4 campos de golf, un puente que libra 40km de terreno fangoso que da acceso inmediato a la “isla”, un club de playa, hotel, manglares y un condominio llamado Villas del Mar.



Algo interesante es que no tenían financiamiento bancario, todos los ingresos salían de un plan de promoción y ventas con grupos de personas interesadas en el proyecto.


Atardecer en Isla Cortés

Al final lo que se puede resaltar en todas las intervenciones fue las bondades de la naturaleza en la región, tanto para la economía por su producción agroindustrial como para generar sitios de interés turístico.  Culiacán, de una ciudad provinciana y sin grandes atractivos a principios del siglo XX, a otra que un siglo después, crece y se desarrolla desde proyectos de inversión privada, a otros que desde los gobiernos locales, implementan parques y zonas de recreación.

 

Marzo 2021

*Pasante de Arquitectura, UAM Xochimilco.

**Editor del Trazo Semanal.







 




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