Primer Edificio Moderno en México
Francisco
Juarez Gervacio *
¿Qué es la
modernidad? ¿Cuándo empezó? ¿Quién fue el impulsor de la modernidad en nuestro
país? Estas son algunas de las incógnitas que se abordaron durante la presentación
de El primer edificio moderno en México, escrito de Juan Manuel Heredia
y una de las más recientes publicaciones de la Revista Internacional de
Arquitectura y Diseño Arquine. Como parte de las sesiones #LaHoraArquine,
el pasado 22 de abril se desarrolló una mesa de dialogo en donde participaron
Eric Mayoraz, Embajador de Suiza en México; Bettina Cetto, Maestra en Economía
por la New School for Social Research de Nueva York y además hija del arquitecto
Max Cetto; Xavier Guzmán, Licenciado en Historia por la Universidad Nacional
Autónoma de México con estudios de Arquitectura en la Universidad Autónoma
Metropolitana y finalmente como moderador, Miquel Adria, director general de
Arquine.
El encargado de
abrir la discusión fue el Dr. Xavier Guzmán, quien retomó su reseña publicada
en La Jornada el 4 de abril de 2021 titulada A la sombra de Juan
O’Gorman, o cuando la novedad flota en el ambiente, donde a manera de
introducción definió los aspectos sustanciales de la publicación de Heredia. Según
Guzmán, regularmente en la historiografía de la arquitectura nacional, el
funcionalismo radical de O’Gorman siempre se ha presentado como el episodio más
importante en la Genesis de la arquitectura moderna del país, sin embargo, El
primer edificio moderno en México pretende corregir esa concepción, dándole
enfoque al edificio construido por los arquitectos suizos Paul Artaria y Hans
Schmidt, proyectado años antes de lo realizado por el arquitecto mexicano en
San Ángel.
Guzmán habló de algunos aspectos técnicos de la obra que se localizaba en la esquina de San Borja y Miguel Mancera. Se trataba de una casa solicitada por una pareja de inmigrantes suizos que tuvo un costo total de 30,000 pesos en 1929, nunca fue visitada por la dupla de diseñadores extranjeros, a lo largo de los años se le fueron haciendo modificaciones hasta que finalmente fueron demolidas para construir una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social, quedando así sepultadas en el tiempo y dejando vacante su lugar en la historia de la modernidad nacional.
Guzmán concluye en su opinión, que el libro posee un carácter revelador que nos invita a repensar nuestra historia con base en el fresco desafío de Heredia, quien afirma tajantemente que O’Gorman se inspiró en la obra de Artaria y Schmidt. En respuesta, Miquel Adriá hizo una comparativa de lo que sucede en varios países de Latinoamérica al momento de santificar figuras y no tener una visión objetiva de los datos y la historia.
En contraparte,
Bettina Cetto abordó también dicha controversia, basándose principalmente en la
personalidad de O’Gorman, quien se caracterizaba por ser una persona culta y
lector asiduo de revistas extranjeras de los años 20 como Architecture
Record o la nacional Revista Cemento, que contó con un tiraje de
30,000 ejemplares y que publicaba la vanguardia europea de manera regular en
nuestro país. Cetto mencionó también la importancia de Vers Une Architecture,
escrito de Le Corbusier que llegó a México en 1926 y que fue seguramente leído
por O’Gorman cientos de veces según Cetto, por su carácter ilustrativo
de lo que era el funcionalismo.
Bettina Cetto
continuó respaldando la originalidad de la obra de O’Gorman trayendo a la
conversación la anécdota de cuando una agencia de viajes le solicitó al
arquitecto mexicano guiar un tour por Europa en los años 60’s, hecho que lo llevase
por primera vez a pisar el viejo continente. Según se cuenta, O’Gorman pudo cumplir
su tarea de manera exitosa, reconociendo la arquitectura, imágenes y en
especial, el arte renacentista, gracias a todo lo que había visto en libros previamente.
De esta manera, Cetto concluyó reforzado la idea de que las casas de Juan
O’Gorman en San Ángel construidas para su padre Cecil O’Gorman y posteriormente
las casas estudio de Frida Kahlo y Diego Rivera con justicia tienen su lugar en
la historia de la modernidad mexicana, dejando de lado una posible influencia
de Artiana y Schmidt.
Juan O’Gorman
en el tapanco del estudio de Diego Rivera, ca. 1932. Fotografía: Arquine
A continuación,
Miquel Adriá respaldó la tesis de Cetto con base en su libro de 2016 La
Sombra del Cuervo. En esta publicación que aborda la influencia del
arquitecto suizo en 10 de los más grandes arquitectos mexicanos del siglo XX,
Adriá tocó la personalidad de cada uno, y en el caso de O‘Gorman bien se
menciona que devoraba libros, especialmente los que tuvieran que ver con
arquitectura y Le Corbusier. Se dice que, gracias a su introspectiva actividad
autodidacta, es que pudo diseñar varios espacios que marcaron la historia de la
arquitectura funcionalista mexicana.
A continuación,
fue el turno del autor Juan Manuel Heredia para dar sus aproximaciones sobre el
propósito de su publicación. Comentó que el libro se iba a llamar originalmente
La primera casa moderna de México, pero con un afán de ser más provocador
se decidió por El primer Edificio Moderno de México. Heredia explicó que
se basó en el concepto más convencional que es el de Smithson porque acota lo
que se considera modernidad de manera hacerosa o fragmentaria.
Según el autor, la modernidad es más como un espíritu del tiempo, en donde el
control de los arquitectos no es sólido ya que depende de los fenómenos
sociales que hacen que actúen de otra manera.
Posteriormente
Cetto retomó la palabra, diciendo que nosotros como arquitectos nunca podremos llegar
a un acuerdo de lo que es la modernidad. Basándose en su formación social,
Bettina mencionó que ella tiene un punto de vista distinto, ya que la
modernidad en la arquitectura, pintura y escultura es totalmente independiente
de la verdadera modernidad, que para ella ocurrió con la revolución industrial
en Inglaterra durante el siglo XIX. Según Cetto, es en este periodo en el que
se produjeron materiales industriales en abundancia, y en cuanto a la
construcción la forma no obedecía a la función. A excepción de las iglesias, todas
las demás construcciones eran modulaciones sencillas, pero a partir de la
revolución industrial lo primero que surgen son espacios diferenciados, como
por ejemplo la fábrica, un modelo innovador completamente distinto con una
función muy determinada.
Juan Manuel
Heredia continuó la plática introduciéndonos de manera más técnica en lo que, para
él, fue primer edificio moderno de México. Explicó como era el habitar de esa
casa, como fue su diseño y construcción. Explicó que las casas fueron diseñadas
en 1929 por Artaria y Schmidt, concluyéndose durante la primera mitad de 1930. Las
casas eran dos volúmenes dando frente hacia San Borja, con elementos Corbusianos
en la entrada. Hacia el sur con vistas al Ajusco había una terraza en donde se
enmarcaba el volcán y hacia las fachadas laterales existían dos aperturas que
enmarcaban los volcanes. En la parte inferior de la planta baja existían
barandas muy agradables para el diseño, y también se tiene certeza de que el
diseño arquitectónico fue muy riguroso debido a su modulación de 4*4m. Las recamaras se encontraban en la parte
superior, con vista hacia el jardín y hacia sur.
Una parte importante del proyecto fue el jardín, ya que, en la tradición del reformismo inglés, alemán y suizo, este debía estar subdivido en áreas, en donde existían habitaciones al aire libre, independientes de las destinadas al recreo y trabajo. En esta área había hortalizas, un establo, un jardín de flores y otra cantidad de espacios que duplicaban el interior de la casa.
Heredia destacó dos aspectos muy importantes en su libro, las cuales son el recorrido que hace por la historiografía de las casas y cuando aparecieron por primera vez publicadas. También señaló que poco después de su construcción el propio Haness Meyer hizo una reseña de las casas en donde las calificó como “un modelo de compenetración de las tradiciones suizas y el paisaje mexicano”.
Fotografía: Hannes Meyer
Respaldando las descripciones de Heredia, a continuación, Bettina Cetto contó su experiencia personal como usuaria de las casas de Artaria y Schmidt, ya que mencionó que asistía mucho a estas debido a que su mamá era de origen suizo y mantenía y una relación muy cercana con los dueños, acudiendo a varias actividades que se realizaban de manera cotidiana. Cetto relató algunas anécdotas que vivió en estos espacios, comentando a su vez que la vida en estas casa se desarrollaba principalmente al aire libre en las terrazas, partiendo quizás de la premisa de que los europeos amaban el clima de esta ciudad, limitándose a usar los sistemas de calefacción solo cuando las condiciones atmosféricas no lo permitieran.
Fotografía: Hannes Meyer
Finalmente, Xavier Guzmán añadió que el rescate documental que realizó Heredia es muy notable. No solo porque retomó el tema, sino que lo documentó de diversas formas, y al término del libro señaló que pese a todo hace falta realizar más investigaciones para esclarecer un poco más la información que se aborda en su libro.
En resumen, a partir de esta mesa de dialogo, podemos conocer diferentes puntos de vista, el de un arquitecto, un historiador y una economista, en donde se reúne bastante información acerca de lo que se define como modernidad en concepto y temporalidad. Como lo comentaba Bettina Cetto, en diferentes puntos y en diferentes opiniones, existen muchas vertientes de cuándo y cómo fue que ocurrió este movimiento.
Es grato saber
que arquitectos como Juan Manuel Heredia han trabajado en la investigación de
estas edificaciones, ya que de alguna manera nos motivan a querer ser parte de
este tipo de proyectos, utilizando la mínima expresión investigativa o simplemente
para referencias de diseño en nuestros próximos proyectos a futuro.
Es importante
también mencionar la relevancia espacial y de clima que tiene nuestro país para
los europeos, factor que se mencionó de manera regular durante la mesa, y que
les permite gozar de actividades al aire libre a diferencia de sus lugares de
procedencia. Como lo comentó el Dr. Xavier Guzmán, es notable que gracias a
este libro podamos tener un documento donde se analice en cuanto al diseño cada
espacio de estas casas gemelas, y en un futuro poder esclarecer quien fue
realmente el impulsor del modernismo en México.
Fotografía: Hannes Meyer
Julio de 2021
*Pasante de
Arquitectura de la UAM Xochimilco