Línea 12 STC Metro. Modernidad estremecedora. Por Claudia Chávez Albor



Tláhuac y Tlaltenco, poblados de antecedentes prehispánicos ubicados al sureste del Distrito Federal han comenzado un proceso de urbanización incontrolable; derivado de la inserción del desarrollo en el sitio en estas localidades desatando una serie de  transformaciones en el lugar.

La consolidación de muchas de las actuales colonias en el territorio se dio desde el siglo XX, y desde entonces la planeación logró mantener dos vacíos importantes como reservas ecológicas que hasta ahora han negado la  relación directa con la ciudad formal, uno al poniente de Tláhuac que forma parte del territorio llano de Tlaltenco  y se conecta con la zona chinampera de Xochimilco, y otro en las faldas de la sierra de Santa Catarina.

Actualmente estas reservas ecológicas aun pertenecientes a ejidatarios, se ven fuertemente amenazadas por los asentamientos irregulares, la expansión urbana en las zonas rurales sin control, y ya se han empezado a establecer familias que construyen su vivienda con materiales precarios, por miedo a que sean despojados de su tierra. Pero aun más preocupante, es que la inversión privada ha puesto los ojos en esta delegación, porque ahora la conexión de esta zona periferiférica  con la ciudad central –a causa de la llegada de la línea 12 del metro-  ha propiciado que el desplazamiento tome menos tiempo.

Jorge Legorreta en 2004 ya señalaba sobre el riesgo de la expansión de la mancha urbana sobre  el verdor de las chinampas de Tláhuac. Este presagio parece acelerarse en gran medida a causa de la construcción de la  línea dorada del sistema de transporte colectivo metro, y es que incluso antes de que se anunciara formalmente el proyecto, se modificaron considerablemente los usos de suelo de los Programas Delegacionales de Desarrollo Urbano, de 1997 a 2008, reduciendo el porcentaje de áreas verdes y aumentando la altura de los niveles de construcción. También, se han establecido perímetros en los que el uso de suelo habitacional se ha transformado a, habitacional con comercio.

Pero lo que definitivamente cambiara tanto la imagen como la estructura urbana, son los usos de suelo permitidos en los bordes de recorrido del metro, que de uso habitacional se modifico a usos mixtos, permitiendo el establecimiento de oficinas, comercio y habitación.

El territorio de Tláhuac, sufrirá una fuerte re densificación derivada de futuras e importantes inversiones inmobiliarias. Por un lado, estas acciones estarán a cargo de pequeñas inmobiliarias que se ocuparan de los predios baldíos, o con poca construcción dentro de la traza de las colonias existentes, y por el otro, desde 2010 se viene  anunciando la creación  de unidades habitacionales al sur de esta zona, por parte del gigante de la construcción habitacional GEO.

El verdadero problema es justo ese  ¿donde se alojara la vivienda masiva que se construirá en Tláhuac?. La única respuesta  que podría tener esta pregunta, es hacia las reservas ecológicas, puesto que hacia el lado poniente la preservación de las chinampas ha sido uno de los territorios considerados por la UNESCO como patrimonio de la humanidad.

Ambas formas de ocupación del territorio son un riesgo para el sitio, pero lo más preocupante es la alternativa masiva, es decir la densificación planeada está limitada por una traza que morfológicamente será transformada, aumentando alturas, entre otros problemas, no así en los espacios vacíos de grandes dimensiones, en ellos todo puede pasar.

Este panorama nos permite observar como continúa la urbanización extensiva de la ciudad, en perjuicio de los poblados periféricos, Tláhuac y Tlaltenco, que se habían mantenido al margen del desarrollo urbano-arquitectónico al que se había sometido  la ciudad durante el siglo XX, pero con la implementación reciente de la nueva línea del Metro en el territorio, se pierde toda esperanza de mantenerse en un bajo perfil fuera de la mira de los sedientos cazadores de bienes raíces.

Enero, 2013

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