El gremio de la arquitectura está de luto por la pérdida lamentable de uno de los proyectistas más importantes de la arquitectura mexicana contemporánea, reconocido a nivel internacional. Se trata del arquitecto Ricardo Legorreta Vilchis fallecido el pasado 30 de diciembre de 2011 a la edad de 80 años, víctima de cáncer de hígado que le fue diagnosticado hace dos años. El arquitecto nacido en la Ciudad de México el 7 de mayo de 1931, no tenía una respuesta clara a su pasión por la arquitectura, pensaba que venía de su padre que se dedicaba a las finanzas y viajaba por todo el país, así el pequeño Ricardo tuvo la oportunidad de conocer muchos pueblos y se acostumbró a caminar y observar, de ahí despertó su amor por México.
Egresó en 1952 de la carrera de arquitectura en la UNAM, pero antes ya había comenzado a trabajar en el despacho del arquitecto José Villagrán García, primero como dibujante, después como jefe de proyectos y socio durante 12 años, de quién aprendió a ser disciplinado, sobre todo en el trabajo de la construcción. “Con él aprendí a ser profesional, la ética, la honradez, la responsabilidad de construir para el usuario y no para nosotros”. “Villagrán sabía construir, sabía que es el cemento y el tabique… hoy día debido a la diversificación en el trabajo de la arquitectura, ese conocimiento se ha ido perdiendo y muy pocos arquitectos saben construir”, expresó Legorreta en una entrevista que le realizó el periódico La Jornada en Junio del año pasado.
En los años sesenta fundó Legorreta Arquitectos al lado de Noé Castro y Carlos Vargas, oficina que después se convertiría en Legorreta+Legorreta, al incorporarse su hijo Víctor. Consolidado el despacho, diseñarían diversas obras a nivel internacional; Estados Unidos, Europa, Medio Oriente y Sudamérica fueron algunos de los lugares. El arquitecto también desarrollo actividades académicas, y fue acreedor de múltiples premios y reconocimientos nacionales e internacionales.
Las principales influencias reconocidas por Ricardo Legorreta fueron de los arquitectos José Villagrán y Luis Barragán, del primero por la asimilación de un oficio y del segundo, por el uso del color, los volúmenes sólidos y la revalorización de la cultura popular. Su tendencia a la arquitectura “emocional y apasionada” como él la definió, integra lo moderno y lo antiguo, lo general y lo local, además de buscar referencias en arquitectos como Luis Kahn, Charles Correa o en las ruinas prehispánicas.
A pesar del cáncer que tenía, el arquitecto Legorreta siempre trabajó hasta el final de sus días, porque fue su mejor medicina para distraerse un poco de la enfermedad. Incluso en septiembre de 2010 fue invitado a dar una charla en el seminario internacional del DOCOMOMO (Documentación y conservación de la arquitectura del Movimiento Moderno) realizado en la UNAM. En aquella ocasión se veía tan lleno de vida, que era difícil imaginarse su inminente fallecimiento.
Finalmente, el legado que nos deja el arquitecto Legorreta a través de su vida profesional, es ser sencillos y no pretensiosos, la pasión por el proyecto, la arquitectura como un servicio social, además de la visión de realizar propuestas para el cliente y no para uno mismo. El tener en cuenta los aspectos principales como son el manejo de la luz, viento, agua, color y entorno. Los arquitectos hoy en día además de proyectar y calcular, también debemos de saber construir con nuestras propias manos. Considero que tanto las escuelas de arquitectura como los despachos de arquitectos a nivel nacional e internacional, deberían abrir sus puertas a los alumnos que están por terminar la carrera para comenzar a ejercer sus prácticas y así obtener experiencia profesional antes de salir al campo laboral. Los futuros docentes y profesores deberían de predicar con el ejemplo tanto en la práctica como en la enseñanza-aprendizaje, no solo al transmitir los conocimientos, sino al revalorar las referencias teóricas, históricas y proyectuales, el contexto, la sensibilidad, sin olvidar sus orígenes.
Gracias arquitecto por las enseñanzas, lo tendremos presente a través de sus obras, libros, entrevistas y publicaciones. Hasta luego Ricardo Legorreta Vilchis (1931-2011).
Enero, 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario