De la difusión a la crítica arquitectónica. Por Alejandro Ochoa Vega



La tradición de revistas de arquitectura en México nos lleva a pensar en su papel para la difusión y crítica de una profesión más que significativa para el desarrollo del país. Desde El arte y la ciencia, editada por Nicolás Mariscal en el porfiriato, después Arquitectura México que con dirección de Mario Pani reseño nuestra modernidad funcionalista, hasta las recientes que dan cuenta de la producción arquitectónica contemporánea, son constancia impresa de lo realizado a lo largo de más de 100 años en el país. En todas ellas, el registro de obras de cada una de las épocas permitió difundir tendencias y búsquedas que no en pocos casos fueron pauta en la arquitectura nacional. Desde los nombres y protagonistas más reconocidos, hasta los novatos y menos difundidos tuvieron la posibilidad de aparecer en las páginas de diversas publicaciones, ya sea de carácter oficial y gremial, hasta las privadas, sin olvidar las universitarias y de perfil académico.

No obstante, las revistas especializadas en arquitectura, urbanismo y construcción en nuestro país han privilegiado siempre la difusión, a través de una lectura descriptiva y esquemática de las obras mostradas, careciendo en buena medida de una interpretación más crítica. Dicho perfil no deja de tener importancia al ser una primera aproximación y abarcar un buen número de casos, pero entonces la posibilidad de analizar más en detalle las condiciones de realización de las obras, su impacto urbano y características funcionales, formales, espaciales y tecnológicas es desechada como criterio editorial. Las razones que pueden explicar esta situación son varias: falta de una tradición de crítica arquitectónica en México, susceptibilidad de los arquitectos y reserva de los analistas, falta de espacios y promoción para este tipo de práctica, intereses creados y falta de compromiso por asumir una posición ante la realidad urbano arquitectónica contemporánea, entre otras.

Es así, que en este modesto espacio, El Trazo Semanal, pretendemos ofrecer una voz crítica respecto a los muy variados y amplios problemas, manifestaciones y expresiones que la ciudad y su arquitectura cada día presenta, sin otro objetivo que poner en la mesa un planteamiento más para la reflexión. Es por demás decir que por la extensión del espacio, no pretendemos hacer críticas arquitectónicas exhaustivas, pero si un apunte con las bases suficientes y el conocimiento de causa que permita abrir la discusión, con libertad y responsabilidad.

Desde el comentario sobre un nuevo edificio, hasta la reflexión sobre las obras del gobierno de la Ciudad de México, sin olvidar realizaciones del resto del país, podrán ser algunos de los temas a tratar.

La réplica, comentario e incluso desacuerdo con lo que aquí se diga son absolutamente bienvenidos, con la idea de poder enriquecer la reflexión. La sociedad mexicana contemporánea y sus ciudades enfrentan retos muy complejos; es de esperar entonces que este espacio editorial, con todo y sus limitaciones, pueda vislumbrar algunas respuestas.

Febrero, 2012

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