La educación
superior siempre ha sido un tema de discusión complejo, buscando respuestas a
¿cómo debería ser?, ¿cómo habría de impartirse?, ¿cómo tendrían que ser los
espacios dedicados al aprendizaje?, si bien es cierto que en diferentes medios
se discute y publica sobre estos temas, también es verdad que, la toma de
decisiones y acciones de estos queda sólo en unos cuantos. Aún siendo así, será
verdad que, para que un alumno se pueda desenvolver adecuadamente, ¿sólo se
necesite renovar planes de estudio,
metodologías de enseñanza y crear espacios adecuados? Es decir entre las
personas e instituciones encargadas de desarrollar, enseñar y diseñar los
espacios de educación, ¿dónde queda uno como estudiante?, en que parte empiezas
a involucrarte en la toma de decisiones que forjaran la base de tu formación
profesional. Tal vez un primer paso sea el elegir una profesión, ver si se
tienen las aptitudes y el interés para cursarla, pues no se trata solo del
poder ingresar a una universidad, sino que también conlleva una
responsabilidad, siempre está el informarse antes y después en qué consiste
elegir estudiar una profesión, ya que muchas veces se ingresa con una idea
errada.
En el caso de
la arquitectura casi siempre se ingresa con una visión limitada de lo que
supone realmente, no hay que confundir el dibujar planos y realizar maquetas,
con el diseño, la arquitectura consiste en un trabajo interdisciplinario e involucra
diversos procesos, como el desarrollar estrategias, construir teorías y
realizar críticas, haciendo uso de la información, la lectura, el concepto y la
metáfora. También está el apoyarse en las demás disciplinas, historia,
matemáticas y estructuras, así como también en los procesos constructivos y
administrativos.
Estudiar
arquitectura significa asumir el compromiso de ser más proactivo, aventurarse a
salir de la comodidad de las aulas para ver lo que está sucediendo afuera, no
todo se aprende en un restirador o enfrente de una pantalla, así que también
está el asistir a conferencias y seminarios, como el visitar exposiciones,
recorrer la ciudad y por supuesto observar arquitectura, ya que todo
planteamiento de un proyecto realizado se basa en conocimientos acumulados y experiencias
adquiridas a través del tiempo.
Al final quizá la decisión más importante parte de la reflexión: una buena formación académica no radica solo del depender y exigir a los demás, sino también en el dar, en superarse a sí mismo, pues cada quien es responsable de su propio aprendizaje, uno aprende tanto como quiere de acuerdo a sus intereses.
Octubre, 2013
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