Plaza del danzón, una juventud olvidada. Por Aldo Lúa

La plaza de la ciudadela, ubicada en la calle de Enrico Martínez frente a la Biblioteca México, se convierte sábado a sábado a partir de las 12:00 hrs. en “La Plaza del Danzón”. La cual acaba de cumplir su décimo sexto aniversario, llegando a reunir a más de 2 mil personas de todas las edades.

¿Y qué es lo que la hace tan popular? Pregunta que solo se puede responder después de haber estado ahí, solo así aprendes que es el significado de un sábado en la plaza del danzón. Para muchas mujeres, significa el volver a usar las zapatillas que estaban guardadas de hace décadas, desempolvar esos vestidos llenos de chaquiras y brillantinas que atraían la mirada más de uno, también, cuidar hasta el más mínimo detalle en el maquillaje desde rubor, hasta el lápiz labial, pasando horas frente al espejo tal cual como lo hacían años atrás. En el caso de los caballeros, significa lustrar perfectamente sus zapatos de charol, cuidar un perfecto planchado tanto en el pantalón como en la camisa, ya que, como les enseñaron sus padres una solo arruga en el vestuario era inaceptable.
Al ver a todas esas personas bailando al compás de un sonido suave, elegante y sensual como lo es el danzón, provoca que te adentres en el mundo que ellos viven, ya que comienzas a imaginarte, como sería el haber vivido su época juvenil, en donde el ser un respetuoso caballero era tu mejor arma para poder conquistar una damisela, pero sobre todo donde el bailar danzón lo era el todo.

El hecho es que todas las personas de la tercera edad, son mucho más respetuosas y amables hacia nosotros, la juventud, que nosotros hacia ellos. Este es un paradigma que no logro resolver, ya que sí hacemos un poco de memoria ellos cuando eran jóvenes y sin ninguna limitante física, siempre pensaron y procuraron por nosotros, llámese hijos, sobrinos, o cualquiera que requiriese cuidado y protección. Cuando dejamos de ser menores erróneamente olvidamos esa parte de nuestra vida, donde necesitamos de ellos, y ahora se convierten en un estorbo y en algunos casos tristemente en el olvido.
La parte más triste y cruda de esta situación, es que al paso de los años y generación tras generación las cosas no cambian, y como es de esperarse nosotros nos quedaremos en el olvido y formaremos parte del estorbo, convirtiéndonos en personas de la tercera edad.

Junio, 2012.

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