La
definición del concepto de patrimonio lo entendemos como la herencia que nos
dejan nuestros antepasados, sobre la misma razón de pertenencia de la patria o
los padres. De ello es lo comprendido sobre los bienes que heredamos y la
existencia de lo material viene acompañada del valor intrínseco, que
caracteriza a los objetos que poseemos en el trayecto de la vida, de los
momentos que determinan cambios significativos de su procedencia o desarrollo,
la apropiación y rasgos del entorno adquirido, construido de los bienes
tangibles.
“Patrimonio
es el conjunto de las obras del hombre en las cuales una comunidad reconoce sus
valores específicos y particulares y con los cuales se identifica. La
identificación y la especificación del patrimonio es por tanto un proceso
relacionado con la elección de valores” (Carta de Cracovia, 2000)
El
término de patria también se relaciona al lugar de origen de los que heredan y
se liga directamente al concepto de nación (Gómez-Urquiza, 1997:37). La
interpretación del patrimonio histórico son todos los bienes desarrollados en
el transcurso de una civilización, ellos tienen la características de ser parte
de un suceso y evolución histórica. El cual modifica o impacta la vida de la
sociedad, donde la relación cultural es primordial por la conformación de los
pueblos, sea la obra de carácter modesto o majestuoso.
El
patrimonio cultural son los bienes culturales que la historia transfirió a una
nación y por aquellos que en el presente se crean, en donde la sociedad les
otorga una especial importancia histórica, científica, simbólica o estética. Es
la herencia recibida de los antepasados, y que viene a ser el testimonio de su
existencia, de su visión de mundo, de sus formas de vida y de su manera de ser.
También es el legado para las futuras generaciones. El valor del patrimonio cultural es la
aseveración de la conciencia colectiva de la sociedad, es la parte que le da
personalidad histórica y cultural de todo pueblo para tomar las costumbres y
raíces de identidad de la comunidad. (Carta de Barcelona, 2001)
La
interacción del patrimonio histórico y cultural está fuertemente unida a la
producción tangible e intangible, tanto de las necesidades propias de la región
y del pensamiento colectivo, bajo la construcción de la imagen e identidad. En
este caso, la arquitectura es parte fundamental de la representación de la
cultura y la huella del pasado.
“El
patrimonio arquitectónico, urbano y paisajístico, así como los elementos que lo
componen, son el resultado de una identificación con varios momentos asociados
a la historia y a sus contextos socioculturales.” (Carta de Cracovia, 2000)
El
patrimonio arquitectónico está constituido tanto por aquellos edificios
monumentales y singulares, como por aquellos que son simples y sencillos que
caracterizan, otorgan identidad a los barrios y ciudad. Los cuales son parte
invariable del origen y memoria física de un pueblo. En conclusión, la
arquitectura juega un papel fundamental del proceso histórico y objetos
tangibles, que constituyen la ciudad. Por ello se debe tomar en cuenta cada vez
que modifiquemos el patrimonio esta última condición, de igual manera permitir que sucedan procesos
de transformación, con profundas reflexiones y discusiones de la sociedad y
establecer ideas contemporáneas de las coyunturas o evoluciones –o
involuciones, según sea el caso- y el patrimonio arquitectónico no se convierta
en una instantánea de aquel recuerdo, de lo que fuimos o anhelamos como nación,
y por supuesto permitir la libre expresión popular de la cultura, como fuente
inequívoca de constitución de un pueblo soberano.
1. Gómez-Urquiza, Mercedes (1997): “El
concepto de Patrimonio, Fundamento para su Conservación y Especulación”, en, De
Anda, Enrique (coord.), Especulación y Patrimonio, UNAM. México.
1. Carta de Barcelona (2001): en http://www.international.icomos.org
2. Carta de Cracovia (2000): en
http://www.international.icomos.org
Marzo,
2011
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