La transformación urbana a mediados del siglo XX de Bogotá, Colombia, Por Fernando Minaya



Después de 1945, la modernidad en Colombia tuvo una aceptación importante por parte del Estado y en particular, en el Ministerio de Obras Públicas, principalmente a través del racionalismo y funcionalismo arquitectónico, aunque hubo otras expresiones como el organicismo, historicismo y otras manifestaciones tradicionales. Al ministerio también se le unió la Universidad Nacional y la revista Proa como los principales actores de impulso y discusión de los principios modernos. En agosto de 1946, Proa en su primer número  abordó varios puntos “para que Bogotá sea una ciudad moderna”, entre ellos resaltaban: que en la ciudad predominaba el adobe y la tapia pisada, por lo que era urgente demoler y arrasar con todo; Bogotá no fue planificada y era un baldío; la ciudad era un centro de reclusión de calles estrechas; entre otros puntos relevantes que sin duda el Estado adoptaría en los siguientes años.

El Plan Director y el Plan Regulador

El interés por la nueva arquitectura fue motivado por uno de los actores que estuvo en la cima del movimiento moderno, Le Corbusier, la gran figura para muchos arquitectos y políticos colombianos que veían en él la solución de primer mundo para Bogotá. A través de Eduardo Zuleta Ángel, quien fue ministro colombiano ante la Organización de Naciones Unidas y presidente de la comisión para estudiar, aprobar y asignar el encargo del edificio de la sede en Nueva York de la recién creada Organización de Naciones Unidas (ONU), se invitó a Colombia al prominente arquitecto. En consecuencia, fue claro el apoyo y recomendación que le brindara el Estado para realizar el Plan Director, con anuencias del mismo Presidente Mariano Ospina y colaboradores de gabinete, hacia las propuestas del arquitecto europeo.

A través de los CIAM y los postulados aplicados, Le Corbusier une al equipo de trabajo a Town Planning Assosiates, fundada por Paul Lester Weiner y Josep Lluís Sert en 1945. El encargo fue realizar el Plan Piloto de la ciudad de Tumaco, Medellín, Cali y el Plan Regulador de Bogotá. Esto reflejaba la fuerte influencia que ejercieron los postulados de Le Corbusier, en conjunto con Wiener y Sert, aunado con la Revista Proa y el Ministerio de Obras Públicas. El Estado tuvo su actuación estelar cuando todo el gabinete estaba de acuerdo en la expansión de ciudad y desarrollo de edificios con arquitectura de estilo internacional. Finalmente, el proyecto se llevó a cabo parcialmente, la interrupción se debió a los problemas políticos y las fuertes críticas de la propuesta, por la depredación del patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad. En la actualidad se observan algunos trazos de la estructura urbana proyectada en esos planes. El urbanismo del movimiento moderno permeó en gran medida a Latinoamérica, dejando a su paso las formas urbanas actuales; resultado hibrido de la ciudad clásica y moderna.

Junio, 2011

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