Mariana Yampolsky y la arquitectura popular. Por José Ángel Campos Salgado

Durante el siglo XX muchos arquitectos mexicanos encontraron su fuente de inspiración en la arquitectura que a lo largo de los siglos habían creado los pueblos originarios de México. Algunos de ellos estudiaron cuidadosamente sus espacios y sus técnicas constructivas, como es el caso de Álvaro Aburto; otros se vieron influenciados por sus masas tectónicas como se puede percibir por ejemplo en la obra del “Gringo” del Moral; y él mismo Luis Barragán, ganador del premio Pritzker, reconoció que se hundió en sus raíces para extraer el espíritu de aquellas culturas.

Una guía fundamental en este encuentro con lo más profundo de la cultura de los pueblos mexicanos ha sido Mariana Yampolsky. Su libro “La casa que canta”, publicado en 1981, es un homenaje a esas creaciones, un reconocimiento a la sabiduría que hay en esa arquitectura y una sencilla muestra de respeto por sus creadores que culmina en un trabajo editorial donde se recopilan las maravillosas fotografías que por muchos años ella había realizado, las que a su vez son obras de arte en toda la extensión de su significado. A este libro siguieron otros hasta alcanzar los catorce volúmenes donde se reúne su obra hasta la fecha de su muerte.

La fotografía de arquitectura tiene una enorme complejidad pues se trata registrar una obra constituida por volúmenes y espacios los cuales serán plasmados en dos dimensiones y reducidos a los tamaños del papel en que se reproduzcan. La obra fotográfica de Mariana Yampolsky fue realizada principalmente en blanco y negro y es impactante pues no sólo logró mostrar la inmensa calidad de las creaciones vernáculas sino, con la agudeza de su visión, en la elección de los puntos de vista, en la decisión de esperar la luz más propicia, en la armónica composición dentro del marco de su cámara de los objetos observados y con el absoluto respeto a sus motivos fotografiados, alcanzó la más alta expresión plástica que es posible lograr en el arte fotográfico, aunque este no fuera el objetivo fundamental de su trabajo.

Con motivo de cumplirse diez años de su fallecimiento, el 3 de Mayo de 2002, se inauguró en el Museo de Arte Popular (Calle Independencia esquina Revillagigedo, en el centro histórico de la Ciudad de México) una exposición que muestra su trabajo fotográfico, su obra como grabadora, sus tareas editoriales, algunas piezas de arte popular que ella coleccionó a lo largo de muchos años en que recorrió México y una referencia a los tiempos que le toco vivir. Se trata en esta exposición sobre todo, de un intento por recuperar, a través de un recorrido virtual y real por el país al que ella se entregó, los valores de esas culturas, hoy tan seriamente amenazados por la imposición de otras visiones que impulsan al individualismo, al aislamiento, a la superficialidad y al olvido de nuestra historia y de nuestras raíces.

Hoy la fotografía es muy diferente a la del siglo veinte. Desde un sencillo teléfono celular cualquier profesional o estudiante de diseño registra arquitecturas, objetos, grafismos, y personas en una cantidad tal que a veces hace imposible su almacenamiento. Se envían las fotografías a las redes sociales, se comparten experiencias, hallazgos y momentos jocosos o incluso dramáticos, sin meditar el contenido ni buscar la contundencia de la imagen. Ello ha hecho que se pierda la capacidad de observación y se confunda el simple registro con el estudio de aquello que se toma. Se asiste a lugares o eventos, se encuentra con la gente o con las cosas y la fotografía digital nos hace creer que hemos vivido aquello, aunque en realidad solamente hemos estado ahí sin involucrarnos en cuerpo y alma en lo que nos rodea.

Volver a admirar la obra fotográfica de una artista como Mariana Yampolsky y su manera de haber vivido las culturas más recias de nuestro país es una forma de buscar que las nuevas tecnologías de la fotografía digital nos permitan ir más allá del registro exhaustivo para recuperar el significado de las tradiciones que nos formaron y que siguen vigentes en la profundidad de nuestro ser como mexicanos.

La exposición permanecerá hasta el 27 de Mayo y el día 3 de ese mes se presentará el libro catálogo elaborado por la Universidad Autónoma Metropolitana. Este libro está siendo producido por el Programa Editorial de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de UAM Xochimilco, por lo que la invitación está abierta para asistir a este evento y a otros que ser llevarán a cabo durante este periodo como homenaje a la artista mexicana que tan valioso legado nos dejó.

Abril, 2012

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