La tradición de revistas de arquitectura en México
nos lleva a pensar en su papel para la difusión y crítica de una profesión más
que significativa para el desarrollo del país. Desde El arte y la ciencia,
editada por Nicolás Mariscal en el porfiriato, después Arquitectura México que
con dirección de Mario Pani reseño nuestra modernidad funcionalista, hasta las
recientes que dan cuenta de la producción arquitectónica contemporánea, son
constancia impresa de lo realizado a lo largo de más de 100 años en el país. En
todas ellas, el registro de obras de cada una de las épocas permitió difundir
tendencias y búsquedas que no en pocos casos fueron pauta en la arquitectura
nacional. Desde los nombres y protagonistas más reconocidos, hasta los novatos
y menos difundidos tuvieron la posibilidad de aparecer en las páginas de
diversas publicaciones, ya sea de carácter oficial y gremial, hasta las
privadas, sin olvidar las universitarias y de perfil académico.
No obstante, las revistas especializadas en
arquitectura, urbanismo y construcción en nuestro país han privilegiado siempre
la difusión, a través de una lectura descriptiva y esquemática de las obras
mostradas, careciendo en buena medida de una interpretación más crítica. Dicho
perfil no deja de tener importancia al ser una primera aproximación y abarcar
un buen número de casos, pero entonces la posibilidad de analizar más en
detalle las condiciones de realización de las obras, su impacto urbano y
características funcionales, formales, espaciales y tecnológicas es desechada
como criterio editorial. Las razones que pueden explicar esta situación son
varias: falta de una tradición de crítica arquitectónica en México,
susceptibilidad de los arquitectos y reserva de los analistas, falta de
espacios y promoción para este tipo de práctica, intereses creados y falta de
compromiso por asumir una posición ante la realidad urbano arquitectónica
contemporánea, entre otras.
Es así, que en este modesto espacio, El Trazo
Semanal, pretendemos ofrecer una voz crítica respecto a los muy variados y
amplios problemas, manifestaciones y expresiones que la ciudad y su
arquitectura cada día presenta, sin otro objetivo que poner en la mesa un
planteamiento más para la reflexión. Es por demás decir que por la extensión
del espacio, no pretendemos hacer críticas arquitectónicas exhaustivas, pero si
un apunte con las bases suficientes y el conocimiento de causa que permita
abrir la discusión, con libertad y responsabilidad.
Desde el comentario sobre un nuevo edificio, hasta
la reflexión sobre las obras del gobierno de la Ciudad de México, sin olvidar
realizaciones del resto del país, podrán ser algunos de los temas a tratar.
La réplica, comentario e incluso desacuerdo con lo
que aquí se diga son absolutamente bienvenidos, con la idea de poder enriquecer
la reflexión. La sociedad mexicana contemporánea y sus ciudades enfrentan retos
muy complejos; es de esperar entonces que este espacio editorial, con todo y
sus limitaciones, pueda vislumbrar algunas respuestas.
Febrero, 2012
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